Rompiendo barreras: visibilizando la diversidad de género en cargos ejecutivos del sector acuícola

“Reconocer y aceptar quien soy fue un camino desafiante, pero liberador", revela Vivianne Castro, fundadora de la empresa AquaPipe, respecto a su proceso de transición de género.
Vivianne Castro, Ingeniera Civil Industrial y Magister en Administración de Empresas, fundó el 2011 la compañía AquaPipe, especializada en el suministro e instalación de equipos de bombeo y tuberías, principalmente en HDPE. Se enfoca en proyectos como salmoductos, emisarios submarinos y matrices de tuberías en plantas de proceso y pisciculturas.
Hoy, Vivianne cuenta a Salmonexpert en primera persona su historia, y muestra de manera honesta y con valentía los desafíos y dificultades de su proceso de transición de género, en una industria que sigue empujando cambios y mejoras en la incorporación de planes de inclusión y diversidad.
¿Cómo ha sido el proceso de transición para ti, en esta industria en particular y en un país que aún tiene camino por recorrer en temas de inclusión?
En mi rol comercial y técnico, estoy en contacto constante con distintos perfiles de clientes, como gerentes o asistentes de área por mencionar algunos. Al comenzar mi transición fui compartiendo mi proceso con quienes tenía mayor cercanía. Luego al comenzar a usar mi nuevo correo corporativo, algunas personas pensaron que era alguien nueva en la empresa. Entonces fue que inspirada en la película Will & Harper, decidí escribir una carta formal para comunicar de forma más masiva mi transición a toda mi red de contactos. La respuesta fue mayoritariamente positiva y recibí mensajes que me emocionaron, tanto de personas con las que he trabajado durante años como de otras que conocí más recientemente. Muchas me expresaron admiración por haber dado este paso en una sociedad que, como ellas mismas reconocen, todavía arrastra estructuras machistas y va a paso lento en temas de diversidad, sobre todo cuando se trata de vivirla más allá del discurso. Aunque también hubo silencios no sé si por no saber qué decir o por miedo a decir algo inapropiado. Así he intentado comprenderlo.
En lo comercial, aún no puedo determinar el impacto que esto haya tenido y pueda tener en el futuro, en negocios que, de no mediar mi proceso de transición, quizás se habrían concretado. Sin embargo, soy consciente de que una transición como la mía, puede generar preguntas o dudas, especialmente en un rubro en el que no existen referentes visibles.
Aun así, me he esforzado por transmitir un mensaje claro: mi identidad de género no cambia los valores que siempre han definido mi forma de trabajar, ni el espíritu del equipo que lidero. El compromiso, el respeto y la profesionalidad siguen siendo los mismos.
¿Cómo ha sido la recepción en tu empresa?
Mi equipo de trabajo ha recibido mi proceso de transición con mucha empatía, y he sentido un gran apoyo de su parte, quizás ha facilitado también un factor generacional, ya que la mayoría son menores de 40 años. La comunicación fue directa, cuando llegó el momento, les expliqué con claridad el cambio que estaba viviendo. La respuesta fue respetuosa y cálida, lo que valoro mucho.
¿Cómo ves el avance en la salmonicultura nacional respecto a los desafíos de equidad, inclusión y respeto por las minorías?
Creo que hay un camino importante por recorrer en la salmonicultura nacional cuando hablamos de equidad, inclusión y respeto por las minorías, especialmente en lo que respecta a visibilizar e integrar personas trans en el ámbito laboral. El primer gran paso es desmantelar los estigmas y prejuicios que aún persisten, y comprender que la identidad de género no limita, en absoluto, las capacidades ni el valor profesional de una persona.
Muy por el contrario, estoy convencida de que cuando alguien logra expresarse con autenticidad, mostrando su verdad más profunda, no solo se fortalece como ser humano, sino que también se potencia en lo profesional. Trabajar desde la honestidad y sin máscaras no solo mejora la calidad de vida personal, sino que también favorece entornos laborales más humanos, colaborativos y productivos.
¿Cuáles son los principales pendientes que aún falta abordar?
No me considero experta en temas de diversidad y género, pero mi experiencia personal me ha llevado a aprender más sobre el tema. Valoro profundamente avances como la Ley de Identidad de Género (Ley N°21.120), que ha facilitado aspectos clave del proceso de transición, reconociendo el esfuerzo de quienes lucharon por estos derechos.
Aun así, la legislación no es suficiente. Persisten desafíos culturales y sociales, como educar, sensibilizar, fomentar la inclusión laboral y erradicar prejuicios. La verdadera inclusión se construye día a día, en el reconocimiento pleno de la dignidad de cada persona.
¿Cómo ves el rol del gremio en este tema?
Aunque se han impulsado iniciativas para fomentar la equidad de género en la industria acuícola —como la Mesa de Equidad de Género del Salmón— aún falta abrir espacios similares para personas trans, quienes enfrentan mayores barreras para acceder a empleos formales. Según un informe de OTD, cerca del 70% de la población trans no tiene trabajo formal, un 26% de las personas declara haber perdido su empleo por causa de su transición debido a prejuicios persistentes.
El gremio puede cumplir un rol clave ampliando la conversación sobre inclusión más allá del binomio hombre-mujer. Desde mi experiencia personal y profesional, estoy dispuesta a colaborar en iniciativas que promuevan mayor visibilidad y participación de personas trans en el sector, entendiendo que este es un camino en constante aprendizaje que yo aún estoy recorriendo.
¿Conoces otro caso en la industria?
Al iniciar mi transición, busqué referentes dentro de la industria acuícola o ligada a ella, pero no encontré a nadie con una experiencia similar, especialmente en un cargo ejecutivo. Por eso, siento que compartir mi historia es importante: quiero aportar a la comprensión, visibilizar una experiencia poco conocida en esta industria y ofrecer un ejemplo a quienes aún temen dar el paso en una sociedad que todavía tiene mucho que avanzar en empatía e inclusión.