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Columna de Opinión

PTEC-INVA: Un encadenamiento agroacuícola que ya está en marcha

Daniel Nieto Díaz-Muñoz, PhD, gerente del Programa Tecnológico PTEC-INVA.

A través del PTEC-INVA se han integrado más de 80 agricultores en redes regionales de proveedores de leguminosas y oleaginosas. El objetivo: producir insumos nutricionales locales para la salmonicultura.

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*Carta al director con la opinión de Daniel Nieto Díaz-Muñoz, PhD, gerente del Programa Tecnológico PTEC-INVA.

Desde el Programa Tecnológico para la Producción Local de Insumos Nutricionales para la Acuicultura (PTEC-INVA), el cual es impulsado por la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (Corfo), liderado por Salmones Antártica y coejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile (INIA), Empresas Agrotop, Veterinary Histopathology Center (VeHiCe), el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA) y las universidades de Chile (UChile) y Católica de Temuco (UCT), quisiéramos aportar algunas reflexiones que complementan y fortalecen la visión de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (SalmonChile), del Consejo del Salmón de Chile (CdS) y de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) en la que se destaca la importancia estratégica del encadenamiento entre agricultura y acuicultura como ruta hacia un desarrollo sostenible e inclusivo.

1. No sólo una alianza futura, una realidad concreta y en marcha: el encadenamiento productivo agroacuícola no es una aspiración lejana. A través del PTEC-INVA ya se han integrado más de 80 agricultores en redes regionales de proveedores de leguminosas y oleaginosas (como lupino, canola y camelina), con siembras activas en las regiones de La Araucanía y Aysén. El objetivo: producir insumos nutricionales locales para la salmonicultura, reduciendo la dependencia del 85% de materias primas importadas que hoy caracterizan a la industria.

2. Innovación que trasciende la formulación de alimentos: el trabajo desarrollado por el PTEC-INVA no solamente se ha enfocado en sustituir harina y aceite de pescado por fuentes vegetales, sino que también ha generado innovaciones concretas como: (a) concentrados proteicos con más del 60% de pureza, validados en peces y con costos competitivos; (b) formulaciones dietarias que mejoran indicadores de salud intestinal, ósea, hepática e inmune en salmónidos; (c) un diseño de planta industrial con capacidad de 16.000 toneladas/año de concentrado proteico de lupino, con factibilidad técnica y económica positiva. Esto no sólo fortalece la sostenibilidad ambiental, sino también la eficiencia operativa y la soberanía alimentaria nacional.

3. La escala de este desafío requiere una visión país: celebramos que actores relevantes de los gremios agrícolas y acuícolas estén convergiendo en una visión común. Sin embargo, el desafío no es menor: para producir localmente el volumen de alimentos que demanda la industria salmonicultora (1.250.000 toneladas al año), se requerirá una expansión agrícola ordenada, infraestructura rural, incentivos para la innovación y, por sobre todo, gobernanza colaborativa.

En este sentido, el PTEC-INVA ha demostrado que es posible articular ciencia, empresa y territorio en una lógica de economía circular de escala regional. Más que duplicar la producción salmonicultora como meta, proponemos consolidar una tercera industria nacional, que combine lo mejor del mar y la tierra, de la ciencia y el oficio agrícola, con estándares globales y raíces locales.

4. Hacia una estrategia nacional de insumos para la acuicultura: en el PTEC-INVA ya se han materializado diversas acciones, desde los denominados “Días de Campo” con agricultores hasta validaciones experimentales en jaulas; desde mapas georreferenciados de insumos hasta tecnologías de concentración proteica desarrolladas en Chile.

Lo que necesitamos ahora es una estrategia país explícita que reconozca que la seguridad alimentaria también pasa por producir nuestros propios ingredientes para el alimento de peces, en línea con lo que entidades mundiales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) ya han advertido.

En síntesis, ya hay un camino avanzado, un modelo validado y una comunidad comprometida. El PTEC-INVA está disponible como plataforma habilitante para que esta visión compartida se transforme en una política nacional de encadenamiento agroacuícola.