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Desafíos y soluciones científicas para una industria salmonicultora en transformación

Foto: Salmonexpert.

Desde nuevas estrategias nutricionales hasta indicadores ecológicos, investigadores entregaron herramientas concretas para mejorar el desempeño, la salud y el impacto ambiental de la salmonicultura.

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En el contexto de LACQUA 2025, uno de los principales congresos científicos de la acuicultura en América Latina, destacados especialistas presentaron avances relevantes en investigación aplicada orientados a fortalecer el desarrollo sostenible del sector. Las exposiciones abordaron temáticas clave como nutrición funcional, salud y fisiología de los peces, innovación tecnológica, modelamiento predictivo y sostenibilidad ambiental, entregando herramientas basadas en evidencia científica que contribuyen a optimizar procesos productivos, mejorar el bienestar animal y reducir impactos en los ecosistemas.

Nutrición funcional y adaptación fisiológica

La investigadora en nutrición acuícola y científica de datos del Centro Experimental Acuícola (CEA) de Salmofood, Rayén Collipal, presentó la charla “Efecto de la suplementación dietaria de fitoesteroles y flavonoides sobre la tolerancia de salmónidos al estrés por hipoxia”, donde abordó cómo la incorporación de compuestos bioactivos puede mejorar la respuesta de los peces frente a escenarios de bajo oxígeno. Las fluctuaciones en la disponibilidad de oxígeno generan impactos negativos como menor crecimiento, pérdida de biomasa y procesos inflamatorios, por lo que el uso de fitoesteroles y flavonoides surge como una alternativa prometedora. Estos compuestos antioxidantes ayudan a estabilizar mecanismos celulares que favorecen la adaptación fisiológica, incluyendo procesos como la eritropoyesis, esenciales para mantener el equilibrio frente al estrés hipóxico.

Rayén Collipal.
Daniela Farías.
Dr. Jurij Wacyk.
Dr. Felipe E. Reyes-López.
Dr. Marco Rozas-Serri.
Dr. Renzo Pepe-Victoriano
Sandra Marín.

Los resultados del estudio demostraron que la suplementación dietaria tuvo un efecto positivo en el desempeño productivo y en la respuesta fisiológica de las truchas arcoíris sometidas a hipoxia. Según Collipal, “la suplementación de fitoesteroles y flavonoides favorece el crecimiento a nivel de SGR y DGF3, contribuye también a una mejor conversión alimenticia y modula los genes que les describí anteriormente”. Además, destacó que “los grupos suplementados presentaron una mayor expresión del gen EPO, lo que permite una mejor respuesta frente a las bajas de oxígeno”, y que “el tamaño eritrocitario fue similar al de peces en normoxia, a diferencia del grupo no suplementado, que quedó rezagado”. Estos resultados confirman que la suplementación mitiga el impacto del estrés hipóxico y fortalece las respuestas fisiológicas.

La investigadora senior del Monterey Bay Aquarium, Daniela Farías, presentó la charla “Modelado predictivo en la salmonicultura chilena: tendencias, aplicaciones y brechas de investigación”, en la que abordó el rol estratégico que tienen los datos y los modelos cuantitativos en la toma de decisiones productivas, sanitarias y ambientales de la industria. El trabajo, basado en una exhaustiva revisión bibliográfica de más de 1.400 publicaciones científicas, caracterizó los principales tipos de modelos utilizados en Chile —estadísticos, determinísticos y estocásticos— y sus áreas de aplicación, entre las que destacan la epidemiología, el impacto ambiental y la bioeconomía. Según explicó, “los modelos predictivos tienen un enorme potencial para convertirse en productos y servicios que apoyen la toma de decisiones en distintos horizontes de tiempo, anticipando riesgos sanitarios, optimizando la producción y reduciendo el uso de agentes químicos”.

En cuanto a los hallazgos, Farías señaló que la mayoría de los estudios revisados se enfocan en el control de enfermedades bacterianas y ectoparásitos como Caligus, así como en el análisis del impacto ambiental y la eficiencia operativa. También advirtió que muchos de estos modelos aún tienen acceso restringido y no se han “empaquetado” para su uso comercial, lo que limita su adopción a nivel industrial. “Es fundamental avanzar hacia modelos abiertos, interoperables y colaborativos que puedan ser utilizados por los sectores público y privado, y que además sirvan como herramientas de capacitación profesional”, enfatizó, agregando que la articulación entre ciencia e industria es clave para que el modelado predictivo se transforme en un activo estratégico que impulse la sostenibilidad y competitividad de la salmonicultura chilena.

Innovación en salud y eficiencia productiva

El académico de la Universidad de Chile, Dr. Jurij Wacyk, presentó la charla “Efecto a nivel productivo, intestinal y hepático de la inclusión del extracto de uva en dietas altas en soya de trucha arcoíris”, centrada en el uso de subproductos vitivinícolas como ingredientes funcionales en la acuicultura. El estudio buscó agregar valor a residuos agrícolas abundantes en Chile mediante su transformación en extractos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, evaluando su efecto en dietas vegetales que suelen generar desafíos oxidativos e inflamatorios en los peces. Según explicó Wacyk, “la dieta es un vehículo que nos permite entregar no solo nutrientes, sino también funcionalidades”, y en este caso el objetivo fue encontrar un equilibrio entre el uso de soya y compuestos bioactivos capaces de mejorar la salud y eficiencia productiva de los peces.

Los resultados fueron alentadores, ya que la inclusión del extracto de uva mejoró la conversión alimenticia, la tasa de crecimiento y la retención de nutrientes, reduciendo el impacto ambiental al disminuir el exceso de nutrientes liberados al medio. Además, se observó una menor expresión del gen IL-17A, asociado a la inflamación intestinal, y cambios en la expresión de la familia S100, vinculada a procesos inflamatorios y oxidativos. Wacyk destacó que “también vimos mejoras en la capacidad antioxidante, tanto lipofílica como hidrofílica, en los individuos alimentados con este aditivo”, lo que demuestra que su uso puede modular positivamente la respuesta inmunológica y el estado fisiológico de los peces.

Por su parte, el Dr. Felipe E. Reyes-López, director del Centro de Biotecnología Acuícola de la Universidad de Santiago de Chile, presentó la charla “Complex Gill Disease (CGD) altera las vías inmunitarias y de reparación en el salmón del Atlántico de cultivo”, en la que abordó los avances en el estudio de esta patología multifactorial que afecta severamente la salud y el rendimiento productivo en la salmonicultura. El investigador explicó que el CGD se caracteriza por inflamación, acortamiento y acumulación de mucosidad en los filamentos branquiales, lo que altera el intercambio de gases, reduce el apetito y compromete el crecimiento. “En Chile se han registrado pérdidas entre el 15% y el 20%, pero en casos críticos pueden alcanzar hasta el 80%”, señaló, subrayando la relevancia de estudiar la enfermedad desde una perspectiva molecular. Su equipo utilizó análisis transcriptómicos para comparar tejidos dañados, no dañados y sanos, evidenciando diferencias marcadas en la expresión génica, especialmente en procesos vinculados a la respuesta inmune y la reparación tisular.

Los resultados revelaron que en el tejido dañado hay una subexpresión de genes relacionados con el desarrollo tisular, la comunicación célula-célula y la diferenciación celular, junto con una activación de rutas proinflamatorias mediadas por interleuquina-8 y metaloproteinasas. “Encontramos liberación de interleuquina 8, migración de neutrófilos y actividad proteolítica asociada a procesos inflamatorios”, detalló Reyes-López, quien además explicó que, a pesar de la activación de esta maquinaria transcripcional, la inflamación no logra revertir el daño estructural. En contraste, el tejido no dañado mostró una estrategia de contención inmunológica, con inhibición de la activación del receptor TCR y ausencia de poblaciones inmunes activas. Estos hallazgos permiten entender cómo el CGD altera profundamente la fisiología branquial y ofrecen nuevas pistas para el desarrollo de estrategias diagnósticas y terapéuticas en la salmonicultura.

Tecnologías emergentes y sostenibilidad ambiental

El Dr. Marco Rozas-Serri, CEO de Pathovet Lab, presentó la charla “Estrategia PhysioRAS: biomarcadores predictivos de smolts robustos para la adaptación inicial al agua de mar”, en la que abordó los principales desafíos biológicos y fisiológicos asociados al cultivo en sistemas RAS y la transición de los peces desde agua dulce hacia el mar. Destacó que este proceso ocurre en plena metamorfosis, una etapa en la que los peces enfrentan cambios hormonales, inmunológicos y osmóticos significativos, por lo que “es fundamental predecir con precisión su capacidad de adaptación y ajustar el momento de vacunación y traslado según su estado fisiológico”. Rozas-Serri advirtió que decisiones inadecuadas en estas fases pueden comprometer la salud inmunológica, aumentar la incidencia temprana de enfermedades como SRS y afectar el rendimiento productivo.

El especialista enfatizó que factores como los cambios bruscos de CO₂ y oxígeno durante las transferencias entre estanques pueden desencadenar problemas graves, como nefrocalcinosis y acidosis respiratoria o metabólica, afectando el funcionamiento renal e inmunológico. “Los eventos más relevantes para gatillar la nefrocalcinosis son las transferencias; hay que nivelar el CO₂ entre el origen y el destino y mantener la saturación de oxígeno bajo el 90%”, explicó. Además, resaltó la importancia de monitorear indicadores fisiológicos como gasometría, cortisol y células mucosas, los cuales reflejan el estado de estrés y preparación de los peces para el ingreso al mar. Finalmente, presentó un enfoque futuro basado en análisis multiómicos y herramientas de inteligencia artificial que permitirán desarrollar biomarcadores predictivos y estrategias de manejo más precisas, optimizando la robustez de los smolts y su adaptación en las primeras semanas de vida en el mar.

Luego, el Dr. Renzo Pepe-Victoriano, académico de la Universidad Arturo Prat, presentó la charla “Viabilidad del cultivo intensivo de Oncorhynchus mykiss en sistemas de recirculación acuícola”, en la que compartió los resultados de un proyecto pionero desarrollado en la región de Arica y Parinacota, a más de 3 mil metros de altitud. El objetivo fue evaluar la factibilidad de producir trucha arcoíris en condiciones extremas, integrando energía fotovoltaica y tecnologías de recirculación para diversificar la economía local y apoyar a comunidades indígenas. “Queríamos introducir la acuicultura en una zona donde la agricultura y la ganadería son las principales actividades, demostrando que es posible cultivar truchas incluso con variaciones de temperatura que van desde 2 °C en la noche hasta más de 30 °C durante el día”, explicó el investigador, destacando el transporte exitoso de peces por más de 2 mil kilómetros y su adaptación a un entorno altiplánico desafiante.

Los resultados demostraron que, a pesar de las dificultades ambientales y las limitaciones de recursos, fue posible mantener altas tasas de supervivencia (98%) y lograr un crecimiento adecuado, alcanzando hasta 1.3 kg de biomasa promedio en un ciclo productivo. Además, se obtuvo un contingente de más de 30 mil juveniles, evidenciando que las condiciones del sistema permiten completar el ciclo reproductivo. “La experiencia demuestra que el control cuidadoso de parámetros como temperatura, oxígeno y compuestos nitrogenados es clave para el éxito del cultivo”, señaló Pepe-Victoriano, quien también subrayó la necesidad de adaptar las normativas acuícolas del país a las condiciones geográficas del norte, debido a que este proyecto abre nuevas oportunidades para el desarrollo de acuicultura en zonas no tradicionales, contribuyendo a la diversificación productiva y a la soberanía alimentaria del norte de Chile.

En tanto, la Dra. Sandra Marín, académica de la Universidad Austral de Chile, presentó la charla “Condición ecológica de los ecosistemas bénticos submareales expuestos a la salmonicultura en el sur de Chile”, en la que propuso incorporar indicadores biológicos en la evaluación ambiental de los fondos marinos afectados por la acuicultura. Explicó que la normativa actual se basa principalmente en variables físico-químicas como la materia orgánica, el pH o el oxígeno disuelto, sin considerar la composición y dinámica de la fauna bentónica. “Nos preguntamos por qué no incluir indicadores de la biota, considerando que la actividad acuícola genera cambios evidentes en el ecosistema y es necesario determinar cuándo esos cambios se convierten en impactos”, señaló. En este contexto, su equipo utilizó el índice AMBI, basado en la sucesión ecológica de especies frente al enriquecimiento orgánico, que permite clasificar el nivel de perturbación de un sitio según la composición de la macrofauna.

Los resultados obtenidos en sitios de las regiones de Los Lagos y Aysén mostraron diferentes niveles de impacto en función de la cercanía a los centros de cultivo, con zonas que superaron el umbral de 3,3 en el índice AMBI —considerado como el límite a partir del cual se declara un impacto ecológico. “Observamos que la recuperación de los ecosistemas no ocurre de igual forma en todos los sitios, especialmente en aquellos más influenciados por la salmonicultura”, explicó Marín, agregando que factores como la eficiencia del fósforo en los alimentos podrían estar influyendo en la dinámica del fondo marino. La investigadora concluyó que incluir la biodiversidad y la composición de especies como parte de la regulación ambiental sería clave para mejorar el monitoreo y la gestión de los impactos de la acuicultura en ecosistemas submareales.

Las exposiciones continúan hoy con temáticas relacionadas con Bienestar animal, Genética y Genómica, Comercialización y Costos, Inmunidad y Diagnóstico, entre otros, además de la realización de workshops, presentación de pósters y feria comercial.