Emiliano DiCicco, médico veterinario y patólogo de peces. Foto: Emiliano DiCicco.

“Las vacunas aún no son una opción viable contra el virus PRV”

Chile: El patólogo de peces, Emiliano DiCicco, alerta que Piscine reovirus es altamente contagioso, puede resistir mucho tiempo en el medio ambiente y debe abordarse diferenciadamente en salmón Atlántico y salmón coho.

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En el marco de un seminario que llevará a cabo Salmofood acerca de complementos nutricionales, uno de los expositores de la jornada será Emiliano DiCicco, experto que se referirá a cómo prevenir y enfrentar la inflamación del músculo esquelético y cardiaco (HSMI), cuya enfermedad es causada por un virus de la familia Reoviridae denominado Piscine reovirus (PRV).

DiCicco es médico veterinario y patólogo, actualmente investigador de salud de peces para Pacific Salmon Foundation, gerente para Sustainable Salmon Health Initiative realizada en Pacific Biological Station de Canadá, tiene más de 15 años de experiencia en el área, colaborando con diversas entidades en este último país y también en Italia, y entrevista con Salmonexpert, detalla las estrategias para prevenir y abordar PRV/HSMI.

¿Cómo es visto el PRV/HSMI en otros países productores de salmón considerando que en Chile se clasifica como un patógeno/enfermedad emergente?

HSMI se observó inicialmente a fines de los años 90 en Noruega, y desde entonces se vio en todos los países con cultivo de salmón del Atlántico. Sin embargo, el virus responsable del desarrollo de las enfermedades se descubrió sólo en 2010. Todavía se considera una enfermedad emergente y bastante importante, dado que según la industria de la acuicultura se clasifica como una de las tres enfermedades principales que afectan la producción de salmón Atlántico de cultivo.

¿Cuál será la importancia del patógeno en un futuro en el que la acuicultura seguirá creciendo y será la base de la alimentación humana?

El PRV es un virus altamente contagioso, que se propaga fácilmente dentro de una población acuícola y puede resistir durante mucho tiempo en el medio ambiente, lo que dificulta su erradicación. Además, debido a la relativa imposibilidad de cultivar el virus en líneas celulares estándar y a los mecanismos fisiológicos que inducen HSMI en el huésped, las vacunas aún no son una opción viable. Por lo tanto, si no se establecen medidas estrictas de bioseguridad y tratamientos eficientes en todo el mundo, el papel y la importancia de este virus en la expansión de la acuicultura del salmón continuará creciendo al mismo tiempo.

¿Cómo contribuyen los alimentos funcionales a la prevención de PRV/HSMI?

El alimento funcional no puede proteger al huésped de la infección por PRV. Por otro lado, la administración de una dieta específica con una proporción equilibrada de ácidos grasos a base de productos del mar puede modular la respuesta inflamatoria del huésped a los efectos nocivos de la infección por PRV y las lesiones familiares, reduciendo el desarrollo de lesiones y mejorando la recuperación de los peces infectados, disminuyendo el desprendimiento de PRV en el agua y mitigando en general los efectos de HSMI en la producción de salmón Atlántico.

¿Cómo puede la industria chilena del salmón prevenir y abordar este patógeno?

Como se mencionó anteriormente, no hay una vacuna disponible comercialmente que pueda proteger al salmón de las infecciones por PRV. Además, las estrategias para abordar este patógeno deberían ser diferentes entre el salmón Atlántico y Coho, ya que el virus parece comportarse de manera diferente según la especie infectada.

En general, las medidas estrictas de bioseguridad, incluida la evitación de la introducción de peces positivos para PRV en los centros de cultivo y el tiempo de descanso apropiado entre los ciclos de producción, parecen reducir considerablemente y disminuir la tasa de infección en la población.

También se debe reducir lo más posible la ocurrencia de eventos estresantes (como tratamientos para piojos de mar) que pueden desencadenar el desarrollo de enfermedades relacionadas con PRV. Las dietas funcionales administradas antes y durante un brote de enfermedad relacionada con el PRV pueden ayudar a mitigar los efectos de la enfermedad y, en general, a mejorar la producción.