Juan Pedro Pinochet, presidente ejecutivo de Gestión Social. Foto: Gestión Social.

No pueden existir empresas exitosas en una sociedad desigual

*Columna de opinión para Salmonexpert de Juan Pedro Pinochet, presidente ejecutivo de Gestión Social. 

Tantas preguntas y pocas certezas surgen de los hechos vividos los últimos días en Chile. Cómo reconstruir, cómo volver a unirnos, cómo hacer política y empresa frente a una sociedad convulsionada que exige derechos con limitada visión de los deberes que conllevan. Esto, lamentablemente, no es algo nuevo. Desde el comienzo de la década que estamos hablando de un contexto cambiante. Comenzaron los estudiantes, siguió HidroAysén y prosiguieron múltiples causas que el chileno tomó como propias, llenando las calles y la agenda política con las llamadas demandas ciudadanas. Hace menos de 50 años, la lucha la dábamos contra la desnutrición infantil y el analfabetismo, hoy vivimos la llamada crisis de crecimiento, donde las demandas apuntan a calidad y equidad. 

En este contexto y a riesgo de parecer ingenuo, creo que las crisis son una oportunidad para replantearse el futuro que queremos construir. Dejemos de buscar culpables, todos somos parte del problema. Es la sociedad en su conjunto que se ha vuelto más individualista, donde se han perdido las bases, el sentido de comunidad y pertenencia.

Hoy más que nunca estamos en un momento en donde debiéramos desafiarnos a construir un ambiente social con valores transversales que nos permita transitar hacia un país desarrollado. No me parece extraño que todos miremos los errores del poder económico, político e incluso religioso; pero me parece que debemos ser capaces de mirar las conductas propias y actuar en consecuencia. 

Más allá de cualquier postura política, nuestro país vive un momento difícil, que al menos nos invita a reflexionar sobre cuál debiera ser nuestra contribución a la paz social. Creo soberbio y pretencioso decir que tengo la fórmula para abordar la problemática social en la que estamos envueltos. Pero sí creo que el punto de partida es trabajar en la relación con y desde las personas. Como hablábamos el pasado 17 de octubre en AquaForum, la horizontalidad en las relaciones humanas es clave. Cuando me relaciono con alguien que respeta mi dignidad, me considera, respeta y trata como un igual. Es ver al otro como un fin en sí mismo y no un medio para obtener una ganancia. Sólo así podrá primar el bien común como norma para avanzar como sociedad. El individualismo y el egoísmo no pueden prevalecer por sobre el sentimiento de ser comunidad. Nos encontramos en este punto de inflexión y tenemos que analizarnos, no solamente al Gobierno de turno y la clase política, sino a nosotros mismos. Más empatía. Más humanidad. Más justicia. Cuando eso ocurra podremos decir efectivamente que Chile despertó.

Con los hechos ocurridos los últimos días en el país, hace más sentido que nunca repetir que no pueden existir empresas exitosas en una sociedad fracasada y desigual, donde algunos se enriquecen a costa de impactos ambientales y sociales, provocando en el largo plazo sólo más pobreza. En esta línea han avanzado las empresas en el marco de su gestión de sostenibilidad, pero todavía entendiéndolo como un “adicional” y no como el centro de la forma de desarrollar el negocio. Los gremios hoy tienen la oportunidad de asumir liderazgo, de aunar la mirada de distintas empresas para generar un impacto colectivo que es más que la suma de las partes. Lo que necesitamos es más compromiso de largo plazo y menos filantropía; más conciencia y menos conversación; más cambios estructurales y menos donación para las camisetas de fútbol; más procesos verdes y menos reciclaje de papel. Probablemente una sola empresa no logrará cambiar el país y generar un nuevo tipo de desarrollo para las generaciones venideras, pero quién sabe, tal vez como gremio sí se puede.

La invitación es a trabajar de forma colaborativa: compitan en el mercado, pero cuando se trata de contribuir a la sociedad, sean aliados. El primer paso es tener una visión compartida y juntos identificar problemáticas y objetivos comunes a trabajar. Como industria del salmón han logrado desarrollar un sector con los mejores estándares y han puesto a Chile en el mapa mundial. Ahora pueden quedar en la historia. La invitación es a ser exitosos, pero de forma integral. Coordínense, oriéntense a los resultados y midan los resultados. Tal vez no cambie la situación en la calle, pero les aseguro que cambiarán la cara de la industria.