Álvaro Gallardo, biólogo marino, está a cargo del proyecto. Imagen: Francisco Soto, Salmonexpert.

Cepario Caligus en Chile: innovación para el cultivo y estudio del parásito

Chile: Las instalaciones forman parte de la Universidad de Concepción (UDEC) y “prometen resolver varios enigmas en torno al parásito comenzando por la ciencia básica”. 

Publicado Actualizado

A modo de anticipación a la Conferencia Sea Lice 2018 que se realizará en la ciudad de Punta Arenas entre los días 4 y 8 de noviembre, Salmonexpert realizó una visita al cepario oficial de Caligus rogercresseyi en Chile, instalaciones que forman parte de la Universidad de Concepción (UDEC) y que promete resolver varios enigmas en torno al parásito comenzando por la ciencia básica.

Historia

El cepario oficial es parte del Laboratorio de Biotecnología y Genómica Acuícola (LBGA) el cual a su vez también forma parte del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar), específicamente de la línea de investigación 1 (RP1) dirigida por el Dr. Cristian Gallardo.

El año 2016, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) mediante Resolución Exenta Nº10728 designó al LBGA como Laboratorio de Referencia Nacional (LRC) para el diagnóstico e investigación de la caligidosis.

Luego, entre las iniciativas contempladas en el desarrollo del Programa para la Gestión Sanitaria en la Acuicultura (PGSA), se propuso la implementación de dos ceparios oficiales, entre los que se encuentra el de C. rogercresseyi, cuyo objetivo es disponer de un banco público de diferentes cepas caracterizadas, tanto molecular como morfológicamente del parasito y que se encuentren disponibles para desarrollar investigación.

Instalaciones

Cepas que mantiene el laboratorio

  1. Recolectada en Contao, Puerto Montt, posee algún grado de resistencia al azametifos.
  2. Proviene de Chiloé y se ha identificado un grado de resistencia a deltametrina y cipermetrina.

El cepario se encuentra en la localidad de Dichato, ciudad de Concepción, específicamente en el LBGA y cuenta con un laboratorio seco y tres laboratorios húmedos, los cuales cuentan con salas experimentales donde se ejecutan los distintos ensayos y cultivo del parásito. El laboratorio está conformado por diferentes sistemas: Sistemas de experimentación, aclimatación y esmoltificacion, así como también, sistemas de infección y cultivo de Caligus.  

En un recorrido por las instalaciones, Álvaro Gallardo, biólogo marino a cargo del proyecto, comenta que el objetivo del cepario y laboratorio oficial es investigar la genética del parásito asociándola a las capacidades adaptativas del parasito.

Así, han logrado crear un banco genético donde identificaron distintos genes ligados con la resistencia farmacológica del Caligus.

Dos cepas resistentes

“Básicamente, lo que hacemos es cultivar distintas cepas del parásito. Primero, mediante el cultivo en condiciones controladas, obtenemos un gran número de Caligus para luego realizar distintas infecciones experimentales. Luego, una segunda etapa conlleva la secuenciación genética de las mismas, con el fin de conocer su genotipo”, explica Álvaro Gallardo.

En cuanto a las cepas, el experto detalla que provienen de muestreos realizados en terreno.

“La primera cepa putativa, proviene de Contao, una localidad ubicada cerca de Puerto Montt, mediante observaciones en terreno sabemos que posee algún grado de resistencia al fármaco órgano fosforado, azametifos. La segunda cepa putativa, proviene de Chiloé y creemos que posee un grado de resistencia a piretroides como deltametrina y cipermetrina, debido a que los reportes indican un uso frecuente de estos fármacos”, aclara.

En sus planes a corto plazo planean identificar la cepa nativa, que se define como aquella susceptible a los fármacos (producto de la no exposición a ellos) y que creen se encuentra en Magallanes. Además, esperan agregar otra cepa que sea resistente a otro fármaco como benzoato de emamectina.

Ciencia básica

Posterior a la implementación del cepario, el Dr. Cristian Gallardo se adjudicó el proyecto Caligus Life, financiado por los Fondos de Inversión Estratégica (FIE), lo cual les permitió plantear nuevos objetivos relacionados a la investigación de la ciencia básica del parásito, además de mejorar las instalaciones.

Esto fue un avance importante debido ya que, según el encargado del cepario, gran parte de la información disponible corresponde a reportes realizados en una especie de parasito muy similar, Lepeophtheirus salmonis.

"Mucha información que nosotros manejamos proviene desde Noruega en estudios realizados con L. salmonis, especie muy cercanamente emparentada con Caligus. Sin embargo, existen ciertas diferencias en su biología básica y, por ende, en su ciclo de vida; escenario que nos interesa aclarar desde diferentes enfoques, ya sean morfológicos, transcriptómicos y genómicos” señala.

Actualmente, realizan ensayos con la finalidad de evaluar el efecto que posee la temperatura y la salinidad en los primeros estadios larvales de C. rogercresseyi, es decir sobre nauplius 1-2 y copepodito. En una segunda etapa evaluarán el efecto de estas variables, pero en estados larvales desde la fijación del parasito en su hospedador.

"Estamos levantando mucha información, por ejemplo, hemos visto que Caligus es muy sensible a la salinidad, siendo más resistente a los cambios de temperatura. A 22 psu de salinidad, todos los organismos mueren, lo mismo a 8°C donde los nauplius no logran llegar a la etapa infectiva de copepoditos", explica el biólogo marino.

Otros hallazgos

En cuanto a otros proyectos y descubrimientos importantes, los investigadores están interesados en evaluar las dinámicas de infestación entre los centros de cultivo y la ictiofauna circundante a las jaulas.

“Queremos ver qué pasa con los peces nativos que rodean los centros de cultivo como el pejerrey, el róbalo, el lenguado y el rollizo y así entender más sobre las dinámicas de infección del parasito. Hasta ahora, hemos visto que las grandes densidades de C. rogercresseyi que están dentro de las jaulas no infectan la ictiofauna nativa, ya que estos peces, poseen cargas parasitarias extremadamente bajas, lo que trae muchas interrogantes”, concluye.