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Validación, resistencia y confianza pública: la hoja de ruta para la edición genética en peces

Panel de Expertos EDIGEN.

Expertos abordaron los avances y desafíos de la edición génica en acuicultura, destacando la necesidad de garantizar seguridad, precisión y beneficios concretos para el bienestar y la salud de los peces. 

Publicado

Con un fuerte foco en la responsabilidad tecnológica y el impacto sanitario, el bloque Industry Session I del EDIGEN: First International Meeting on Genome Editing in Aquaculture reunió a especialistas de Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos en el Hotel Cabaña del Lago de Puerto Varas. 

Durante la tarde de la jornada inaugural del miércoles 19 de noviembre, los investigadores profundizaron en el potencial de la edición génica para mejorar el bienestar animal, aumentar la resistencia a enfermedades y acelerar el progreso genético en especies acuícolas, pero subrayaron que estos avances deben ir acompañados de controles rigurosos y metodologías transparentes.

Las presentaciones y el conversatorio evidenciaron el consenso de la industria: la adopción de gene editing en acuicultura dependerá no sólo del desarrollo científico, sino también de la capacidad de demostrar que los animales editados son seguros, libres de inserciones no deseadas y diseñados con fines claros de salud y productividad. Asimismo, los expertos coincidieron en que la estabilidad regulatoria y la comunicación efectiva serán determinantes para asegurar la aceptación pública y facilitar el ingreso de estas innovaciones al mercado global.

Edición génica para acelerar el mejoramiento en salmón

Durante su presentación en Puerto Varas, el Dr. Ross Houston, Chief Scientific Officer de Benchmark Genetics, expuso cómo la edición genética se está posicionando como una herramienta estratégica para acelerar el mejoramiento en salmónidos. El investigador destacó avances logrados mediante selección asistida por marcadores y tecnologías genómicas, incluyendo el histórico QTL de resistencia a IPN que prácticamente eliminó la mortalidad por esta enfermedad en Noruega. En ese contexto, Houston fue categórico: “La edición génica no viene a reemplazar la selección tradicional, sino a potenciarla: nos permite acelerar el progreso, introducir variación que la especie no tiene y enfrentar enfermedades que hoy limitan a la salmonicultura global”.

Dr. Ross Houston, Chief Scientific Officer de Benchmark Genetics

La charla profundizó además en cómo la edición génica abre posibilidades que el mejoramiento convencional no puede alcanzar por sí solo, como incorporar variación favorable presente en especies emparentadas o abordar rasgos complejos como la resistencia a patógenos. Uno de los proyectos más avanzados que presentó Houston es el análisis comparativo entre salmón del Atlántico y salmón coho para comprender por qué este último rechaza Caligus tras la adhesión, utilizando herramientas como single-cell sequencing, proteómica y edición CRISPR para identificar genes candidatos que permitan desarrollar resistencia en el salmón del Atlántico.

Finalmente, el especialista abordó el rol crítico de avanzar hacia regulaciones claras y pragmáticas que permitan aplicar estas tecnologías a nivel comercial. Benchmark Genetics también mostró innovaciones en automatización de microinyección de embriones, un paso necesario para escalar la edición genética en salmonicultura. 

El mensaje central del Dr. Houston fue que el futuro del mejoramiento dependerá de integrar selección, genómica y edición génica bajo un marco regulatorio que permita soluciones con impacto productivo, sanitario y ambiental.

Dr. Derek Bickhart, genetista y especialista en bioinformática de Hendrix Genetics.

Control riguroso para garantizar seguridad

La segunda exposición de la jornada de la tarde estuvo a cargo del Dr. Derek Bickhart, genetista y especialista en bioinformática de Hendrix Genetics, quien expuso la creciente necesidad de aplicar métodos de validación robustos y de alta resolución para asegurar que los animales editados genéticamente cumplan con los estándares de calidad y seguridad exigidos por la industria, los reguladores y los consumidores. El investigador recordó casos históricos donde inserciones no detectadas —como plásmidos o fragmentos indeseados de ADN— terminaron comprometiendo productos que buscaban mejorar el bienestar animal, subrayando que estos errores, aunque evitables con la tecnología actual, pueden tener un impacto crítico en la percepción pública y en la aprobación regulatoria.

Asimismo, el Dr. Bickhart detalló el trabajo de Hendrix Genetics en el desarrollo de metodologías de high throughput screening basadas en secuenciación dirigida (capture-seq), capaces de analizar miles de individuos en tiempos reducidos y con una precisión suficiente para detectar inserciones accidentales, off-targets y contaminación por plásmidos. Este enfoque permitió descubrir que un porcentaje relevante de individuos podía presentar ADN no deseado, demostrando que la validación exhaustiva debe convertirse en una práctica rutinaria antes de avanzar hacia fases comerciales. Según el especialista, “la edición génica sólo podrá avanzar con confianza si demostramos, de forma rigurosa y transparente, que cada animal editado está libre de inserciones no deseadas: validar calidad y seguridad no es opcional, es la base para ganar la confianza regulatoria y del consumidor”.

El genetista enfatizó en que la industria debe integrar herramientas bioinformáticas reproducibles, pipelines transparentes y buenos ensamblajes genómicos de referencia para garantizar un análisis adecuado de los eventos de edición. Esto no solo permite anticipar riesgos biológicos, sino también acelerar decisiones dentro de los programas de mejoramiento. Para Bickhart, el avance del gene editing depende tanto de la innovación técnica como de la capacidad de demostrar que cada paso del proceso es seguro, controlado y verificable, especialmente frente a especies acuícolas donde la variabilidad natural y la escala de producción exigen estándares aún más estrictos.

Durante el panel de conversación, expertos de Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos discutieron junto a los asistentes los principales desafíos técnicos y regulatorios ligados a la edición génica en animales, con especial foco en la detección de inserciones no deseadas, off-targets y contaminaciones por plásmidos. Se abordó la diferencia entre métodos que utilizan ADN exógeno—donde existe riesgo de integración accidental—y técnicas modernas que evitan este problema. Los panelistas coincidieron en que demostrar la seguridad y precisión de los métodos es fundamental, pero también enfatizaron que exigir pruebas exhaustivas e individuales para miles de animales sería inviable y frenaría el desarrollo tecnológico. En esta línea, recalcaron que, desde la evidencia actual, los efectos off-target sin impacto fenotípico no representan un riesgo real y no debieran ser tratados como un “peligro” regulatorio.

Otro eje del conversatorio fue la distancia entre avances científicos y marcos regulatorios globales. Los expositores debatieron cuánto falta para que animales editados se produzcan y comercialicen a escala, estimando plazos entre cinco y diez años, dependiendo del país y el grado de flexibilidad normativa. 

También analizaron la aceptación pública, destacando que si bien existe un grupo minoritario pero muy vocal contrario a estas tecnologías, la mayoría de los consumidores se muestra neutral o favorable cuando la edición génica se orienta a resolver problemas claros de bienestar animal y salud, como resistencia a enfermedades. Finalmente, se discutió cómo características como la transparencia, la selección de rasgos con beneficios sanitarios y la claridad regulatoria serán claves para acelerar la adopción de la edición génica en acuicultura y otras industrias animales.