Federico Rodríguez es abogado de la Universidad Diego Portales y posee un LL.M. en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres. Imagen: Baraona, Marshall y Cía.

“La salmonicultura puede ser protagonista en políticas públicas basadas en ciencia”

Chile: La industria salmonicultora se enfrenta hoy a la oportunidad de valorizar la información científica que deberá levantar y entregar a la Autoridad, para pasar a un rol activo en la creación de políticas públicas. 

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Para Federico Rodríguez, abogado especialista en el área salmonicultora y socio en el estudio Baraona Marshall & Cia, la presión regulatoria y legislativa para los productores de salmón sólo aumenta: “En el Congreso se discuten nuevos proyectos y todos ellos tienen en común regular la producción y proteger el medio ambiente, pero generalmente desde una perspectiva fiscalizadora o protectora y no preventiva”.

Desde el 2010, se ha trabajado en proyectos de ley o modificaciones que intentan establecer criterios científicos en la toma de decisiones y que afectan al sector salmonicultor en áreas de densidades de cultivo, monitoreo en línea y floraciones de algas nocivas, principalmente.

¿Cómo debiesen prepararse las compañías para abordar estos cambios?

Si tenemos una regulación que obligará a las empresas a registrar, a su riesgo y costo, un conjunto de variables ambientales, oceanográficas y sanitarias, tenemos que ver como industria si podemos utilizar esa misma información para -en forma proactiva y preventiva- mejorar los sistemas de producción, la prevención o diseminación de enfermedades, los descansos de barrios e implementar una mejor ubicación de las concesiones para avanzar con el proceso de relocalizaciones.

La opción que tiene la industria salmonicultora hoy, es unirse para generar información útil para la toma de decisiones a partir de la data que estará obligada a levantar y entregar a la autoridad, que tiene un uso principalmente fiscalizador, para pasar a un rol activo en la creación de políticas públicas para el sector, basados en estudios y modelaciones de misma información.

Se podría por ejemplo rediseñar descansos, agrupaciones de concesiones, centros de cultivo o sistemas de alerta temprana por propagación de enfermedades, y ser propuestos por la industria a la autoridad, basado en los datos científicos disponibles para ambos.

El impacto a largo plazo de estas medidas se vería reflejado en mejores indicadores ambientales, menor uso de antibióticos, menores costos de producción, acceso a mercados más exigentes, entre otros.

¿Qué oportunidades se genera para la industria el establecimiento de nuevos parámetros ligados a monitoreo ambiental?

Sabiendo que la información científica y su análisis es fundamental para el futuro de la acuicultura, en un contexto de mayor regulación y escrutinio público, la posibilidad de contar con información de calidad, calibrada y validada, y de poder estudiarla y analizarla en conjunto con el mundo científico disponible en Universidades y organismos públicos y privados, representa una oportunidad para construir y acordar un modelo productivo y sanitario moderno, sustentable ambientalmente y que convierta a la industria salmonicultora chilena en un nuevo parámetro de economía sustentable.

Hoy, la salmonicultura es la segunda fuerza exportadora del país, con miles de puestos de trabajo directos e indirectos, principalmente en la región austral, cercana a zonas de interés turístico, parques nacionales, reservas, áreas de manejo bentónico, entre otros.

¿Cómo afectan estos cambios la imagen país y el desempeño de la industria salmonicultora?

Hoy sabemos que la trazabilidad de un producto y los efectos en el medio ambiente, en el uso de agua,  el uso de antibióticos en el caso de los productos de originen animal es requerido por los consumidores en todo el mundo.

Ser capaces de mejorar el modelo productivo en un proceso colaboración público privada, es un beneficio enorme para la imagen país y para la inserción de los productos de la acuicultura chilena en los mercados internacionales.

Para la salmonicultura, es un desafío especial avanzar en un modelo de negocios que incorpore mejores prácticas ambientales, comunitarias, productivas y sanitarias y para ello las herramientas de la ciencia y la tecnología son fundamentales. Si a eso se agrega la importancia para la economía local y nacional, y con la competencia que existe en los mercados internacionales, el proceso de mejora es continuo y una permanente preocupación.