Marcela Ávila, investigadora principal de la Universidad de Aysén. Foto: Captura de pantalla de AquaForum.

Innovador cultivo integrado de salmones y macroalgas hace frente al cambio climático

Chile: La experiencia de acuicultura multitrófica en un centro aysenino de Blumar puede ser una solución concreta a impactos que genera la industria respecto a los fondos marinos y el aporte de nutrientes al océano.

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Durante ayer y hoy se está llevando a cabo la conferencia internacional AquaForum, cuya temática principal es “Cambio Climático: desafío para la productividad y el entorno”. En su primera sesión, realizada ayer, y con dos módulos de presentaciones, el evento abordó tópicos tales como cambio climático e innovación productiva y tecnologías ambientales.

En el módulo de cambio climático e innovación productiva, una de las exposiciones estuvo a cargo de Marcela Ávila, investigadora principal de la Universidad de Aysén y Biólogo Marino de la Universidad de Concepción, quien se refirió a la “Acuicultura Multitrófica Integrada en Aysén: un tránsito para una salmonicultura sustentable”, proyecto que se está desarrollando en un centro de cultivo de la empresa Blumar, en las cercanías de Puerto Aguirre.

“En un ambiente natural, existe una diversidad de especies de diferentes niveles tróficos que interactúan entre ellas, y que se relacionan con el ambiente donde ocurren diferentes procesos químicos y biológicos. Por lo tanto, si se establece un monocultivo, en este caso de salmón, en un espacio marino, se genera elementos de excreción, desperdicios del alimento, material particulado y compuestos inorgánicos que son aprovechados por el fitoplancton y algunas macroalgas, u organismos que ocupan el espacio bentónico”, expuso la académica.

Una de las alternativas, según lo explicado por la investigadora, para mejorar los desbalances que se producen, son los cultivos multitróficos. “Esto se traduce en la incorporación de diversos niveles tróficos para crear sistemas balanceados y su sustentabilidad ambiental, así como también para la biomitigación de todo este material que se genera. Además, se conduce a una estabilidad económica, porque se consideran especies que tienen valor económico y se puede producir una diversificación de productos, y mejores prácticas ambientales que generan mayor aceptación social”, comentó Ávila, agregando que los cultivos multitróficos han sido ampliamente descritos en la literatura científica y en algunos países se practica existosamente.

Para el proyecto que describió la docente de la Universidad de Aysén, se pensó en el cultivo multitrófico, considerando salmones y macroalgas, mas no mitílidos, por las dificultades que podían presentarse debido a eventos de FAN (Floración de Algas Nocivas).

Modelo sustentable de cultivo 3M.

“Esta problemática sobre como desarrollar un modelo productivo en la región de Aysén, nos llevó como universidad, a acercarnos al Gobierno regional y al sector productivo de la zona. En conjunto, construimos una propuesta de proyecto que incorporaba la participación de los pescadores artesanales, para que pudieran proyectar una potencial diversificación de su actividad. Es así como el Gobierno regional de Aysén aprobó la iniciativa a través del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), en el cual cuenta con el apoyo de Salmones Blumar, SalmonChile y el sindicato de pescadores artesanales Nueva Ventura de Puerto Aguirre”, expresó Ávila.

Centro de cultivo

El proyecto desarrolló un modelo 3M sustentable. Es decir, multiespecífico, para que entregara beneficios económicos al identificar los mejores candidatos para producir; multitrófico, que entregara un beneficio ambiental y un potencial efecto positivo en el balance de nutrientes; y multiactores, porque integra a la academia, la empresa privada, el gobierno y las comunidades del territorio donde están insertos estos cultivos.

“Es destacable el trabajo realizado en gestión con el sector público, debido a que este tipo de desarrollos, si bien está descrito en la literatura, en Chile no existía experiencia. Por lo que hubo que desarrollar una serie de protocolos y gestiones administrativas al inicio del proyecto, y por otra parte, llevar a cabo esta iniciativa casi en su totalidad en periodo de pandemia, lo que dificultó su normal ejecución. Todo el proyecto nos ha tomado bastante tiempo, pues en septiembre de 2018 ingresamos la solicitud de permisos a la Subpesca, obteniendo autorización recién en marzo de este año, lo que significo que en junio pasado pudimos hacer la primera siembra”, manifestó la investigadora.

Centro de Cultivo Orestes, de Salmones Blumar.

Asimismo, Avila explicó que, para el proyecto, la obtención del material biológico se hizo desde una concesión autorizada en el sector de Pelluhuin, Puerto Montt, además de una transferencia tecnológica y preparación de líneas artesanales, donde pescadores artesanales de la región de Los Lagos le enseñaron a preparar las líneas con Agarophyton chilensis (Pelillo) a pescadores artesanales del sindicato de pescadores artesanales de Nueva Ventura.

Igualmente, se realizaron capacitaciones a los pescadores artesanales de Aysén en las técnicas de preparación de las cuelgas que se instalarían en las líneas de cultivo, manteniéndolas en óptimas condiciones en el mar, para luego ser trasladadas al centro de cultivo Orestes de Salmones Blumar, en las cercanías de Puerto Aguirre.

“Toda esta etapa nos permitió identificar las brechas logísticas, operacionales y administrativas y generar un desarrollo de soluciones para ello. Se instalaron 27 líneas madre y se realizó una estandarización de las líneas de cultivo para adaptarlas a jaulas de cultivo de 30x30 y 40x40 mts. En total, se instalaron 2.917 mts de cultivo en cada jaula. Se utilizaron líneas verticales para definir concretamente la profundidad para luego incorporar las líneas horizontales durante este mes, y se definieron las temporadas de siembra, pues ya se hizo la de invierno y estamos próximos a hacer la de primavera tardía”, detalló Ávila.

Finalmente, ante las adversidades que presenta el cambio climático, la investigadora recalcó que la incorporación de los cultivos multitróficos son una acción muy importante, que contribuirá a hacerle frente a este fenómeno, “porque incorpora todo, es decir, investigación, comunidades y entes privados. Acá debe haber colaboración porque se requiere adaptación de los métodos de cultivo, ya que no todas las zonas donde están los centros cultivos son iguales. Los cultivos multitróficos contribuyen a la salud de los océanos y a eso es lo que debemos aspirar como país”, puntualizó Ávila.