Dres. Sergio Marshall y Jörg Overmann. Foto: Francisco Soto, Salmonexpert.

“Queremos producir resultados para un mejor diagnóstico y manejo de P. salmonis”

Chile: Es el objetivo que busca lograr el proyecto sobre el ciclo de vida de la bacteria liderado por la PUCV y que se encuentra en la etapa final.

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Hoy en el hotel Enjoy de Puerto Varas, se realizará el workshop “Bases técnicas para la consolidación de un cepario oficial de Piscirickettsia salmonis debidamente caracterizado”, actividad organizada por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) en el marco de los resultados del Programa para la Gestión Sanitaria de la Acuicultura (PGSA).

En esta instancia el Dr. Jörg Overmann, director del Instituto Leibniz DSMZ (Colección Alemana de Microorganismos y Cultivos celulares) y asesor del cepario oficial de P. salmonis en Chile, presentará algunos avances del trabajo en conjunto con la PUCV, específicamente sobre la genética poblacional y perspectivas futuras sobre el patógeno.

Análisis genómico comparativo

En conversación con Salmonexpert, el Dr. Overmann explica que la idea del proyecto en conjunto es entender la diversidad del patógeno. “Sabemos que hay dos genotipos, pero queremos saber por qué son distintos a los aislados de otros países, cuáles son los mecanismos de virulencia y cuáles son los mecanismos de resistencia a los antibióticos que posee esta bacteria”.

Con cinco genomas ya secuenciados, su meta es llegar a 60, con el objetivo de entender cómo se desarrolla en los distintos ambientes.

“Hemos visto que en cada genotipo, incluso, existen subespecies, lo que significa que entre ellos no están intercambiando información genética, por lo que se mantienen estables en el medioambiente y en el pez. Entonces aquí surge la pregunta de por qué existe esta diferencia de genotipos que ya conocemos y eso es lo que estamos tratando de averiguar” señala director del Instituto Leibniz en cuanto a la genética de la bacteria.

Así el proyecto busca analizar las diferencias entre estas subespecies en términos de virulencia. Lo anterior en base a la secuenciación de distintos genomas, donde también pretenden averiguar diferencias en torno a su metabolismo.

Con esta información, el objetivo final es saber qué determina el tipo de infección, qué ocurre en el salmón, qué determina su patogenicidad, y eventualmente, comprender como combatirlo.

“Queremos producir resultados para un mejor diagnóstico y mejor manejo de la bacteria, para que así mañana podamos crear una base de datos que nos permita saber solo con la secuenciación del genoma y la información genética del aislado, saber que genotipo es, su virulencia y como tratarlo” plantea el Dr. Overmann.

Diversidad genética

Según el experto P. salmonis es una bacteria muy particular ya que no se encuentra genéticamente relacionada con otras bacterias por lo que no se sabe cómo evolucionó.

“Si analizamos los típicos genes ribosomales con los que se construyen los árboles filogenéticos se puede apreciar que esta bacteria está muy alejada de las que se supone son sus más cercanas como Shigella o coxiella; así que en verdad no sabemos cómo evolucionó. Además, no hay intercambio genético entre los genogrupos lo quesignifica que son linajes estables e independientes” argumenta.

En Chile

En cuanto al trabajo en Chile, el Dr. Sergio Marshall, académico e investigador de la PUCV quien lidera el proyecto y el cepario señala que es de suma importancia continuar con el trabajo colaborativo para lograr controlar la enfermedad en el país.

“La información sobre las subespecies es algo nuevo. En Chile sabemos que hay dos genogrupos, pero según los estudios del Dr. Osman habrían más, y eso es sumamente importante, porque a lo mejor la enfermedad no está siendo controlada debido a que no entendemos realmente al patógeno. Puede que ahí esté la clave y eso es lo que estamos intentando descifrar” comenta.

En cuando a importancia y objetivo del workshop, el Dr. Marshall describe que es importante demostrar que cuando hay cooperación internacional y se integran nuevas tecnologías, podemos analizar el problema de una manera más robusta y completa; y que las autoridades se tienen que dar cuenta que esto no se puede acabar.

“El futuro es optimista, porque tenemos información sólida para sacar conclusiones. Queremos hacer ciencia básica que puede ser transferida al rubro de la acuicultura con el fin de hacer la producción más sustentable. Pero para eso debemos saber cómo manejar al patógeno” argumenta, agregando que “esta es una bacteria complicada y no hemos logrado entenderla, por lo que gastamos millones en vacunas y antibióticos sin lograr controlarla; por esta razón debemos volver a la ciencia básica para proponer estrategias de control”.