InnAqua 2025 llamó a la confianza, innovación y alianzas para el futuro de la salmonicultura

Expertos nacionales e internacionales coincidieron en que el sur de Chile debe convertirse en polo global de innovación acuícola, integrando inversión, tecnología y colaboración público-privada.
La Región de Los Lagos se transformó nuevamente en el epicentro de la conversación global sobre innovación y sostenibilidad acuícola con el inicio de la conferencia InnAqua 2025, organizada por el Club de Innovación Acuícola. La ceremonia inaugural, realizada ayer en el Centro de Vinculación Ciudad Puerto de Empormontt en Puerto Montt, marcó el punto de partida de tres días de intensas jornadas de reflexión y debate que congregan a autoridades regionales y nacionales, emprendedores, académicos, gremios y representantes de empresas proveedoras y productoras.
Expertos nacionales e internacionales se reunieron para analizar tendencias globales, colaboración público-privada, nuevas tecnologías y soluciones biotecnológicas, con un claro foco en fortalecer la posición de Chile como líder mundial en acuicultura con un fuerte compromiso con la innovación y una mirada compartida hacia el futuro sostenible de la industria.
En la apertura, Carlos Parra, presidente del Club de Innovación Acuícola, entregó un mensaje que puso en perspectiva el rol estratégico de la acuicultura para Chile y el mundo. “La acuicultura no solo provee alimentos sanos y de alta calidad, también es motor de desarrollo económico y social en nuestros territorios. Pero ese motor debe ser sostenible, debe generar valor compartido y debe estar guiado por el conocimiento, la tecnología y la responsabilidad ambiental y social”.
Parra subrayó que InnAqua 2025 es un espacio para mirar hacia adelante, integrar energías renovables en la producción, aplicar economía circular y construir alianzas de confianza entre empresas, universidades, centros de investigación, autoridades y comunidades. Además, destacó que la FAO proyecta que en apenas cinco años más del 60% de los productos acuáticos provendrán de esta actividad, reforzando la urgencia de un liderazgo chileno en la seguridad alimentaria global.











Por su parte, Loreto Seguel, directora ejecutiva del Consejo del Salmón, insistió en que la salmonicultura chilena necesita avanzar hacia un marco de certezas para destrabar su crecimiento. “Estamos efectivamente estancados y siento que se está generando la energía necesaria para destrabarlo, para generar esa política de Estado tan necesaria y ese acuerdo nacional que todavía nos falta”.
La dirigenta gremial resaltó el valor del reciente informe del Banco Mundial, elaborado con apoyo de organizaciones internacionales como WWF y la Fundación Gordon and Betty Moore, que reconoce a Chile como referente global en producción sostenible y competitiva de salmón. Según recordó, “la acuicultura es la mayor oportunidad de innovación e inversión para los próximos 25 años en forma sostenible, social, económica y medioambientalmente”.
En tanto, Arturo Clément, presidente de SalmonChile, destacó que la innovación necesita una industria sólida que funcione como motor. “Para que nazca la innovación tiene que existir una empresa que la traccione. Son muchos los ejemplos donde se ha querido innovar, pero donde no existe una industria base, en general viven de subsidios y tienden al fracaso”.
Clément recalcó que la salmonicultura chilena se ha desarrollado en los últimos 40 años gracias a condiciones naturales excepcionales, al apoyo inicial de instituciones como Fundación Chile y Corfo, pero sobre todo al empuje emprendedor de quienes apostaron por la actividad en sus inicios. Mirando hacia el futuro, planteó que “el sur de Chile debe transformarse en el Silicon Valley de la acuicultura mundial”, asegurando que la región cuenta con talento, experiencia y calidad de vida para atraer a innovadores.
Desde una mirada territorial, Tomás Gárate, alcalde de Puerto Varas, recordó la historia personal y colectiva que une a la región con la salmonicultura, desde sus orígenes en los años ochenta hasta la crisis del virus ISA de 2009. “Estamos trabajando con visión de territorio, codo a codo, Puerto Varas y Puerto Montt, con una alianza estratégica para posicionar el sur de Chile como un hub de innovación y biotecnología que brinde servicios a nivel mundial”.
El edil enfatizó que este desafío supera las fronteras administrativas y requiere confianza entre autoridades, gremios y comunidades. También advirtió sobre la necesidad de incorporar los cambios tecnológicos, políticos y climáticos a la planificación futura, especialmente el impacto del aumento de temperatura en los mares interiores, para garantizar una salmonicultura resiliente, ambientalmente positiva y socialmente integrada en los territorios.
Por su parte, Rodrigo Wainraihgt, alcalde de Puerto Montt, vinculó InnAqua con el Plan INNOVA Puerto Montt, que busca consolidar a la comuna como capital regional de innovación. “Tenemos el convencimiento que Puerto Montt se debe transformar en la capital de innovación de la Región de Los Lagos”.
El jefe comunal explicó la estrategia de la “cuádruple hélice”, que articula al sector público, privado, académico y social en proyectos como la creación del primer Centro Tecnológico de Economía Circular, con una inversión de US$10 millones. Además, anunció la aprobación de $300 millones para levantar el primer Centro de Innovación local y relató cómo la municipalidad está impulsando iniciativas de robótica y tecnologías digitales en escuelas municipales. Según destacó, estas medidas buscan sembrar innovación desde la infancia y fortalecer una visión de futuro para la ciudad y la región.
En tanto, el gobernador regional de Los Lagos, Alejandro Santana, llamó a pensar en un horizonte de largo plazo que trascienda coyunturas políticas y electorales. “El Plan Salmón al 2050 no nace del gobierno central, sino de esta región, que ha convocado a actores desde el Biobío hasta Magallanes”.
Santana valoró la capacidad transformadora de la acuicultura, que a diferencia del cobre es una actividad renovable, y destacó que constituye una oportunidad estratégica frente al crecimiento demográfico mundial. “Aquí está la oportunidad de desarrollar un centro de alimentos saludables para un mundo que crece exponencialmente. No perdamos esa oportunidad”, indicó, subrayando que el gran desafío pendiente es reducir la permisología y generar certezas regulatorias que permitan al sector crecer con confianza.
En su intervención, el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Julio Salas, puso énfasis en la relevancia económica del sector, respaldada por cifras concretas. “Solo en 2024 registramos US$6.916 millones en exportaciones equivalentes a 903.000 toneladas enviadas a 96 destinos internacionales”, informó. También precisó que la acuicultura chilena ocupa 31 mil hectáreas en concesiones, con más de 3.100 autorizaciones vigentes, y que en regiones como Aysén representa más del 26% del PIB.
Salas anunció que el Ejecutivo avanza en la modificación del Reglamento Ambiental y Sanitario para incentivar el desarrollo de sistemas de recirculación (RAS) y fortalecer la transparencia. “La acuicultura no son solamente cifras, es innovación, es empleo y son comunidades costeras que encuentran en ella una oportunidad de futuro”, afirmó, destacando además el compromiso del gobierno con la colaboración público-privada.
Papel estratégico
Moderada por Adolfo Alvial, director ejecutivo del Club de Innovación Acuícola y Chairman of the Board of Aquaculture Innovation Alliance, la primera sesión de Innaqua 2025 comenzó con la exposición del experto del Banco Mundial, Harrison Karisa, quien vinculó los grandes desafíos globales —como el cambio climático, la pobreza y la inseguridad alimentaria— con el papel estratégico de la acuicultura. “Nuestra misión es acabar con la pobreza en un planeta habitable, y hoy estamos casando ese objetivo con cómo podemos también nutrir el medio ambiente. La agricultura, y en especial la acuicultura, pueden hacer mucho en ese sentido”, puntualizó. Además, recordó que el sector genera actualmente un valor económico estimado en US$313 mil millones y más de 22 millones de empleos en el mundo, de los cuales cerca de 71 mil corresponden a Chile.
Karisa también explicó las proyecciones del informe Harnessing the Waters, que plantea dos escenarios de crecimiento al 2050. “En el escenario de negocios como siempre, la acuicultura aumentará en 64 millones de toneladas hasta alcanzar 159 millones. Pero en el escenario optimista, con inversiones adecuadas, podría llegar a crecer en 96 millones de toneladas”, detalló. Según agregó, esa expansión requerirá inversiones por entre US$560 mil millones y US$1,3 billones, y será clave integrar a pequeñas y medianas empresas mediante financiamiento accesible y alianzas público-privadas para no dejarlas atrás.
Mirada de largo plazo
Uno de los expertos invitados fue Eduardo Bitrán, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez y exministro de Obras Públicas, quien repasó la historia y los aprendizajes de la salmonicultura chilena. A su juicio, el sector es clave para reimpulsar el crecimiento económico del país, pero exige un cambio de paradigma. “Para poder volver a crecer necesitamos nuevamente recurrir a los sectores de recursos naturales, pero con una visión distinta, porque la autorregulación fracasó y necesitamos una regulación con base científica y capacidad de adaptación”.
Bitrán explicó que el principal desafío es reconstruir la confianza y el capital social en la industria. “Fracasó la autorregulación en lo sanitario y ambiental, y se evidenció un grave deterioro del capital social. La innovación requiere colaboración y eso exige superar nuestra baja capacidad de cooperar”, advirtió. En esa línea, recordó la creación de programas estratégicos como el PEM Salmón Más Sustentable, que buscaron responder a la “tragedia de los comunes” en el uso de los ecosistemas marinos, impulsando relocalización de centros y el desarrollo de smolts de mayor tamaño en tierra.
En su intervención, Bitrán apuntó a la revolución tecnológica que marcará el futuro de la acuicultura. “La inteligencia artificial va a cambiar la productividad y la sustentabilidad de todas las actividades productivas, incluida la acuicultura”, sostuvo, planteando que Chile debe avanzar en innovación aplicada, energías renovables, rediseño de centros y vacunas que reduzcan el uso de antibióticos. Asimismo, insistió en que el sur de Chile puede transformarse en un hub global de servicios y tecnologías, siempre que exista colaboración público-privada y certeza regulatoria.
“Tenemos que superar esta crisis de confianza porque estamos en una situación de falla de coordinación. El sector no puede invertir para tomar estos desafíos porque no tiene la garantía político-regulatoria de que lo va a poder hacer y recuperar su inversión”.
Colaboración internacional
La presidenta de la Aquaculture Innovation Alliance, Jeanne McKnight, repasó la historia de cooperación entre el estado de Washington y Chile, recordando cómo los primeros envíos de ovas en los años setenta marcaron el inicio de la salmonicultura en el sur del país. “En 1974 instalamos las primeras balsas jaula en Washington, y poco después los científicos fueron invitados a Chile para apoyar el trabajo de mejoramiento pesquero. De ahí nació una colaboración que permitió establecer los primeros centros de cultivo de salmón en Chile”, relató. También compartió su experiencia desde 1990, cuando comenzó a apoyar al incipiente sector chileno en su ingreso a los supermercados estadounidenses, destacando que “los consumidores pedían pescado sin espinas, que no oliera fuerte y que fuera accesible”, lo que abrió un espacio único para el salmón chileno.
McKnight contrastó esa etapa de expansión con los desafíos actuales en Estados Unidos, donde la industria enfrenta una fuerte oposición de grupos ambientalistas y animalistas. “En 2017, tras el escape de 250 mil peces en Washington, los activistas comenzaron una campaña que terminó con la prohibición de los cultivos en jaulas de salmón del Atlántico en el estado. Fue una tragedia para trabajadores que llevaban décadas en la actividad”.
La ejecutiva advirtió que este tipo de presiones no es un fenómeno local, sino un movimiento global. “Washington es el punto cero, pero lo que pasó allí es una advertencia para Tasmania, British Columbia, Chile y Escocia. Nos dicen ‘vamos por ustedes después’. Frente a este escenario, el llamado es a reforzar la colaboración internacional y cambiar la narrativa con innovación y mejores prácticas que defiendan el verdadero aporte de la acuicultura”.
Innovación y emprendimiento
El cierre de la sesión estuvo a cargo de Daniella Alerbon, CEO de Aquit Biotech Solutions, quien aportó la visión de las startups biotecnológicas. Desde su experiencia, destacó que la inteligencia artificial es hoy un eje central de la innovación. “La inteligencia artificial es la nueva electricidad y atraviesa todas las industrias, incluida la acuicultura. Hoy, si uno está emprendiendo, poner IA en la propuesta es casi un pasaporte para generar interés”, comentó, relatando igualmente cómo su equipo logró llegar a pilotear su tecnología con salmonicultoras chilenas gracias a plataformas internacionales como Rabobank, demostrando que la innovación abierta conecta soluciones de distintos países con las necesidades de la industria local.
También Alerbon puso sobre la mesa los desafíos de la licencia social y la inclusión de mujeres en el ecosistema de innovación. “La acuicultura se desarrolla en espacios públicos, en el mar, y eso exige estándares más altos de sostenibilidad y comunicación. Además, solo el 15% de las startups son lideradas por mujeres y reciben apenas el 2% de la inversión”, detalló. Según exhibió, superar estas brechas requiere visibilizar casos positivos y fomentar ecosistemas inclusivos.
“La innovación no sólo debe ser tecnológica, sino también cultural y social, abriendo paso a una industria acuícola más sostenible y diversa”, dijo al respecto la profesional.