Regulación de la acuicultura en altamar: un desafío para Chile

Chile: Desde el sector productivo afirman que la ausencia de regulación para la acuicultura en altamar “le resta competitividad a la industria chilena versus otros países”.

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Durante los próximos meses, se espera que comiencen las esperadas conversaciones anunciadas por el Gobierno, para así desarrollar una nueva Ley Acuícola, separándola del área Pesca.

La actual legislación chilena no considera una regulación específica para la operación en altamar de la acuicultura, por ende, en la práctica los centros de cultivo del salmón operan sobre las AAA (áreas aptas para la acuicultura) que ya existen y es necesario que la concesión de acuicultura haya sido otorgada con anterioridad, pues hoy el acceso a nuevas concesiones está cerrado, en las regiones de Los Lagos y Aysén desde 2020 y en Magallanes desde 2016.

Tras la consulta efectuada por Salmonexpert, Loreto Seguel, directora ejecutiva del Consejo del Salmón, dice que “esta situación descrita le resta competitividad a la industria chilena del salmón versus otros países salmonicultores que cuentan con regulaciones para los cultivos en altamar”.

“Por eso esperamos que en el marco de la discusión de la nueva Ley de Acuicultura este tema se aborde ya que las AAA requieren una revisión profunda para ajustarlas en función de las lecciones aprendidas del pasado y las actuales discusiones que se están llevando a cabo en torno a la acuicultura y el desarrollo sostenible de esta actividad productiva que tan relevante es para la macrozona sur austral de Chile”, indica la profesional.

Como gremio de la productoras de salmón, señala Seguel, “nos parece oportuno señalar que si bien en los últimos años se han desarrollado proyectos que buscan resolver los desafíos tecnológicos para impulsar la acuicultura oceánica, varias iniciativas con apoyo de Corfo, en la práctica existe una alta incertidumbre regulatoria”.

Para la dirigente, resulta crucial poder acompañar a tiempo los cambios que son necesarios para que la industria salmonicultora chilena se desarrolle a la par de sus competidores “y seamos capaces de continuar impulsando una acuicultura sustentable que aporte al país”.

Noruega es un ejemplo de que el rol del Estado es clave, subraya Loreto Seguel, “de hecho cuentan con una política de Estado para promover el desarrollo de la salmonicultura y ha creado incentivos tributarios al desarrollo de proyectos piloto por parte de las empresas. Esperamos que esa orientación sea parte de la discusión de la nueva ley de acuicultura”.