
Chile se convierte en un suministrador clave para Rusia
En agosto del año 2014, como respuesta a las sanciones económicas adoptadas contra Rusia por un grupo de países, fueron prohibidas las importaciones a dicho país de productos de consumo básico, el salmón entre ellos, para Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Australia y Noruega.
Durante los meses posteriores, los incrementos en las exportaciones chilenas de salmón y trucha congelada hacia Rusia fueron significativos, pasando desde las 2.679 toneladas enviadas en julio, a las 6.712 toneladas en septiembre, alcanzando las 14.226 toneladas en octubre.
Los embarques desde Noruega fueron completamente sustituidos por los de Chile e Islas Faroe. Según una entrevista con la directora de ventas a cadenas retail de uno de principales importadores rusos de salmón, la industria salmonicultora chilena pasó de suministrar desde el 15%, previo a las sanciones impuestas por Rusia, al 60% luego de la implementación de las restricciones. Además, la participación del salmón congelado respecto al refrigerado subió desde un 40% en julio, a un 83% en octubre.
El estudio, asegura que el salmón congelado tiene excelentes oportunidades de desarrollo en el mercado ruso, debido a la coyuntura actual del país marcada por la prohibición de embarques. Además, se analiza la recepción de las importaciones de salmón y trucha hacia Rusia, siendo Chile prácticamente el único proveedor. Existe una buena percepción del producto chileno y de los proveedores de pescado chileno en general por parte de las autoridades rusas, Rosselkhoznadzor y otras. El único obstáculo podría ser la disminución de la capacidad adquisitiva de la población, dada la devaluación del rublo, asegura el estudio de ProChile.
Las recomendaciones de la Oficina Comercial de Prochile en Rusia para la industria salmonicultora, se basan en continuar participando en las ferias que se realizan en Moscú y en Europa, velar por la calidad de los productos que se exportan a Rusia, para que las autoridades sanitarias no puedan presentar reclamos a los proveedores y para que no se afecte la imagen del producto. Por último, se sugiere trabajar mano a mano con el importador y ser atento a sus sugerencias y solicitudes.