Centro de cultivo de salmón de Mowi Chile. Foto: Mowi Chile.

Mowi es nombrado el productor de proteínas más sostenible del mundo

Londres: La salmonicultora fue calificada de “bajo riesgo” en: gases de efecto invernadero, contaminación del agua, antibióticos, bienestar animal, condiciones de trabajo y seguridad alimentaria.

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El grupo Mowi lideró una lista que clasifica a los 60 principales productores acuícolas, de carne y lácteos del mundo por su sostenibilidad, en la cual se ubicaron también otras cinco salmonicultoras entre los 10 primeros lugares (ver foto al final del texto).

Se trata del Coller FAIRR Protein Producer Index 2019, que analiza a las empresas combinando nueve factores de riesgo ambientales, sociales y de gobernanza con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para generar consciencia entre las compañías acerca de sus prácticas.

Lerøy Seafood Group, con sede en Noruega, y el productor de salmón de Islas Feroe, Bakkafrost, se emplazaron en segundo y tercer lugar respectivamente en el Coller FAIRR Protein Producer Index 2019. Al igual que Mowi, se clasifican como de "bajo riesgo".

Asimismo, el productor noruego Grieg Seafood se instaló en el quinto lugar, el Grupo Tassal de Tasmania en el sexto puesto, y la empresa nórdica SalMar en el séptimo escaño, mientras que los salmonicultores chilenos Salmones Camanchaca y AquaChile quedaron en los sitiales 11 y 16, de manera respectiva.

Las compañías ubicadas entre los lugares 4 y 17 en el índice se clasifican como de "riesgo medio", con las 43 proteínas restantes catalogadas como "de alto riesgo".

El puntaje de riesgo de una empresa es el promedio simple de los ocho factores a medir: gases de efecto invernadero, deforestación y biodiversidad, escasez de agua, contaminación del agua, antibióticos, bienestar animal, condiciones de trabajo y seguridad alimentaria.

Advertencias

Pero el informe también advirtió los desafíos de la industria acuícola. Por ejemplo, señaló que la mayoría de las empresas salmonicultoras revelan emisiones de gases de efecto invernadero crecientes. Solamente cuatro afirman que han disminuido.

Ello, de acuerdo con el reporte, tendría que ver con la alimentación de los peces, donde el rango de utilización de productos marinos en los ingredientes varía entre 10 y 44%, los que provienen en su mayoría de proveedores certificados.

Con todo, según el informe, la búsqueda de alternativas de alimentación también traería problemas. “El aumento de uso de ingredientes de origen vegetal como la soya y el maíz para reemplazar los marinos alivia la presión sobre el océano, sin embargo, es más intensivo en emisión de gases de efecto invernadero. Los acuicultores deben equilibrar y priorizar impactos ambientales al innovar para encontrar productos sostenibles”.

Por lo anterior, asegura el informe, aunque los productos acuícolas son a menudo percibidos como relativamente sostenibles en comparación con otras proteínas animales, “una nueva investigación sugiere que el salmón de cultivo tiene un mayor impacto climático que las aves de corral”.

Respecto a los sistemas de recirculación acuícola, a pesar de sus beneficios, el reporte afirma que el uso de energía en ellos puede ser de tres a cinco veces mayor que en el cultivos marinos. “Si estas instalaciones funcionan con combustibles fósiles, las consiguientes emisiones de gases de efecto invernadero serían mucho más altas que en las operaciones convencionales”.