Imagen referencial de nave menor. Foto: Arasemar.

Ingenieros Navales entregan recomendaciones para evitar accidentes de barcos acuícolas

Chile: Entre otras cosas, se expone la urgencia de que los tripulantes de naves menores deban tener una formación específica respecto a maniobras peligrosas de fondeo para la salmonicultura.

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La Asociación de Ingenieros y Constructores Navales de Chile (Aicnach) tiene el foco puesto en que se mejore la regulación para embarcaciones menores. En entrevista con Salmonexpert, los directivos de este gremio, Patricio Aros y Javier Benard, cuentan que, para tal efecto, se han reunido con Directemar, Armasur y Arasemar para avanzar en tal sentido como industria naviera.

“Hace 15 años, las cargas para hacer una línea de fondeo eran de 20 toneladas y hoy, llegan a las 60 toneladas, por el crecimiento de la industria salmonicultora, contrario a lo que pasa con los barcos, que se mantienen igual, ya que la legislación nacional dificulta grandemente que las naves expandan su capacidad en proporción a las necesidades de este sector acuícola. Ello, a diferencia de lo que sucede en otros países productores como Noruega, Escocia y Canadá, con lo que el sector nacional está perdiendo competitividad frente a éstos”, advierte Aros. 

Reglamentación internacional

Benard, en tanto, indica que la diferencia entre naves mayores y menores viene dada por el artículo 4 de la Ley de Navegación, donde el límite es el arqueo de 50 TRG, que se traduce en una nave de 203 m3 de volúmenes cerrados, que incluyen casco y habitabilidad. “No resulta rentable tener una nave mayor de 55 TRG, si se sigue la normativa nacional, pues deben ser otras características de construcción y más personas las que la tripulan”. 

En la reglamentación internacional, de acuerdo con Benard, la categoría en que se evalúan las embarcaciones es comúnmente regida por su eslora, donde las naves son categorizadas en mayores o menores de 24 metros, lo que a su juicio debería darse a nivel local “para adecuarnos de esta manera a las normativas internacionales”. 

Por lo mismo, la Aicnach llamó a una Comisión Técnica, conversada previamente con Intesal de SalmonChile, donde ofrecieron sus servicios para establecer recomendaciones que sean útiles para evitar accidentes en maniobras de fondeo, las cuales serán repartidas por el gremio entre las salmonicultoras, para que sean consideradas por estas empresas frente a sus proveedores navieros.

Trabajo con Intesal

Las recomendaciones son tres, señala Aros. La primera es que al igual que en el caso de las grúas, las embarcaciones de fondeo deben tener identificada cuál es su capacidad de carga máxima, “para que quienes están a cargo del área de Operaciones de una firma salmonicultora contrate las naves con las características que necesita”. 

Asimismo, la segunda recomendación radica en que “las tripulaciones, que han aprendido con la experiencia de los años su oficio en el mar, deben tener una formación específica respecto a maniobras peligrosas en fondeo, con las certificaciones respectivas”, manifiesta Aros. 

De este modo, Benard afirma que los patrones de embarcación menor, actualmente, están preparados de forma principal para moverse de un punto A hasta el B. Pero temas como el cálculo de la estabilidad a bordo, manual que muestra capacidad del barco, “no es fácil de leer y queda guardado sin estudiarse. Con lo que se levantan pesos muertos, hasta donde aguante la nave”.

Tras esto, recalca Benard, lo importante será nivelar la cancha para todos, pues a la fecha “filtrar personal para embarcaciones menores es complejo, dado que se le deberá pagar más a quien tomó un curso, en comparación al que no lo posee y probablemente, el proveedor naviero con menores costos ganará la licitación para otorgar servicios a una salmonicultora”. 

Finalmente, Aros da a conocer que las empresas que se dedican a los fondeos tienen manuales de operación. “Queremos acceder a ellos y entregar esa información a la gente de Intesal, para que los encargados de Operaciones de las salmonicultoras los conozcan y se fiscalicen las labores a realizar, para evitar el hundimiento de las embarcaciones acuícolas”.