Evolución del uso de antibióticos en la producción de salmones en Chile

*Columna de opinión para Salmonexpert de Jorge Olivares, profesor asociado Instituto de Biología, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Investigador Núcleo Milenio para la investigación colaborativa en Resistencia Antimicrobiana MICROB-R. 

El uso de antibióticos en la producción de salmones en Chile ha sido una práctica necesaria para el control de los patógenos bacterianos. Desde los comienzos de la producción a mediados de los ochenta y la masificación en los noventa, las enfermedades bacterianas han sido una constante. Diferencia fundamental con lo que sucede con la producción de salmones en el hemisferio norte, donde los principales patógenos que afectan a los peces son virus y parásitos, de allí que muchas veces la comparación con el uso de antibióticos en la producción en Chile y Noruega por ejemplo llega a ser un poco tediosa y hasta inválida.

De todas las enfermedades bacterianas que presentan los salmones en cultivo, la más importante es el Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS) cuyo agente etiológico es la bacteria intracelular facultativa Piscirickettsia salmonis. Aunque este patógeno ha afectado a la industria desde los años noventa, todavía sigue siendo el principal motivo de uso de antibióticos ya que hasta hoy no existen vacunas que puedan controlar en forma eficiente la enfermedad. Sin embargo, los tipos de antibióticos utilizados para su control han ido cambiando a lo largo de los años de acuerdo con las diferentes normativas. Por ejemplo, común era el uso de ácido oxolínico y flumequina a fines de los noventa y principios de los 2000.

Ambos antibióticos pertenecen a la familia de las fluoroquinolonas, antibióticos altamente utilizados en medicina humana y que organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) han sugerido fuertemente eliminar su uso a nivel veterinario, recomendación atendida por la industria y desde el año 2009 el uso de estos antibióticos ha ido bajando considerablemente, siendo casi nulo en la actualidad.

El uso de antibióticos trae como consecuencia natural la selección de bacterias resistentes. Este problema se ha acentuado en los últimos años sobre todo en medicina humana, ya que la presencia de bacterias resistentes ha provocado un aumento en la morbilidad y mortalidad de infecciones adquiridas en los hospitales. Si bien los antibióticos son utilizados en medicina humana, un 70% de estos medicamentos es utilizado en producción animal. Es por ello que las medidas para poner atajo al avance del fenómeno de la resistencia antimicrobiana (RAM) y sus efectos no sólo debía ser abordada por la medicina humana.

Es así como aparece el concepto de “Una sola Salud”. Este concepto se explica de la forma en tanto la salud humana, la salud animal y el medioambiente están totalmente interconectados. Teniendo en cuenta este abordaje, la OMS, la OIE y la FAO (Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en una comisión tripartita plantearon estrategias para combatir el fenómeno de la RAM. Uno de los principales acuerdos es que la RAM debe ser abordada por los gobiernos con medidas de control en el uso de estos medicamentos.

Es por ello que Sernapesca ha venido implementando una serie de medidas que lograron disminuir sostenidamente el uso de antibióticos hasta el año 2020. Medidas tales como la publicación anual del uso de antimicrobianos en la industria del salmón; la implementación de un programa Sanitario de vigilancia y control de SRS desde el año 2012; la publicación y actualización constante de manuales de buenas prácticas en el uso de antimicrobianos; la puesta en práctica de la receta de antimicrobianos y antiparasitarios en línea; hasta la implementación de la más exitosa de ellas, el “Programa para la optimización del uso de antimicrobianos, PROA”.

Este último programa entrega una certificación a las empresas y centros de cultivo que han logrado controlar o incluso eliminar el uso de antibióticos en la producción de salmones. Otro programa que impactó fuertemente en el mejoramiento de la producción de salmones en Chile con un fuerte énfasis en mitigar los efectos de las enfermedades infecciosas fue el Programa de Gestión Sanitaria de la Acuicultura, PGSA. Iniciativa público-privada donde se invirtieron más de 4 mil millones de pesos y donde desde el año 2015 se abordaron temas relacionados con entender la biología y epidemiología de la bacteria P. salmonis; el uso de antimicrobianos; y aspectos inmunológicos, de comportamiento y alimentación en la producción de los peces cuyo impacto se vio reflejado en la disminución del consumo de antibióticos.

Sin embargo, esta tendencia se rompió el año 2021, ya que en el reciente informe de uso de antimicrobianos publicado por Sernapesca se reportó un aumento en el uso de estos medicamentos. Múltiples han sido las razones argüidas por los expertos para explicar este cambio en la tendencia, aunque aparentemente los argumentos más probables son el aumento de la incidencia de dos enfermedades bacterianas. Una de ellas ya presente hace muchos años en la industria como lo es la “Enfermedad bacteriana del riñón, BKD” provocada por la bacteria Renibacterium salmoninarum; y la otra una enfermedad emergente denominada “tenacibaculosis” provocada por un grupo de bacterias del género Tenacibaculum.

Esto nos vuelve a recordar que los sistemas biológicos son altamente dinámicos y que se vuelven más vulnerables cuando hay una concentración importante de individuos en una producción masiva. Es por ello que no debemos bajar la guardia y poner atención al comportamiento de estos patógenos invirtiendo en investigación para conocer su biología y epidemiología, creo que la industria no quiere deshacer el camino hecho y menos que estas enfermedades se conviertan en un “nuevo SRS” ya que traería consigo un aumento en el uso de antimicrobianos y por tanto un retroceso importante para lograr una producción sustentable de salmones en Chile.