Microbiota y piscirickettsiosis: “hay cambios notables durante la infección”

Cambios en las estructuras de la red bacteriana en peces SRS positivos y sanos.

Chile: Chilenos identificaron cambios cruciales en la microbiota intestinal de salmones afectados por piscirickettsiosis. El estudio revela conexiones entre desequilibrios bacterianos y la severidad de la infección.

Publicado

Recientemente, científicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUCV), Centro de Investigaciones Biológicas Aplicadas (CIBA), Universidad San Sebastián (USS), Universidad de Chile, Beagle Bioinformatics, Universidad Tecnológica Metropolitana (UTM) y la Universidad Santo Tomás (UST), publicaron un estudio en donde describieron los cambios en la composición de la microbiota intestinal de salmones Atlántico cursando con piscirickettsiosis.

En conversación con Salmonexpert, Marco Montes, investigador de CIBA, y Marcos Godoy, académico de la Universidad San Sebastián y director técnico de CIBA, ambos expertos que participaron en la publicación, explican existe un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal de los peces enfermos, el cual pareciera estar relacionado con los procesos de disbiosis asociados al patógeno u otros factores ambientales y productivos.

“La familia Piscirickettsiaceae exhibió relaciones de co-ocurrencia tanto positivas como negativas con miembros de otras familias bacterianas en peces con SRS. Los miembros que componen la microbiota intestinal de los salmones Atlántico pueden contribuir a que la gravedad de la infección producida por el patógeno Piscirickettsia salmonis se intensifique o sea menos severa”, señalan los investigadores.

Adicionalmente, en el estudio los expertos también encontraron material genético de otros patógenos como Aeromonas , Renibacterium y Tenacibaculum en peces sanos sin signos clínicos de enfermedad.

Consultados por este hecho, los científicos plantearon que existen varias posibilidades, como la exposición constante a concentraciones bajas de patógenos, la influencia competitiva de bacterias comensales, la existencia de un potencial estado de portador saludable y la posibilidad de que algunos peces estén en las etapas iniciales de infección.

“Detectamos secuencias de P. salmonis y otros patógenos en peces aparentemente saludables, aunque en cantidades mínimas y en solo tres del total de peces examinados. La sensibilidad de los métodos de secuenciación de nueva generación resalta la presencia de estos patógenos, incluso en peces que no muestran signos evidentes de enfermedad. Nuestros resultados sugieren que las barreras mucosas y las complejas redes bacterianas residentes en el intestino de los peces podrían desempeñar un papel crucial en la defensa contra las infecciones. Además, el estudio descarta la contaminación ambiental o de laboratorio, ya que se tomaron precauciones meticulosas durante el procesamiento de las muestras”, indicaron.

Algunos de los peces que presentaron SRS clínico en piel no tenían P. salmonis u otro patógeno bacteriano detectable en intestino medio, ¿a qué puede deberse este hecho?

Frente a esta interrogante, los investigadores del CIBA, precisan que la ausencia de P. salmonis u otros patógenos en el intestino medio de peces con SRS en la piel podría deberse a la complejidad de la infección, etapas tempranas de la misma, interacciones bacterianas locales en la epidermis o factores ambientales. “Este fenómeno destaca la necesidad de considerar la dinámica temporal y los diversos factores que influyen en la manifestación clínica de la enfermedad”.

Finalmente, en el estudio los expertos también analizaron los fenotipos metabólicos para predecir las rutas metabólicas en peces con SRS clínico en comparación con peces sanos. En peces enfermos observaron un aumento en ciertas rutas, como aquellas relacionadas con la síntesis de componentes específicos de la bacteria, como el ácido colánico, asociado a la capacidad de las bacterias para adherirse a las superficies celulares.

No obstante, comentan que estas diferencias en los fenotipos metabólicos son interesantes, y que aún no han logrado identificar condiciones o características específicas que impulsen la proliferación de P. salmonis y la enfermedad clínica asociada.

“Nuestros hallazgos sugieren que, a nivel metabólico, hay cambios notables durante la infección, pero aún estamos trabajando para comprender completamente las condiciones que favorecen la propagación de esta bacteria y el desarrollo de la enfermedad en los peces”, concluyen los científicos.