Smart Aquaculture proyecta revolucionar la salmonicultura chilena con cultivo en tierra

Con una inversión de US$180 millones, la empresa busca producir 21.600 toneladas anuales de salmones en Maullín, eliminando el uso de antibióticos y reduciendo al mínimo la huella ambiental.
A dos años de haber ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), y luego de una extensa tramitación, el proyecto “Crianza y Producción de Peces en Tierra en Ambiente Controlado” de la empresa Smart Aquaculture será revisado el próximo martes 6 de mayo por la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de la Región de Los Lagos.
El proyecto se perfila como una de las propuestas más ambiciosas de cultivo en tierra presentadas hasta la fecha en el país, ya que está basado en tecnología de recirculación de agua (RAS) y un sistema de descarga mínima de líquidos (MLD), buscando llevar a cabo el ciclo completo de producción salmonídea en una sola instalación terrestre, sin necesidad de operaciones en el mar y prescindiendo del uso de antibióticos, lo que representa un quiebre con el modelo tradicional de producción.
El centro de cultivo se emplazará en el kilómetro 1.056 de la Ruta 5 Sur, en el sector rural El Espino, comuna de Maullín, en un terreno de 51 hectáreas de propiedad privada. La elección del lugar responde a criterios logísticos y operacionales, como su proximidad con plantas de alimento, instalaciones de procesamiento, puertos y el aeropuerto El Tepual de Puerto Montt, lo que facilita la operación integrada del sistema productivo y permite un transporte eficiente tanto de insumos como del producto final. Además, la región cuenta con un ecosistema industrial y académico consolidado en torno a la salmonicultura, lo que representa una ventaja para la captación de mano de obra calificada.
Inversión
Con una inversión estimada en US$180 millones, el proyecto contempla la construcción de una piscicultura con capacidad de producción de 21.600 toneladas anuales de salmónidos —principalmente salmón del Atlántico y trucha arcoíris— en formato de ciclo completo. La instalación se dividirá en cuatro módulos productivos de 5.400 toneladas cada uno, y estará diseñada para funcionar de forma escalonada. La vida útil proyectada del centro supera los 25 años, con posibilidades de renovación, y se contempla su operación bajo un modelo de mejora continua en términos de eficiencia productiva, uso de recursos y desempeño ambiental.
Una de las características clave del proyecto es que todas las fases de desarrollo de los peces —desde la incubación hasta la cosecha— se realizarán íntegramente en tierra. Esto elimina los riesgos asociados al traslado de peces hacia centros de engorda en mar, disminuye drásticamente el uso de transporte terrestre y marítimo (wellboats y camiones), y reduce las externalidades negativas como escapes, interacción con fauna silvestre y mortalidades masivas por bloom de algas. Al mantenerse en un ambiente controlado, los peces no requerirán de tratamientos con antibióticos, antiparasitarios ni hormonas, lo que refuerza el enfoque hacia una salmonicultura más limpia y con mayor valor agregado.
El desarrollo del proyecto contempla una fase de construcción con una duración estimada de 30 meses, dividida en etapas que permitirán la entrada progresiva de los módulos productivos. La primera unidad comenzará a construirse inmediatamente después de la obtención de la resolución de calificación ambiental favorable y se espera que las siguientes etapas se activen según los resultados operativos del primer módulo.
En cuanto a la empleabilidad, se proyecta la contratación de hasta 300 trabajadores durante los períodos de mayor actividad constructiva, lo que representa un importante impulso al empleo local en la comuna de Maullín y alrededores. Finalizada la etapa de construcción, el centro de cultivo comenzaría su fase de operación, la cual está prevista para iniciar durante el segundo semestre del año 2027, momento en el que se espera que el primer módulo esté completamente operativo y en condiciones de iniciar sus ciclos productivos de manera autónoma.
Recirculación
El proyecto utilizará sistemas RAS de última generación, que permiten recircular hasta el 99% del agua utilizada. Esta tecnología se combina con el enfoque MLD (Descarga Mínima de Líquidos), lo que implica que el sistema operará con una huella hídrica significativamente menor en comparación con las pisciculturas tradicionales de flujo abierto. Para los cuatro módulos en su conjunto, se estima una demanda máxima de agua fresca de 41,6 litros por segundo, la cual será extraída desde pozos profundos ubicados en el mismo terreno. Esta eficiencia en el uso del recurso hídrico responde también a la creciente presión del cambio climático y la escasez de agua en diversas regiones del país.
Cada módulo contará con 64 estanques de diferentes volúmenes para las fases de incubación, primera alimentación, smoltificación y engorda. La infraestructura incluirá unidades separadas para tratamiento de aguas, plantas de deshidratación de lodos, subestación eléctrica de 9.220 kVa, instalaciones de cosecha y matanza, y sistemas de ensilaje de mortalidades. Todos los procesos estarán protegidos bajo galpones cerrados, asegurando el aislamiento del ambiente externo y facilitando el control sanitario. La propuesta incorpora también tecnologías de filtrado, desnitrificación y biofiltración que contribuyen a una operación de bajo impacto ambiental.
En línea con los estándares internacionales de sustentabilidad, Smart Aquaculture contempla un manejo riguroso de residuos. Los lodos generados por fecas y alimento no consumido serán deshidratados y enviados a instalaciones autorizadas o plantas de reconversión, dependiendo de la viabilidad económica y técnica. La mortalidad será tratada mediante ensilaje y transportada a plantas de harina de pescado o vertederos autorizados. Esta gestión apunta a minimizar los efectos negativos sobre el entorno y evitar la generación de emisiones no controladas, una crítica frecuente a los centros de cultivo en mar.
Sustentabilidad
El enfoque sustentable del proyecto se refleja no solo en su diseño tecnológico, sino también en su compromiso con una producción limpia, que minimiza el uso de químicos y reduce significativamente la huella de carbono. La posibilidad de realizar el cultivo cerca de centros urbanos y plantas de procesamiento reduce los tiempos de transporte, mejora la frescura del producto y disminuye la generación de emisiones. El proyecto busca ser un ejemplo replicable de acuicultura circular, donde cada residuo pueda ser convertido en insumo, y cada etapa esté optimizada para un menor impacto.
A nivel global, existen actualmente más de 50 proyectos de cultivo de salmón en tierra en desarrollo, totalizando una capacidad de 700 mil toneladas. Chile, como segundo productor mundial de salmones, tiene la oportunidad de liderar esta transición hacia un modelo más tecnológico, resiliente y amigable con el entorno. La implementación del proyecto de Smart Aquaculture posicionaría al país a la vanguardia de este cambio, con una instalación de gran escala, operada bajo principios de economía circular, trazabilidad y excelencia operativa.
Por lo anterior, una resolución favorable no sólo permitiría concretar uno de los proyectos de piscicultura terrestre más ambiciosos del continente, sino que también marcaría un hito en la evolución del modelo salmonicultor chileno.
LandbasedAQ
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