Desde el sur de Chile, la biotecnología se conecta con el futuro de la salmonicultura

El encuentro “Reescribiendo el Futuro de la Salmonicultura” vinculó ciencia, startups y empresas para acelerar innovaciones de alto impacto desde la Región de Los Lagos.
Con la premisa de que la biotecnología será una de las industrias con mayor influencia en el bienestar humano y el desarrollo sostenible durante los próximos 50 años, se desarrolló en Puerto Varas el encuentro “Reescribiendo el Futuro de la Salmonicultura”, organizado por Patagonia Biotech Hub. La actividad, realizada en el Hotel Cabañas del Lago, reunió a investigadores, emprendedores y representantes de la industria, con el respaldo de organizaciones como Endeavor, CBT Patagonia, SalmonChile y el Consejo del Salmón, además del auspicio de Kura Biotech. Su objetivo fue facilitar el diálogo entre el mundo académico, las startups tecnológicas y los actores productivos, especialmente vinculados a la acuicultura.
Durante su intervención, Eduardo Wallach, CEO de Kura Biotech y cofundador del Patagonia Biotech Hub, enfatizó que no se trata de crear un ecosistema exclusivamente regional, sino de aprovechar las ventajas únicas del sur de Chile para posicionarlo como polo nacional de biotecnología. “No estamos buscando construir un hub para la Región de Los Lagos, sino desde la Región de Los Lagos. Este lugar tiene las condiciones para transformarse en el epicentro de la biotecnología en Chile”, afirmó. Según el ejecutivo, la biotecnología ya es una industria global de US$1,5 trillones y crecerá hasta los US$4 trillones hacia 2030, superando incluso a la minería en tamaño.
Asimismo, Wallach explicó que la convergencia entre inteligencia artificial, biología sintética y —en un futuro próximo— computación cuántica, permitirá enfrentar los desafíos más urgentes de la humanidad, tales como la salud pública, la alimentación y la sostenibilidad ambiental. “Casi todos los temas en los que se está involucrando la biotecnología son críticos para el futuro del planeta, lo que la convierte no solo en una industria prometedora, sino en una necesidad estructural para mejorar la calidad de vida y aumentar el valor agregado de nuestras economías”, puntualizó. En este marco, el Hub busca apoyar a startups deeptech, ayudándolas a las barreras de validación tecnológica y el acceso real al mercado.



Además, el profesional destacó que el modelo de Patagonia Biotech Hub se inspira en experiencias internacionales como la de Silicon Valley, donde la conexión entre academia, industria, capital, infraestructura y calidad de vida fueron claves. “Puerto Varas y su entorno ya ofrecen un estándar de vida atractivo, lo que nos permite atraer talento altamente calificado sin tener que luchar contra el entorno. A esto se suma una industria acuícola robusta y una creciente necesidad de soluciones tecnológicas en sectores como la salmonicultura, la lechería, el forestal y el frutícola”, afirmó. El Hub ya cuenta con un espacio físico y pronto sumará un laboratorio de uso compartido, con equipamiento de alto nivel, que permitirá a las startups reducir drásticamente sus costos iniciales y acelerar su proceso de innovación.
Biología sintética
Por su parte, Javier Cáceres, Principal Scientist del equipo de Bioinformática de Kura Biotech, explicó cómo la inteligencia artificial está redefiniendo las posibilidades de la biología sintética, particularmente a través del uso de herramientas como AlphaFold. “AlphaFold fue el momento GPT de la biología. Así como ChatGPT nos enseñó a interactuar con el lenguaje de forma diferente, esta herramienta transformó la forma en que entendemos las estructuras de las proteínas, permitiéndonos predecirlas con altísima precisión”, señaló. Gracias a este salto, actualmente es posible pasar de tener una estructura por cada 1.280 secuencias genéticas, a prácticamente una estructura por cada una, lo que ha revolucionado la ingeniería de proteínas.
A partir de estas tecnologías, Cáceres presentó “Pantera”, la plataforma interna que ha desarrollado Kura Biotech para mejorar enzimas mediante ciclos iterativos de diseño computacional, síntesis, evaluación y aprendizaje. Un ejemplo concreto fue el caso de la enzima TDT, que originalmente presentaba baja eficiencia para sintetizar ADN con nucleótidos no naturales. “La naturaleza nunca había visto estos nucleótidos, por lo que tuvimos que encontrar primero una enzima más afín en la naturaleza, y luego mejorarla hasta alcanzar una eficiencia del 99%. Eso ya nos permite incorporarla en procesos de síntesis de ADN comercial”, explicó el investigador.
En su visión a cinco años, Cáceres anticipó que la inteligencia artificial no será simplemente una herramienta de apoyo, sino una figura activa en el diseño biotecnológico. “No vamos a diseñar solo genes o proteínas. Vamos a crear organismos completos, bacterias sintéticas, ciclos autónomos de innovación donde robots generen datos para entrenar modelos que, a su vez, guíen nuevas etapas del proceso”, aseguró. Este enfoque —en el que convergen robótica, bioinformática y machine learning— podría tener un impacto profundo en la acuicultura, por ejemplo, al crear bacterias con funciones específicas para entornos productivos.
Edición genética
El cierre de la jornada estuvo a cargo del Dr. José Manuel Yáñez, decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile y líder del proyecto Edigen, quien presentó una completa revisión sobre genética de precisión y sus aplicaciones en salmonicultura. El académico explicó que, desde su grupo de investigación, se han desarrollado programas genéticos en más de 10 especies acuícolas y exportan servicios a 14 países, lo que les ha permitido reunir evidencia concreta del impacto económico de estas tecnologías. “Con programas bien diseñados, en salmón coho logramos aumentos de entre 250 y 300 gramos por generación, lo que se traduce en millones de dólares en ganancia directa para una empresa productora”.
Yáñez también abordó el uso de genómica para predecir resistencia a enfermedades como IPN, SRS o el piojo de mar, y detalló cómo estos avances están permitiendo no solo seleccionar reproductores más sanos, sino también identificar variantes genéticas clave. “En el caso del piojo de mar, por ejemplo, hemos encontrado que el microbioma de la piel influye más en la carga de parásitos que la genética del pez. Eso abre una nueva línea de trabajo con bacterias que podrían reducir la atracción del piojo, como ya ocurre con los mosquitos en humanos”, comentó, agregando que esta información está siendo integrada en modelos de selección genómica de alta precisión.
Finalmente, el investigador explicó que ya se están llevando a cabo pruebas experimentales para transferir genes de resistencia del salmón coho al salmón del Atlántico mediante edición génica, con resultados prometedores. “El proyecto Edigen busca mover la frontera normativa, pero también demostrar que esta tecnología puede generar soluciones reales y sostenibles. Si Japón ya tiene peces editados en el mercado y Estados Unidos acaba de aprobar un cerdo genéticamente resistente al PIRS, Chile no puede quedar atrás”, advirtió. A juicio del académico, el país tiene no solo el conocimiento científico, sino también la oportunidad histórica de liderar este cambio si genera las condiciones regulatorias adecuadas.
Como cierre de la jornada, los asistentes participaron en un espacio de networking y maridaje, que permitió seguir profundizando vínculos en un ambiente distendido. La instancia fue acompañada por preparaciones gastronómicas elaboradas con salmón y una selección de cervezas artesanales locales, lo que dio un sello local y colaborativo a una actividad que buscó, desde el comienzo, conectar ciencia, emprendimiento e industria en torno a los desafíos del futuro.