“La mala reputación de la salmonicultura es algo que está avalado por los números”

Sesión de Comisión Mixta.

Chile: Tanto desde Invasal como de la ONG Oceana recalcaron que el escape de peces producen un gran daño al ecosistema, la economía de las comunidades de bordes costeros y a la pesca artesanal.

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Ayer se realizó la tercera sesión de la Comisión Mixta del Congreso para analizar el proyecto de ley que modifica la ley N°18.892, General de Pesca y Acuicultura, en materia de prohibición de captura de especies salmonídeas provenientes de cultivos de acuicultura (Boletín N° 11571-21). La comisión está conformada por los senadores Fidel Espinoza e Iván Moreira, la diputada María Candelaria Acevedo y los diputados Sergio Bobadilla, Mauro González, Jorge Brito y Miguel Ángel Calisto.

En esta ocasión, expusieron el Dr. Daniel Gómez, director del Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores Australes (Invasal) y en representación de la ONG Oceana, Javiera Calisto y César Astete.

En su exposición, el Dr. Gómez expresó que el trabajo de Invasal es generar conocimiento que permita una gobernanza basada en evidencia científica, de salmones y truchas de vida libre, considerando el escenario de cambio ambiental, global y social imperante.

“Los salmónidos de cultivo son especies exóticas y dentro de este conjunto de especies exóticas, se encuentra un grupo especial considerado especies exóticas invasoras, como el salmón Coho y la trucha arcoíris, las cuales tienen más posibilidades de generar impacto negativo en nuestros ecosistemas. En tanto, el salmón Atlántico, si bien es una especie exótica, aun no se considera invasora”, detalló el investigador.

A su juicio, el escape de salmones no es algo que solamente ocurra en Chile, y se convierte en un problema socioambiental global, porque incluye impactos a nivel de ecosistemas naturales y de comunidades que forman parte del borde costero.

“En nuestro país, solo el 2020 se fugaron más de 400 mil peces. Los escapes de mayor magnitud, que ocurren cada 10 a 15 años han sido monitoreados, pero también ha habido escapes de menor magnitud, que son más frecuentes, pasan desapercibidos y no han sido monitoreados. Esto habla de la necesidad de implementar programas de monitoreo y seguimiento que sean continuos en el tiempo, más proactivos y menos reactivos a estos eventos”, argumentó el profesional.

Según el Dr. Gómez, los impactos que se generan en el ecosistema dependerán de la especie cultivada. “En el caso de salmón coho y trucha arcoíris, hemos determinado que son especies que tienen una dieta muy diversa, una vez que se escapan, se alimentan de crustáceos, peces y pellets no digeridos. En tanto, salmón Atlántico es una especie bastante acostumbrada a comer pellets, pero que si se deja suficiente tiempo en vida libre comenzará a asilvestrarse, cambiando su dieta, y consumirá peces”, expresó, agregando que existe evidencia que tanto la trucha como el salmón Coho se han reproducido en diversas cuencas de agua dulce de la zona sur austral, no así el salmón Atlántico.

“Sin embargo, hay un precedente en América del Norte que indica que los salmón Atlántico escapados pueden reproducirse en agua dulce. Por ello, no es descartable que esto ocurra en nuestro país”, argumentó el científico.

A su parecer, considerando toda la evidencia científica disponible, lo que se debe hacer es evaluar riesgos e implementar principios precautorios; se debe promover programas de monitoreo continuo en el tiempo; y se deben implementar métodos que permitan un seguimiento a los escapes.

Javiera Calisto.

Transparencia

Por su parte, Javiera Calisto recalcó la importancia de este Proyecto de Ley, el cual lleva en trámite más de cinco años y darle la urgencia que se le está dando es muy relevante, ya el foco de esta iniciativa cuenta con un apoyo transversal.

“Uno de los beneficios de este proyecto de Ley es la transparencia en el uso de antibióticos, antiparasitarios, escapes de peces y mortalidad en la industria salmonicultora. La transparencia incentiva la competencia. Actualmente, para el mundo, todas las empresas salmonicultoras son iguales y con el proyecto de Ley sabremos quién lo hace bien y quién no. Así, los consumidores podrán elegir la marca de quien lo hace bien y castigar a quien lo haga mal”, indicó la profesional.

Como consecuencia, según Javiera, se disminuirá el uso de antibióticos y antiparasitarios, se hará pública la información sobre escapes. “Esto, además, permitirá el mayor desarrollo de investigación de parte de la universidades y centros de investigación”.

De acuerdo con lo planteado por la representante de Oceana, el proyecto de Ley también beneficia a la Pesca Artesanal, porque regula la pesca accidental y no afecta la pesca recreativa.

Para la profesional, el escape de salmones afecta la fauna nativa, el medio ambiente y a especies de relevancia comercial para la pesca artesanal. “Lo más relevante es que afecta a la economía, ya que actualmente el salmón chileno se vende a un tercio del precio del salmón noruego, y esto es, según lo dicho por Mowi ‘por la percepción de la mala calidad’”, aseveró, cuestionando si es una percepción o si la mala calidad es cierta.

En cuanto al uso de antibióticos, el 2019 Chile ocupó 2 mil veces más que Noruega. “Ocupar antibióticos provoca la resistencia bacteriana y esto genera un impacto brutal en la salud. Por lo tanto, lo de la mala reputación es algo que está avalado por los números y no solo es una percepción”, argumentó la profesional.