Revelan resultados de programas que impulsan la sostenibilidad en la salmonicultura chilena

Foto: Salmonexpert.

Seis programas tecnológicos, tres de ellos relacionados con la salmonicultura, presentaron resultados y desafíos en el Summit Acuícola 2025, proyectando una industria con menor impacto ambiental.

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En el Centro de Arte Molino Machmar de Puerto Varas se vivió una jornada clave para el futuro de la acuicultura nacional. El Summit Acuícola 2025, realizado en el marco de la Blue Week Los Lagos, congregó a representantes de consorcios tecnológicos, universidades, empresas productoras, centros de investigación y autoridades, en un espacio de articulación que apuntó a posicionar a Chile como líder global en soluciones acuícolas sostenibles. El encuentro no sólo mostró resultados concretos de proyectos en marcha, sino también delineó una hoja de ruta hacia una economía basada en el conocimiento y la innovación.

Para Fernando Hentzschel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, esta séptima versión del Summit Acuícola representa mucho más que una vitrina de proyectos; es la consolidación de una visión país en torno a la innovación como herramienta de transformación productiva. “Este Summit nació como una instancia para reunir a programas que compartían desafíos comunes y generar comunidad entre ellos, pero hoy se ha transformado en una plataforma que comunica a la ciudadanía que en Chile sí estamos empujando desarrollos tecnológicos de punta en acuicultura”.

Fernando Hentzschel.

Hentzschel añadió que la creación de capacidades en torno a estos programas no solo genera empleo de calidad, sino que fortalece el ecosistema regional. “Hemos visto cómo este esfuerzo ha atraído talento, ha densificado la red de empresas tecnológicas en la región y ha convertido a la Región de Los Lagos en un verdadero polo de innovación”.

Desde su mirada, uno de los logros más significativos ha sido demostrar que Chile puede exportar conocimiento, no sólo productos. “Cuando comenzamos con los primeros programas en 2009, el foco estaba puesto en diversificar especies. Hoy, gracias a esa evolución, estamos exportando capacidades, modelos productivos y soluciones tecnológicas desarrolladas desde nuestra experiencia salmonicultora. Esa es una transformación estructural, ya que pasamos de ser una economía basada en recursos naturales a una que incorpora tecnología e inteligencia en la creación de valor”, expresó, agregando que muchos de los aprendizajes generados en el sur de Chile han sido transferidos con éxito a regiones del norte como Iquique y Coquimbo.

En esa línea, Hentzschel también advirtió sobre los desafíos futuros y la urgencia de adoptar tecnologías emergentes. “La inteligencia artificial, por ejemplo, nos ofrece la posibilidad de aumentar la productividad en un 2%, lo cual es significativo. Pero si no somos capaces de adoptarla, adaptarla y desarrollarla desde acá, corremos el riesgo de quedar fuera del tablero global. Tenemos una gran cantidad de datos generados por sensores, robots, cámaras en la acuicultura, pero hoy no somos capaces de procesarlos en tiempo real. La IA puede marcar un antes y un después. La buena noticia es que Chile ya cuenta con talento de clase mundial en esta área, ya que recientemente un chileno ganó el concurso internacional de programación en India y otros dos estuvieron entre los finalistas. Eso habla del potencial que tenemos”.

En un plano más estratégico, el ejecutivo de Corfo indicó que la continuidad de los consorcios tecnológicos en acuicultura está asegurada, a pesar de la finalización del programa estratégico Mesoregional Salmón + Sustentable. “Corfo no se baja del barco de la acuicultura, al contrario, lo estamos fortaleciendo con una barcaza aún más grande. Hoy estamos apostando por una lógica de consorcios tecnológicos que permitan una acción colectiva frente a desafíos comunes. En el caso del salmón, eso significa enfrentar en conjunto temas como enfermedades, rotura de jaulas, escapes o necesidad de nuevas vacunas, porque son problemas compartidos por toda la industria”, manifestó Hentzschel.

Programas

Uno de los proyectos emblemáticos en curso es el PTEC Inva, liderado por el Dr. Daniel Nieto, cuyo propósito es generar insumos vegetales chilenos para reemplazar las proteínas y aceites importados que actualmente predominan en las dietas de los salmones. “Este programa busca fomentar cultivos como el lupino, la camelina y el trigo, que puedan ser transformados en ingredientes funcionales y sostenibles para la alimentación acuícola”, explicó. Actualmente, el 85% de estos insumos son traídos del extranjero, lo que representa una vulnerabilidad estructural para la industria, especialmente frente a escenarios como el alza de fletes o crisis logísticas.

Daniel Nieto.

Nieto enfatizó que el proyecto no es una simple iniciativa agrícola, sino una apuesta por una nueva industria nacional. “Estamos hablando de una tercera industria, que articula agricultura, acuicultura y biotecnología. Si logramos escalar esto, podríamos reducir entre 500 mil y 875 mil toneladas la huella de carbono anual de la industria del salmón. Para ello, ya se han instalado redes de proveedores agrícolas en La Araucanía y Aysén, y empresas ya han invertido en crear cadenas logísticas para mover estas materias primas a las plantas procesadoras”.

Otro hito relevante fue la culminación del Programa Tecnológico Estratégico para la Acuicultura Oceánica, presentado por Enrique Reyes. “Este programa nos permitió validar que es posible operar centros de cultivo a más de 100 kilómetros de la costa y en profundidades que superan los 400 metros”, señaló. Durante el proyecto se instalaron jaulas de 80x80 metros en zonas de alta energía del Golfo de Corcovado, con resultados biológicos sorprendentes, ya que los peces cultivados en estas jaulas crecieron dos meses más rápido que los del módulo control.

Enrique Reyes.

Reyes indicó que la tecnología desarrollada incluyó sensores, vehículos submarinos, robótica con inteligencia artificial y prototipos de jaulas flotantes sin anclajes. 

“Una de las pruebas clave fue someter estas estructuras a olas de hasta 7,2 metros de altura. No sólo resistieron, sino que mantuvieron la estabilidad operativa. Es un logro de clase mundial”, precisó. La inversión total del proyecto alcanzó los $22.836 millones, de los cuales el 18% provino de aportes privados.

En el área de sanidad acuícola, Alicia Lucero, gerenta del Consorcio Aqua Biotechnology, presentó el trabajo que vienen desarrollando para reemplazar antibióticos por soluciones biológicas como probióticos, vacunas naturales y antiparasitarios orales. “Nuestro objetivo es prevenir tempranamente enfermedades y mejorar el bienestar de los peces, reduciendo el estrés y fortaleciendo el sistema inmune”, detalló, agregando que actualmente trabajan en un portafolio con cuatro líneas de desarrollo, y ya han registrado tres patentes y una spin-off que comenzó a vender productos en 2022.

Alicia Lucero.

Lucero destacó que el equipo está compuesto por más de 50 profesionales altamente calificados, y que uno de los sellos del consorcio es el enfoque colaborativo. 

“Trabajamos con actores como BioMar, Veterquimica y Roda Internacional, lo que nos permite tener una conexión directa con los desafíos reales de la industria. Nuestra meta es llegar al mercado con nuestras primeras soluciones hacia fines de 2026”.

Finalmente, Carla Pérez, gerenta del nuevo Programa Tecnológico Valoriza+, abordó el problema de los residuos industriales desde una mirada de economía circular. “Nos enfocamos en valorizar materias primas residuales como plásticos, papeles, cartones y residuos orgánicos, transformándolos en insumos para nuevos productos o procesos. Esta iniciativa ya cuenta con la colaboración de más de 20 empresas de distintos sectores productivos, incluyendo el acuícola”.

Carla Pérez.

Pérez expresó que uno de los principales desafíos es descentralizar las capacidades de procesamiento. “Muchas tecnologías existen, pero no están cerca de los puntos de generación de residuos. Nuestra misión es identificar dónde están esos materiales, caracterizarlos y desarrollar soluciones viables para cada territorio. En el caso de los lodos acuícolas, por ejemplo, su valorización permitiría reducir costos de disposición y generar productos como fertilizantes, aditivos o materiales para envases compostables”, acotó.

Fernando Hentzschel subrayó que el enfoque de Corfo no es solamente productivo, sino también estratégico. “Sabemos que la acuicultura es la tercera actividad económica más relevante del país. Por eso, el Estado tiene que estar involucrado, no solo porque impulsa el crecimiento de empresas, sino porque genera bienestar, empleos y encadena otras industrias. Y si queremos reindustrializar Chile, la acuicultura, con este nuevo enfoque tecnológico y sostenible, es una vía concreta para lograrlo”.