Investigación plantea que la acuicultura no contribuiría a la alimentación de la población más necesitada. Foto: Archivo Salmonexpert.

Estudio cuestiona discursos a favor del crecimiento de la acuicultura

Chile: La investigación, realizada en base a datos nacionales y globales, plantea que la acuicultura no aliviaría la presión sobre las pesquerías de captura, ni contribuiría a la seguridad alimentaria mundial.

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La acuicultura contribuye a mermar el déficit alimentario del planeta, particularmente de las poblaciones más vulnerables y ayuda a recuperar la biomasa de las pesquerías de captura, a través de una producción más eficiente de proteína, facilitada por el uso de tecnologías eficientes y sostenibles.

“Los anteriores son algunos de los fundamentos de los discursos azules emergentes que apoyan el crecimiento del cultivo de salmónidos en Chile y de la acuicultura en el mundo. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista científica “Fish and Fisheries”, cuestiona estos argumentos”, según se informa en el sitio web del Centro Ideal.

Se trata de un estudio liderado por la economista ambiental del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) de la Universidad Austral de Chile (UACh), Dra. Laura Nahuelhual, quien analizó datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y Sernapesca.

La Dra. Nahuelhual y su equipo plantean que los discursos azules, centrados en teorías de modernización que aseguran que la acuicultura puede compensar la pérdida de biomasa marina de las pesquerías de captura, omiten una serie de aspectos.

“Algunos de ellos son i) los efectos para el ecosistema marino de la expansión e intensificación de la acuicultura, ii) el nivel de disminución que muchas pesquerías marinas de captura ya han alcanzado en el momento en que la acuicultura comienza supuestamente a revertir la pérdida neta de biomasa, y iii) el hecho de que muchos productos acuícolas, como el salmón que exporta Chile por ejemplo, no contribuyen a la alimentación de la población más necesitada, sino que son bienes de lujo que solo puede consumir una fracción de la población de más altos ingresos”, de acuerdo con el Centro Ideal.

“Nuestro estudio cuestiona que una ´transición azul´, liderada por la acuicultura, esté encaminada en la dirección correcta, pues no hay prueba de que ella esté contribuyendo a una recuperación de las pesquerías del país, así como tampoco orientada a satisfacer las necesidades de alimentación de la población local y nacional. En un escenario donde el aporte de la acuicultura se sostiene exclusivamente en criterios de retornos económicos, se deben considerar seriamente todas las externalidades ambientales y sociales del crecimiento de la actividad en el país”, asegura el investigador Dr. Gustavo Blanco.

“En nuestro análisis, lo que muestran los datos globales no se condice con lo que pasa en Chile donde la acuicultura está lejos de contribuir a una recuperación neta de biomasa. Por otra parte, los datos globales no muestran que, si una transición azul está por ocurrir, es absolutamente dependiente de la producción acuícola de China”, asegura la investigadora Sandra Marín.

Marín agrega que “si China reduce su producción acuícola o sigue colapsando sus pesquerías de captura, los discursos azules dejan de tener sustento. El rol de la acuicultura en una transición azul sostenible dependerá del tipo de acuicultura que una nación decida desarrollar. Hasta ahora en Chile la acuicultura no es una actividad que contribuya a alimentar a los más pobres ni tampoco está influyendo en el devenir de nuestras pesquerías de captura, aun cuando la industria esté disminuyendo el uso de harina de pescado”.

En el estudio también participaron los investigadores Omar Defeo, Ximena Vergara, y Fabio Bozzeda.