Pilar de la Cerda, co fundadora y directora; Sebastián Videla, co fundador y director. Foto: FUE.

Residuos salmonicultores se transforman en productos con valor social

Chile: Recientemente ganadores del primer lugar de los “Premios Iniciativas Sustentables 2021” con Boyacompostar, el emprendimiento regional FUE trabaja en estrecha relación con y para las comunidades.

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FUE (Fomento Upcycling Empresarial) es un emprendimiento regional que nace de Nodo Chile, consultora de sostenibilidad, cuyo objetivo es desarrollar programas de relacionamiento comunitario y estrategias de sostenibilidad junto a empresas de la región, principalmente del rubro acuícola y energético.

En esto siete años que lleva trabajando el Nodo, se vislumbró la necesidad de hacerse cargo de los residuos y que era urgente darles un nuevo uso. “Por un lado, que los residuos se transformaran en un producto que tuviera valor y vida útil y, por otra parte, que permitiera promover el desarrollo de las comunidades y el trabajo con ellas. Es en este escenario donde nace el primer proyecto de FUE, Boyacompostar, el cual transforma boyas de salmonicultura en vermicomposteras, las cuales son entregadas a las comunidades para que composten sus desechos orgánicos”, explica a Salmonexpert, María Elena Ramdohr, gerenta de FUE.

Según comenta María Elena, las comunidades con las que trabajan son alejadas y que tienen problemas con la gestión de sus residuos, además de que su retiro significa un alto costo para lo municipios. “Integramos estas ideas, pues vimos que la mitad de los residuos que estas comunidades generaban eran orgánicos y que podían compostarse en la casa, además de la gran cantidad de boyas y residuos plásticos de la industria salmonicultora que estaba en desuso y que tenían el potencial de ser transformados”.

Con la iniciativa de Boyacompostar, el equipo de FUE se ganó un proyecto Corfo que les permitió hacer el primer piloto, con el apoyo de Salmones Camanchaca. “Nos pasaron sus boyas en desuso y las transformamos en vermicomposteras. A la par, desarrollamos un programa comunitario con familias de la localidad de Terao, en Chiloé, y familias de las localidades de Ayacara y Buill, en Chaitén. Ya concluimos la implementación de este programa y ha sido muy satisfactoria la respuesta de las personas, porque esta solución era muy atingente. Igualmente, desde que comenzamos el programa muchas personas nos manifestaron querer comprar las vermicomposteras, y así surgió una nueva área de negocios”, señala la gerenta de FUE.

Cuatro meses se demoran los residuos en transformarse en humus. Foto: FUE

Vermicomposteras y maxisacos

El proceso de confección de las vermicomposteras cuenta con el apoyo de la empresa regional Greenspot, que proporciona la materia prima (pellets de plástico). “Nosotros tenemos una matriz y sometemos este plástico a un proceso de calor para crear las vermicomposteras”, puntualiza María Elena.

Con esta mirada de generar soluciones para darle valor a los residuos, FUE también ha desarrollado programas comunitarios para la revalorización de maxi sacos de alimentos para salmones.

“Vimos que los maxi sacos estaban siendo transformados en otros productos, pero en lugares muy apartados del país, lo que implicaba una alta huella medioambiental, siendo así una transformación poco sustentable. Por ello nació este proyecto, el cual se transforman los maxi sacos, a través de un proceso de confección textil, en bolsos, ponchos y mochilas”, apunta la profesional.

Para desarrollar este proyecto, María Elena explica que capacitan a las comunidades para que ellas mismas sean los que elaboren los productos finales. “En ese sentido, fomentamos dos líneas de trabajo. En primer lugar, la generación de conciencia y que vean por sí solos que un material que pensaban que era basura se puede hacer un producto lindo, bien terminado y comercializable. Y, por otra parte, las capacitaciones que realizamos a las comunidades. En esta línea, trabajamos con una de Pargua, a la cual le entregamos una máquina de coser industrial y con esto, pueden comenzar con un microemprendimiento. Finalmente, con estos distintos marcos de acción para que sean proyectos comunitarios, en el caso de la vermicompostera, la comunidad es la beneficiaria final del producto, y con los maxi sacos, las comunidades están dentro del proceso de producción”.

Los maxisacos son transformados en ponchos, mochilas y bolsas. Foto:FUE

Humus

FUE hace un programa de acompañamiento de cuatro meses en los cuales entregan todas las herramientas necesarias del ciclo de compostaje con lombrices. “Desde que se comienza a usar la vermicompostera, hasta que los residuos se transforman en humus, pasan aproximadamente cuatro meses. En este tiempo aprenden a instalarla, a resolver problemas, cosechar el humus, ocuparlo para almácigos, y luego de eso ya pueden ocuparla de manera autónoma y replicar el ciclo de manera constante”, detalla Ramdohr.

“Nuestro sueño es que muchas más personas puedan compostar sus desechos orgánicos en sus propias casas. El impacto que tiene el compostaje no es solamente reducir la basura que va a vertederos, sino que también se evita la emisión de millones de gases de efecto invernadero, asociados al calentamiento global. Además, está el beneficio de estar en contacto con la naturaleza y ser parte del proceso, haciendo que tomes conciencia desde otro lugar, no solamente desde la zona donde lo leíste en internet o lo viste en las noticias”, puntualiza la gerenta de Fomento Upcycling Empresarial.

El equipo de FUE está compuesto por Pilar de la Cerda, co fundadora y directora; Sebastián Videla, co fundador y director; Juan Carlos Hurtado, director; María Elena Ramdohr, gerenta; además de profesionales de apoyo en el área de comunicaciones e implementación de los programas.