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Aker QRILL Company: pesca responsable y ciencia abierta para proteger la Antártica

Marcelo Oyarzún.

Como parte de su compromiso con la conservación marina, el proveedor acuícola apoya la creación de una nueva Área Marina Protegida en la Península Antártica, una iniciativa liderada por Chile y Argentina.

La empresa Aker, que ofrece ingredientes marinos de alta calidad como harina y aceite de krill bajo la marca QRILL Aqua para la industria acuícola, promueve un modelo de producción sostenible basado en tecnología de pesca selectiva, áreas marinas protegidas y una plataforma científica pública que respalda sus beneficios nutricionales y su bajo impacto ambiental.

En el corazón del ecosistema antártico —uno de los entornos más prístinos y frágiles del planeta— se encuentra la mayor concentración de krill: más de 360 millones de toneladas de biomasa esenciales para la red trófica marina. 

En este entorno único, Aker QRILL Company desarrolla sus operaciones con un fuerte enfoque en la sostenibilidad, la ciencia y el cumplimiento estricto de regulaciones, con el objetivo de preservar la biodiversidad y al mismo tiempo aprovechar de forma responsable esta valiosa fuente de nutrientes.

Su misión, en tanto, es cosechar krill de forma responsable, minimizando el impacto ambiental y utilizando evidencia científica para demostrar su contribución a la salud del océano. 

El krill tiene atributos únicos que favorecen el crecimiento, el bienestar y la salud de salmones, camarones y especies de agua fría, convirtiéndose en un ingrediente clave para fórmulas de alimentos funcionales y sostenibles.

“Trabajar en un entorno prístino como la Antártica exige el menor impacto posible. No basta con cumplir las normas: hay que dar el ejemplo”, explica Marcelo Oyarzún Roa, gerente Técnico y Comercial de Aker QRILL Company en Chile.

Para lograrlo, la empresa desarrolló y patentó el sistema Eco-Harvesting™, un método de pesca diseñado específicamente para minimizar el impacto ambiental. Este sistema, asimismo, utiliza una red de arrastre pelágico con una sola manguera que transporta suavemente al krill vivo a bordo, evitando la captura incidental de otras especies. 

Gracias a esta innovación, la pesca incidental se reduce prácticamente a cero, posicionando a Aker QRILL como referente en prácticas responsables en la Antártica.

Además, Aker QRILL opera bajo estrictos controles de cuota en el Área 48 de la Antártica, limitada al 1% de la biomasa disponible de krill. “De hecho, normalmente pescamos por debajo de ese máximo”, agrega Oyarzún.

Como parte de su compromiso con la conservación marina, Aker QRILL Company apoya activamente la creación de una nueva Área Marina Protegida (AMP) en la Península Antártica, una iniciativa liderada por Chile y Argentina en el marco de la CCRVMA. La propuesta busca proteger más de 450.000 km² de ecosistemas críticos, incluyendo zonas de alimentación y reproducción de especies vulnerables. Esta medida, que abarca cerca del 70% de la región, refuerza el enfoque precautorio de la empresa, incluso si eso implica restringir voluntariamente sus propias operaciones en áreas sensibles.

“Cuando hablamos de sostenibilidad, no se trata sólo de buenas prácticas pesqueras. Lo que realmente importa es cómo garantizamos, validamos y mejoramos continuamente esas prácticas. Por eso trabajamos en estrecha colaboración con organismos internacionales, ONG, científicos y autoridades para asegurar que cada paso —desde la pesca hasta el producto final— cumpla con los más altos estándares de sostenibilidad y trazabilidad”, señala Oyarzún.