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Empresas acuícolas de Aysén traen desde Noruega ruta para una acuicultura más sostenible

Foto: Mowi Chile.

Ocho proveedores de la región visitaron centros de salmón y empresas tecnológicas en Noruega, con el fin de aplicar soluciones energéticas y operativas, que impulsen una acuicultura más eficiente.

Gracias a una postulación colectiva al Programa de Absorción Tecnológica e Innovación (PATI) de Corfo, ocho empresas proveedoras de la industria acuícola en Aysén realizaron una gira tecnológica a Noruega para conocer soluciones avanzadas en descarbonización, electromovilidad y eficiencia operativa. El viaje fue coordinado por la consultora Río Consultores y contó con el apoyo de la empresa salmonicultora Mowi Chile, que facilitó el ingreso a sus centros de cultivo y conexiones clave en territorio escandinavo.

En conversación con Salmonexpert, Claudio Carrasco, gerente de South Services Chile, destacó que el foco principal del programa fue conocer tecnologías orientadas a reducir la dependencia del diésel en la propulsión de embarcaciones. “El foco actual es el cambio de matriz energética para la propulsión de embarcaciones, por ejemplo, electromovilidad o descarbonización, y en esa línea para poder desarrollar inversiones era clave tener una prospección, una gira tecnológica a territorios donde esto ya está más desarrollado”.

La delegación visitó las ciudades de Bergen, Stavanger y Oslo, donde participaron en la feria North Shipping y recorrieron instalaciones de Mowi, además de reunirse con actores clave del ecosistema productivo y tecnológico noruego. “Nos llamó harto la atención ver Noruega, muy similar a Aysén en lo geográfico, pero con un nivel de desarrollo bastante importante. Lo que más nos impactó fue la capacidad que tienen allá para sentarse a conversar, públicos y privados, y definir una visión de Estado que trasciende los gobiernos y permite avanzar con estabilidad y coherencia”, añadió Carrasco.

Una de las principales diferencias observadas fue la existencia de infraestructura habilitante para la transición energética. “Todos los muelles que visitamos tenían un sistema básico de energización para las embarcaciones eléctricas. Cualquier barco que llegara tenía un punto de recarga donde conectarse. Eso no existe en Aysén, y es una condición básica si queremos avanzar hacia una acuicultura más limpia”, advirtió Carrasco, quien ya inició gestiones con autoridades regionales para avanzar en una hoja de ruta conjunta.

Embarcaciones eléctricas

Por su parte, Giovanni Rosso, gerente general de Marina Fiordo Aysén, relevó la posibilidad de aplicar directamente lo aprendido a los desafíos de su empresa. “Nuestra meta sería tener la primera embarcación eléctrica para transporte de pasajeros en la región. Actualmente operamos con gasolina, pero tras ver la tecnología instalada en Europa, creemos que es posible dar el salto. En Austria, por ejemplo, probamos motores eléctricos que pesan un séptimo del peso actual y ofrecen mayor rendimiento, pero la clave está en resolver la autonomía energética, ya que las baterías necesarias aún son muy pesadas para nuestras embarcaciones actuales”.

Rosso agregó que la descarbonización en Noruega ya no es un plan, sino una realidad. “Ellos tienen puntos de carga en todos sus puertos y están migrando hacia el uso de hidrógeno. Incluso pudimos ver dispositivos del tamaño de un dispensador de bebidas que producen hidrógeno. El desafío mayor ya no es producirlo, sino almacenarlo y aplicarlo eficientemente, lo que están resolviendo con una infraestructura impresionante”.

Otro elemento que marcó la experiencia fue la eficiencia operativa de los centros de cultivo noruegos. “Nos llamó profundamente la atención que un centro de cultivo podía ser operado por cuatro personas que hacían todas las tareas críticas con altos estándares. Todo está automatizado, robotizado, y enfocado en reducir servicios externos. La profesionalización es clave: incluso para navegar se requiere un año de formación en una institución marítima acreditada”, detalló Rosso.

Confianza

Desde Citecma, su representante legal, Hernán Rebolledo, coincidió en que uno de los aprendizajes más valiosos fue constatar la relación de confianza entre los distintos actores del ecosistema. “Nos dimos cuenta de que allá el Estado, las universidades, los gremios y las empresas comparten una visión común. Eso genera una articulación virtuosa que permite proyectar mejoras tecnológicas de manera sostenible y con sentido de país. Esa es una de las enseñanzas más profundas que traemos de esta gira”.

Foto: Mowi Chile.

Rebolledo también valoró el contacto con Innovation Norway y con el clúster marítimo noruego, que permitió establecer vínculos con empresas que ya tienen presencia en América Latina. “Pudimos ver cómo funciona la salmonicultura offshore, cómo se articula la transición energética y cómo interactúan con las comunidades. Todo eso nos da pistas sobre hacia dónde debiésemos movernos como región si queremos modernizar la acuicultura de forma sostenible y competitiva.

En cuanto a las aplicaciones inmediatas, cada empresa participante está trabajando en su propio plan de negocios para implementar lo aprendido. “Algunas van a reemplazar motores diésel por eléctricos, otras están pensando en desarrollar nuevas líneas de servicio. Incluso estamos evaluando, de forma colaborativa, instalar centros de carga en lugares estratégicos como Puerto Aguirre, para ampliar nuestra capacidad operativa en zonas remotas”, explicó Claudio Carrasco.

El impacto del programa no sólo se proyecta en mejoras técnicas. También se vislumbra un efecto dinamizador sobre la articulación territorial. “Actualmente estamos trabajando para hacer esta bajada con autoridades locales. Ya nos reunimos con Mowi y ahora nos vamos a juntar con el gobernador regional, alcaldes y otros actores para mostrar lo que vimos y generar puntos de encuentro. Esto no solo beneficiaría a la acuicultura, sino también al turismo, el transporte y otros sectores”, comentó Carrasco.

Para el gerente de South Services Chile, la situación energética de Aysén es insostenible si se busca coherencia con el discurso de sostenibilidad. “Somos reserva de vida, pero dependemos en un 98% del diésel. No tenemos una política pública clara en materia de energías limpias y nuestras comunidades, como Melinka o Puerto Gaviota, siguen sin alcantarillado ni acceso estable a electricidad. Eso tiene que cambiar”, enfatizó Carrasco.

Por lo mismo, valoraron que el programa PATI no se agote en esta gira. Según Rebolledo, “esta es la primera etapa. Viene ahora la implementación de tecnologías, la compra de equipamiento, el seguimiento de indicadores y, muy probablemente, nuevas instancias de asociatividad entre las empresas participantes. Hay mucho por hacer, pero la motivación está”.

Industria estratégica

La gira también permitió reflexionar sobre las brechas culturales y comunicacionales que existen en torno a la salmonicultura en Chile. “Allá no existen ONG ni discursos antisalmonicultura instalados en los medios como acá. La industria es vista como estratégica para el país, con bajo impacto ambiental gracias a su regulación, su tecnología y su buena gestión. Eso cambia completamente el relato”, indicó Rosso.

Finalmente, hicieron un llamado a avanzar hacia una planificación de largo plazo en Chile. “En Noruega se proyectan al año 2105. En Chile hablamos del 2050 y nos creemos vanguardistas. No hay políticas de Estado que trasciendan los ciclos políticos. Necesitamos sentarnos todos —Estado, empresas, proveedores, comunidades— y definir qué acuicultura queremos construir. Y luego trabajar de verdad por eso”, concluyó Carrasco.