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“La acuicultura necesita dejar de ser invisible en las regiones de más al norte en Chile”

El vicepresidente de Salmones Camanchaca dice que la industria debe ser más conocida en grupos de élite y también en zonas como la Metropolitana y de Valparaíso.

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El vicepresidente de Salmones Camanchaca, Ricardo García, compartió algunas reflexiones del seminario en Oslo: “Resilient Food Future” organizado por la Global Salmon Initiative (GSI) en el que participó recientemente.

Allí analizaron, afirmó, los desafíos y oportunidades que enfrenta la acuicultura sustentable, y en particular la salmonicultura. Reflexionaron sobre la colaboración, legitimidad social y el rol de la acuicultura en el mundo.

En ese sentido, dejó algunas de las principales ideas, en sus redes sociales:

◾ En el panel “Building Resiliency for Salmon 2030”, junto a colegas Aino Olaisen de Nova Sea y Steven Rafferty de Cermaq, discutieron que la industria necesita hablar con más convicción y humanidad. Mostrar sus aportes, reconocer sus deudas, y proyectar su visión.

◾ En una industria joven, pero muy visible en los bordes costeros como la salmonicultura, la colaboración permite elevar los estándares y construir una narrativa compartida que contribuya a mejorar la percepción pública y a reforzar la licencia social para operar y crecer.

◾ Competitividad y colaboración se potencian. En un contexto global donde el sistema alimentario está bajo presión por su huella ambiental, la acuicultura (gracias a su eficiencia y menor impacto) puede hacer una gran contribución. Para eso necesitan una base común que permita a las empresas competir en lo que realmente deben hacerlo: la eficiencia, calidad, innovación y consistencia de su oferta.

◾ Cuando el éxito económico de una empresa se alinea con el bienestar de las comunidades donde opera, se genera un círculo virtuoso: más resiliencia, más adaptabilidad y mayor sostenibilidad a largo plazo. Generan más rentabilidad, y ésta vuelve a la comunidad.

◾ Los marcos de certificación y reporte (como ASC o BAP) son herramientas valiosas para establecer estándares comunes y generar confianza con distintos públicos. Sin embargo, su eficacia depende de que no se transformen en fines en sí mismos. La sostenibilidad no debe medirse sólo en cumplimiento normativo o reportería, sino en impacto real y mejora continua.

◾ La salmonicultura chilena puede coexistir armónicamente con la expansión de áreas marinas protegidas. Con menos del 0,04% de esas aguas ocupadas por centros de cultivo, y una alta contribución social y económica, es clave que la regulación se base en evidencia científica, evitando posturas extremas que arriesgan el desarrollo de comunidades enteras.

La Ley Lafkenche, de acuerdo con Ricardo García, es un buen ejemplo de lo que no hay que hacer: “dejar que unos muy pocos capturen los intereses de muchos, abusen y usen malas prácticas en el país”.

La acuicultura necesita dejar de ser invisible en los grupos de las élites y en las regiones de más al norte -el vicepresidente de Salmones Camanchaca indicó a Salmonexpert que más en específico se refiere a la Metropolitana y a la de Valparaíso-, “y asumir un rol protagónico en el futuro sustentable de la alimentación. Así lo reconoció la Fundación Bill & Melinda Gates, quien pidieron ayuda al GSI para con sus aprendizajes, ayudar a expandir la acuicultura en una zona como África”.