La vanguardia de la imagenología en la salmonicultura

Fractura de cuerpos vertebrales

Chile: Radiografías de alta resolución y ultrasonografía son sólo algunas tecnologías utilizadas en la actualidad con diversas aplicaciones.

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Distintas técnicas de imagenología han irrumpido con fuerza en la salmonicultura, transformándose en herramientas esenciales para la evaluación de la salud y el desarrollo de los salmones.

Su uso en la salmonicultura comenzó como algo netamente experimental o de investigación, pero con el tiempo ha evolucionado a un uso casi cotidiano, como es la determinación del sexo de los peces para su clasificación (sexaje) mediante ultrasonido, o la evaluación de anomalías esqueléticas mediante radiografías.

¿Qué tan avanzadas están estas técnicas en la industria? ¿Cuáles son sus principales aplicaciones en la actualidad? ¿Cómo seguirán creciendo a futuro?

El Dr. Paul Eckhard Witten, científico de la Universidad de Gante, Bélgica, es uno de los pioneros en el estudio del esqueleto de peces y la biología evolutiva del desarrollo. El experto señala que para el análisis del esqueleto de los salmones las radiografías son, en la mayoría de los casos, un primer y fundamental paso y que podrían hasta realizarse en terreno.

“Para el diagnóstico del tejido esquelético en el salmón de cultivo, las radiografías estándar son fundamentales. Los rayos X no son invasivos y pueden obtenerse de animales vivos. Algo importante es que se pueden realizar radiografías estándar en los centros de cultivo de ser necesario. Después de este primer paso al diagnóstico, lo más frecuente es que se requiera un análisis más profundo en laboratorio”, comenta el Dr. Eckhard.

En cuanto al uso de la ecografía, Héctor López, jefe del Área Reproductores de Econexus, precisa que actualmente permite además del sexaje, la identificación, categorización y separación temprana de peces que muestren signología típica de distintas anomalías y enfermedades tales como nefrocalcinosis y BKD, entre otras.

“En reproducción, podemos prever la calidad de las ovas producidas con varios meses de antelación al desove, mantener poblaciones de reproductores con desoves sincronizados durante todo el año, reducir los efectos producto de la aparición de grilses y maduros precoces por medio de selecciones de reproductores dirigidas en contra de estos caracteres y monitorear las poblaciones de engorda en mar para alertar, en tiempo real, la aparición de brotes de enfermedades que años atrás sólo se detectaban cuando causaban mortalidades masivas o eran difíciles de controlar”, destaca López.

Lea el reportaje completo en la nueva edición de revista Salmonexpert (páginas 10 a la 15).