Variables en el cultivo de post-smolts
Christian Pérez Durante el primer día de la conferencia Aquaculture Europe 2013, organizada por la Sociedad Acuícola Europea (EAS) en Trondheim, Noruega, una de las temáticas abordadas fue el cultivo en tierra, donde hubo especial énfasis en la producción de post-smolts de salmón Atlántico, tanto en instalaciones de flujo abierto como en pisciculturas de recirculación. Destacaron especialmente las presentaciones de cinco investigadoras de Nofima: Åna Maria Espark, Sara Calabrese, Jelena Kolarevic, Trine Ytrestøyl y Grete Baeverfjord. Tamaño de los estanques La primera de estas presentaciones estuvo centrada en los efectos del tamaño de los estanques utilizados en estas pisciculturas. Åna Maria Espark explicó que según sus resultados, influye tanto el tamaño de los estanques como las dimensiones de los nuevos estanques, cuando los peces son transferidos.
Para ello, utilizaron estanques de 1, 2, 7 y 11m. Al mover peces de los estanques más grandes a los más pequeños, obtuvieron la menor tasa de crecimiento y la mayor mortalidad, probablemente debido a stress. Al transferirlos entre estanques de similares dimensiones, alcanzaron los mejores resultados. Asimismo, en los estanques de mayor tamaño se registraron mayores niveles de CO2 y TAN, así como menor pH. También se determinó que en dichas estructuras los peces alcanzaban un mejor índice cardiosomático, al desarrollar corazones más grandes, probablemente como efecto de una mayor ejercitación. En los peces control, cultivados en mar, se observaban corazones de un tamaño aún mayor. Densidad de peces y velocidad de la corriente Sara Calabrese expuso acerca de la influencia que tiene la densidad de cultivo y la velocidad del flujo de agua al interior de los estanques en la condición de los peces.
De acuerdo con su investigación, al comparar salmones cultivados a 100 Kg/m3 y 150 Kg/m3, aquellos ejemplares a mayor densidad registraron un mayor nivel de PCO2 (presión parcial de CO2) en la sangre, así como un menor bienestar animal (medido en daño en las aletas pectoral y ventral). Es más, sobre los 25 Kg/m3 comenzó a evidenciarse un menor SGR, mientras que al superar los 75 Kg/m3 ya observaron consecuencias sobre el welfare. En tanto, la investigadora relató que frente a un flujo específico de corriente menor a los 3 l/kg/min no registraron menor crecimiento, pero sí se activa el mecanismo fisiológico compensatorio, necesario por el pez para desplazarse. Comportamiento natatorio A su vez, Jelena Kolarevic llevó a cabo una investigación marcando salmones con tags que consignaban el desplazamiento de los peces en las tres dimensiones a distintos tamaños de estanque.
Según sus resultados, la actividad natatoria se veía aumentada en los estanque de mayores dimensiones, especialmente bajo régimen de luz y durante los períodos de alimentación. Complementariamente, registraron diferencias de peso más notorias, entre peces marcados con tags y aquellos no marcados, en aquellos ejemplares que permanecían en los estanques de mayor tamaño. Salinidad y ejercitación Trine Ytrestøyl llevó a cabo un estudio que comparó la condición y desempeño de los peces a distintos niveles de salinidad (12, 22 y 32 ppt) en un sistema de recirculación (RAS). De acuerdo con su trabajo, la remoción de CO2 y TAN fue más eficiente a una menor salinidad. De igual modo, el crecimiento y la sobrevivencia de los peces iba decreciendo a medida que aumentaba la salinidad.
En tanto, la ingesta de alimento fue mayor a menor salinidad, mientras el FCR fue mejor a una salinidad más alta. Finalmente, sus resultados mostraron que la mayor salinidad conllevó con más frecuencia a la formación de cataratas y lesiones a la piel. Probablemente, esto tendría relación con la menor presencia de células de mucus en aquellos individuos cultivados a mayor salinidad. Temperatura y densidad Para medir los efectos de la temperatura y densidad de cultivo en post-smolts, Grete Baeverfjord mantuvo peces a 30 Kg/m3 y 60 Kg/m3 en RAS, separados en 2 subgrupos a 12 °C y 15 °C.
Según sus resultados, las diferencias en el desempeño y condición de los peces comenzó a verse a partir de la sexta semana. La combinación de alta temperatura y densidad conllevó gran mortalidad en la semana 12, en 2 de los 3 estanques bajo esas condiciones, además se observó pérdida en condición (daño en aletas y cataratas), probablemente causadas por stress. En tanto, el deterioro registrado en los peces se desencadeno bastante rápido. Entre 4 y 5 días después de observarse las primeras señales de colapso se desencadenó alta mortalidad. De igual forma, la investigadora evaluó la condición de los peces al ser cultivados a distintas velocidades de corriente (0.5, 1 y 1.5 longitudes del cuerpo de los peces por segundo [BL/s], expuestos a fotoperíodo de invierno por 7 semanas); posteriormente, los grupos a mayores velocidad fueron separados en 2 subgrupos cada uno (a la misma velocidad y a 0.5 BL/s con régimen de 24h de luz durante 12 semanas); y, finalmente, fueron llevados a test de desafío o jaulas control en agua de mar por 3 meses. Como conclusión, Grete Baeverfjord explicó que la calidad de la piel de los peces se ve reducida a mayor velocidad en el flujo al interior de los estanques, probablemente provocando menor resistencia a enfermedades.