Cooperación entre salmonicultura y pescadores crea innovadora trampa para centollas

Chile: La tesis del gerente de Producción de Cermaq en Magallanes, fue la base para crear una trampa cuadrada y desarmable para centollas, que está beneficiando a pescadores de la región.

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La cooperación entre el mundo salmonicultor y de pesca artesanal en la Región de Magallanes está dando grandes frutos. Luego de un proyecto que nació de una conversación, se creó una innovadora trampa para centollas, que beneficia a varios hombres de mar en su trabajo.

En entrevista con Salmonexpert, José Cid, gerente de Producción en Cermaq Magallanes, cuenta que cuando recién llegó a la región, se reunió con Carlos Odebret y dirigentes de la pesca. Les preguntó a estos últimos a qué se dedicaban y la respondieron que extraían centollas con trampas.

“Casualmente, mi tesis de Ingeniería en Pesca y Acuicultura en la Universidad del Mar la hice en extracción de centollas con trampa, porque el problema de las cónicas es que son rígidas, caben pocas trampas en una embarcación y se deben realizar muchos viajes para concretar la labor”, dijo el profesional.

Así, diseñó una trampa cuadrada, que se desarmaba y quedaba plana. Solicitó a los pescadores que le dieran las dimensiones de la jaula que querían formar, para elaborar la maqueta: entendieron la idea, la aprobaron y crearon la innovadora trampa con algunas modificaciones.

Para Cid, esta jaula cuadrada y desarmable, permite llevar muchos más trampas en un solo viaje, por ende ahorrar combustible, junto con extraer más centollas. “Justamente, la autoridad quería pedir el cambio de trampas, por el riesgo que las ballenas se enreden, pero con la nueva trampa esos riesgos disminuyen considerablemente”.

Mientras que Patricio Ampuero, dirigente de la pesca artesanal, dio a conocer que en ese tiempo, señaló a José Cid que su diseño de trampa era lo que estaba buscando, creó una muestra “y nosotros la armamos con algunas modificaciones en base a la idea matriz para extraer centollas”.

De este modo, partieron con 20 jaulas desarmables, en 2022 elaboraron 150 y este año, 150 más. “La fuerza de productividad de esta innovación equivale a 10 trampas. Asimismo, las ballenas no se enredan entre una trampa y otra, también se contamina menos el mar”, afirmó Ampuero.