Regulaciones en EE.UU. desafían a la salmonicultura chilena, pero abren nuevas oportunidades

Expertos coincidieron en que el salmón chileno enfrenta mayores exigencias, pero también, la oportunidad de posicionarse como proteína saludable en el mercado estadounidense.
Con el objetivo de enfrentar los crecientes desafíos en materia de inocuidad alimentaria y acceso a los mercados internacionales, Mérieux NutriSciences Chile organizó en Puerto Varas el seminario “Inocuidad como Pilar Estratégico para la Comercialización de Salmón en EE.UU: Perspectivas desde la Política, la Ciencia y el Comercio Internacional”.
El encuentro reunió a expertos en regulación, inocuidad alimentaria, comercio exterior y representantes de empresas productoras, quienes analizaron cómo las nuevas normativas estadounidenses, junto con los escenarios de competencia global, incidirán en la industria salmonicultora chilena, que actualmente destina un 30% de sus exportaciones a Estados Unidos y que ve en ese destino no solo a su principal comprador, sino también a un mercado con exigencias cada vez más estrictas en materia de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria.
Álvaro Campos, gerente técnico de negocios acuícolas de Mérieux NutriSciences en Chile, explicó que este seminario buscó ofrecer a los productores nacionales una oportunidad de acceso directo a la visión de un experto con experiencia en el lado regulador. “Nosotros trabajamos apoyando puntualmente al sector salmonicultor, que es una industria de exportación de alimentos, y entendiendo que uno de los mercados principales es Estados Unidos, encontramos interesante traer a esta persona con su bagaje y conocimiento, desde la mirada del regulador”, sostuvo. Campos recalcó que para Mérieux no basta con ser un laboratorio de servicios, sino que también buscan transformarse en un socio estratégico, capaz de compartir experiencias y conocimientos globales con la industria chilena.
En ese sentido, Campos hizo hincapié en que la inocuidad es un desafío en constante evolución, que obliga a los productores a mantenerse en permanente actualización para no quedar rezagados frente a los requerimientos internacionales. “Sabemos que es evolutivo y tenemos que ir poniéndonos al día todo el tiempo. Nuestra visión es ir apoyando a nuestros clientes a través de nuestro conocimiento técnico, del mundo de los laboratorios y de la regulación, para ayudar a la industria en sus funciones productivas y exportadoras. Queremos aportar un grano de arena en este camino de mejora continua, respaldando con evidencia científica y técnica a las compañías que buscan mantener e incrementar su presencia en los mercados más exigentes del mundo".
Estados Unidos como mercado estratégico

Por su parte, Pablo Barahona, director de Comercio Internacional del Consejo del Salmón, situó la discusión en un marco global, recordando que la acuicultura será uno de los pilares para alimentar a la población mundial en las próximas décadas. “Dicen que para el 2035 necesitaremos dos planetas para poder producir y alimentar a la población que se viene. Lo que nos queda es la acuicultura, que no es solamente salmón, pero somos parte de la respuesta que debe trabajar para alimentar al mundo”, expresó. De acuerdo con Barahona, la salmonicultura chilena debe asumir ese rol de forma consciente, entendiendo que su aporte no solo está en la producción de un alimento saludable, sino también en la capacidad de posicionar al país como referente en proteínas de origen acuático.
En este análisis, Barahona subrayó que Estados Unidos es un mercado imposible de reemplazar. “Estados Unidos actualmente es un 30%, e imposible de reemplazar. Es el mercado nuestro. Y Brasil, que aparece en tercer lugar, en realidad queda segundo si se descuenta la trucha destinada a Japón”, detalló. Explicó que el consumidor norteamericano ya incorporó el salmón en su dieta diaria, al punto de que se ha convertido en una proteína tan presente como el pollo, el vacuno o el cerdo. Ese posicionamiento, sostuvo, es fruto de años de esfuerzo de los productores chilenos, pero también representa un desafío, pues cualquier alteración en el escenario global repercute directamente en ese mercado.
En ese contexto, Barahona destacó que el mercado estadounidense no sólo es relevante por su volumen, sino también por la forma en que ha incorporado al salmón chileno dentro de sus patrones de consumo, ya que este posicionamiento se ha consolidado gracias a que el producto dejó de ser visto como un lujo ocasional para transformarse en una proteína reconocida y validada por la propia FDA como saludable. “El filete, las porciones, van en avión y llegan a Estados Unidos. Y ese es el producto que actualmente nosotros entregamos a la familia estadounidense”, explicó. Para Barahona, este reconocimiento abre una ventana estratégica, ya que permite al salmón chileno competir en igualdad de condiciones con otras proteínas de consumo masivo .
Asimismo, el directivo del Consejo del Salmón destacó que la industria está avanzando en la construcción de alianzas regionales y en la integración de la cadena de valor local. “Hemos traído agricultores en reuniones, hemos hecho seminarios y visitas a plantas de proceso. Hemos abierto los ojos a otras regiones que pueden alimentar a esta industria”, relató. Según indicó, fortalecer la producción nacional de insumos, como granos y aceites, permitiría reducir la dependencia de importaciones, a la vez que incrementaría la sostenibilidad de la actividad. Además, subrayó la relevancia de crear sinergias con otros sectores acuícolas de América Latina, como la tilapia y los camarones, lo que otorga mayor fortaleza al continente en su relación con Europa y otros mercados internacionales.
En cuanto al escenario geopolítico, Barahona reconoció que los aranceles impuestos por Estados Unidos —hoy en un 10%— generan un escenario de incertidumbre y presión sobre los márgenes de la industria. “Actualmente estamos en una posición complicada, con los 10% de aranceles en Estados Unidos. Eso afecta a toda la industria porque cualquier movimiento global desordena los mercados y causa problemas en los precios”, señaló. Añadió que la única manera de enfrentar este escenario es con un trabajo conjunto entre sector privado y autoridades, para reforzar la diplomacia comercial y resguardar los intereses del país en un mercado clave.
Regulaciones en EE.UU.

En tanto, el Dr. José Emilio Esteban, Chief Scientific Officer de Mérieux NutriSciences y ex Subsecretario de Seguridad Alimentaria del USDA, entregó una visión técnica sobre los cambios regulatorios que se avecinan en Estados Unidos. Explicó que la iniciativa MAHA, (Make America Healthy Again), implicará un endurecimiento de las normas. “Va a haber un enfoque en eliminar colorantes, antibióticos, residuos químicos y metales pesados, además de nuevas regulaciones en sustentabilidad”, señaló. Estas tendencias, dijo, impactarán directamente en el salmón chileno, que deberá adaptarse a requisitos cada vez más exigentes para mantener su acceso al mercado.
Además, el Dr. Esteban explicó que las nuevas regulaciones en Estados Unidos están tomando una orientación mucho más cercana al modelo europeo en materia de inocuidad alimentaria. “Esta convergencia hacia estándares similares a los europeos representa un reto, pero también una oportunidad para Chile, pues obliga a la industria a adaptarse a los parámetros más exigentes a nivel global y, al mismo tiempo, le permite reforzar su posicionamiento como proveedor de un alimento seguro y reconocido internacionalmente”.
De acuerdo con Esteban, otro de los cambios más significativos será la fragmentación regulatoria dentro del propio territorio estadounidense, ya que los estados tendrán mayor autonomía para definir exigencias específicas. “Si quieren hacer marketing en California, va a tener que ser diferente de lo que se consuma en Texas. Esa fragmentación va a ser algo que deben considerar”, advirtió. El experto explicó que, por ejemplo, California impondrá límites más estrictos en residuos químicos, lo que podría convertirse en un desafío adicional para los productores chilenos, que deberán adaptar su oferta a condiciones diferenciadas según el destino final.
El exsubsecretario también se refirió al tema de la trazabilidad, que sigue siendo un punto crítico para la FDA. Aunque el gobierno estadounidense decidió posponer por 30 meses la implementación obligatoria de este sistema, Esteban recordó que los exportadores deben estar preparados. “Si pasa algo en Estados Unidos, tiene que haber documentación perfecta y un documento de origen. Aunque la trazabilidad se haya pospuesto, es un punto que seguirá siendo crítico para los productores de salmón”, afirmó. En este contexto, llamó a la industria a no confiarse y a invertir en sistemas robustos que garanticen el origen y la calidad del producto en todo momento.
En su intervención, Esteban también destacó que el fortalecimiento de la prevención puede transformarse en una ventaja competitiva para la industria chilena. Recordó que “cuando la FDA hace una detención de un producto en la frontera, los 10 o 20 siguientes envíos serán inspeccionados con más intensidad. La impresión será que es Chile en general, no solo un productor”. Sin embargo, recalcó que la experiencia demuestra que invertir en prevención es siempre más beneficioso que reaccionar ante una eventual crisis, lo que también refuerza la confianza de los consumidores y las autoridades internacionales en el salmón chileno.
Finalmente, el experto concluyó que, a pesar de las mayores exigencias, también existen oportunidades únicas para Chile en el mercado estadounidense. “El Departamento de Salud está tratando de impulsar proteínas como las que ustedes producen. Van a reevaluar completamente las guías nutricionales y van a dar más énfasis a productos como el salmón. Tienen más oportunidades que nunca antes, siempre que logren adaptarse a las nuevas exigencias de inocuidad”, sostuvo. En su opinión, la industria chilena está en una posición privilegiada para aprovechar la tendencia hacia proteínas saludables, siempre que pueda responder con agilidad y responsabilidad a los nuevos estándares.