Claudio Muñoz, CEO de M-Risk. Foto: M-Risk.

Tecnología y Comunidades: la nueva gestión sostenible en la industria acuícola

*Columna de opinión para Salmonexpert de Claudio Muñoz, CEO de M-Risk.

La sostenibilidad empresarial es un concepto muy relevante hoy en día ante los innumerables desafíos medioambientales, tecnológicos y sociales que deben enfrentar las empresas de cara a las comunidades que impactan, cuya finalidad es buscar el equilibrio entre las partes. Para que ello se genere, es preciso tender puentes hacia las comunidades sobre las cuales los proyectos afectan y una buena manera de hacerlo es mediante la incorporación de la innovación y soluciones tecnológicas orientadas a un trabajo completo y colectivo. 

Es imposible que se considere desarrollar ninguna actividad económica sin tener en cuenta las comunidades que existen en el área de influencia de las operaciones de la empresa y desde esa perspectiva, será necesario sofisticar la manera de relacionarse con ellas, abriendo y fortaleciendo canales de comunicación y registrando las interacciones, para lo cual será determinante la capacidad de las compañías para entregar información y educar a las personas respecto de los avances en la gestión ambiental, procurando un desarrollo sostenible de las operaciones con el menor impacto posible en el entorno y las comunidades. Por ejemplo, informar de los avances y éxitos en la gestión de residuos es algo que realmente preocupa a las personas y valoran que esto sea incorporado en las políticas de una empresa.

Es muy importante que las organizaciones definan los pilares estratégicos que servirán de guía en el desarrollo de su negocio. Todo esto debe ser transmitido a los grupos de interés y la mejor manera es adoptando los Reportes de Sostenibilidad como vía de excelencia de comunicación, considerando que recientemente la Comisión de Mercado Financiero (CMF) ha publicado la Norma de Gobernanza Carácter General N° 461 en línea con los estándares internacionales, que exige a las empresas reportar las políticas, prácticas y metas adoptadas en materia medioambiental, social y de gobernanza (ASG o ESG) en sus memorias anuales, con el objetivo de que los inversionistas y el público en general puedan evaluar y seleccionar aquellas alternativas en que estarían mejor resguardados sus intereses y que puedan distinguir aquellas compañías más preparadas para identificar, cuantificar y gestionar sus riesgos.

La industria salmonicultora en Chile es una de las más importantes después de la minería. Nuestro país es el segundo productor de salmones del mundo después de Noruega, abasteciendo a más de 100 mercados alrededor del globo, concentrando el 25% de la producción a nivel global; por ende, se trata de una industria que no está exenta de subirse al tren de la automatización de procesos para convertirse en una actividad sostenible y sustentable de cara a las comunidades que impacta.

El uso de aplicaciones tecnológicas tiene un alto valor en la gestión de las relaciones comunitarias, la gestión de residuos y cumplimiento de requisitos legales en materia de gestión medioambiental, tales como permisos sectoriales, Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA), registro de componentes ambientales. Sin dudas, todo aumenta y se complejiza.

La aplicación tecnológica en la industria salmonicultora pudo evidenciar el positivo y gran impacto del uso de la misma durante la pandemia por Covid-19 cuando en 2020, y a raíz de las cuarentenas, se implementaron diversas aplicaciones remotas para alimentación de peces. Además las autoridades de Sernapesca, debieron utilizar el monitoreo remoto de faenas, aunando esfuerzos entre lo público y lo privado para estar al día con sus gestiones tan relevantes en la industria alimentaria.

En junio de 2021 el Consejo del Salmón, destacó los avances en sustentabilidad tras publicar los resultados del primer reporte del programa de sustentabilidad titulado ‘¡Juntos, Limpiemos Nuestras Costas!, proyecto que consta de cuatro ejes, siendo el primero mejorar el estándar de limpieza en las zonas aledañas a las edificaciones con Certificación de Edificio Sustentable (CES), estableciendo una frecuencia de limpieza quincenal.

Luego de eso, como segundo eje, se hizo el compromiso de limpiar los sectores sumideros, con el apadrinamiento de cada empresa a un sector en específico, comprometiéndose a limpiarlo de manera mensual. El tercero es generar mayor información para hacer una mejor gestión y, por último, se evalúa marcar los residuos para identificar a quienes pertenecen.

Para poder dar un orden y seguimiento a la normativa vigente, se hace preciso avanzar hacia plataformas para el almacenamiento y gestión de datos, dejando atrás las planillas electrónicas para migrar hacia tecnologías de analítica y predictivas. El desafío más relevante y urgente de abordar es recuperar y reconstruir la confianza con las comunidades. 

El desarrollo de los negocios asociados al uso e interacción con recursos naturales es compatible, pero hace necesario incorporar tecnología para lograr el ´Compliance´ ambiental y social en un equilibrio que asegure la viabilidad de largo plazo.