El investigador Carlos Carballeira está impulsando la investigación “Diseño, desarrollo, optimización y aplicación de una batería de bioensayos in situ y de laboratorio con organismos de distintos niveles tróficos que puedan ser incluidos en cultivos marinos multitróficos integrados”. Imagen: Carlos Carballeira.

¿Representan las jaulas marinas una amenaza para los ecosistemas acuáticos chilenos?

Chile: Investigadores están impulsando el desarrollo de bioensayos para conocer los efectos in situ que tienen los cultivos de salmónidos y cómo medirlos, además proponen incluir estas herramientas en los Planes de Vigilancia Ambiental de los cultivos en jaulas.

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El biólogo marino de la Universidad de Santiago de Compostela, Carlos Carballeira, lleva años desarrollando herramientas para evaluar el impacto de la acuicultura en las aguas, analizando el estado de los ecosistemas afectados por efluentes de la pisciculturas marinas y de río, y recientemente , también de Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales.

Desde 2017, participa en el proyecto de postdoctorado patrocinado por Fondecyt con acrónimo “Aquatoxlogger”, que consiste en desarrollar un dispositivo dónde realizar diversos bioensayos para conocer los efectos in situ que tienen los cultivos de salmónidos y cómo medirlos.

El nombre oficial del proyecto es “Diseño, desarrollo, optimización y aplicación de una batería de bioensayos in situ y de laboratorio con organismos de distintos niveles tróficos que puedan ser incluidos en cultivos marinos multitróficos integrados”, comenzó en julio de 2017 y culmina en abril de 2020.

La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), como anfitriona, y de la Universidad de Santiago de Compostela y (USC) como colaboradora, también contempla la aplicación de medidas físico-químicas del agua y del sedimento extraído de zonas cercanas y lejanas al cultivo, con el que se realizarán también bioensayos de laboratorio.

“Toda esta información será posteriormente integrada para seleccionar las herramientas más apropiadas -por su sensibilidad a los vertidos acuícolas, operatividad y bajo costo- para ser incluidas en una propuesta de Plan de Vigilancia Ambiental de los cultivos en jaulas”, explicó el investigador a cargo del proyecto. 

Estudios de campo

En 2016, el investigador realizó estudios de campo, pero tuvo dificultades para encontrar sedimento fuera de la concesión privada de las jaulas de salmón. “Esto era de esperar debido a las fuertes pendientes y corrientes marinas del fiordo estudiado que arrastran los sedimentos a las zonas más profundas”, comentó.

Por este motivo, durante el primer año del proyecto presentó la iniciativa en diversos eventos e instituciones con el fin de encontrar productores que deseasen colaborar.

El investigador Carlos Carballeira ya ha hecho experimentos de campo, y ahora están pendientes los de laboratorio (en cuanto tenga los sedimentos).

“Todos parecían muy interesados inicialmente pero ninguno parecía atreverse a dar el paso. A pesar de que dicha colaboración mejoraría la imagen del productor y no repercutiría de ninguna forma negativa pues se trata de desarrollar métodos, no de buscar culpables", detalló.

Ampliar el espectro

Para Carballeira, las metodologías, alimentos y químicos empleados en los centros de cultivo acuícolas suelen ser, por lo general, muy parecidos entre mismos tipos de cultivo, las pequeñas diferencias suelen deberse a la gestión de la actividad.

“Un estudio más exhaustivo, con mayor número de jaulas y diferentes productores, permitiría establecer niveles dónde se definiría una buena o mala ubicación y/o gestión de los cultivos, pero ese no es el objetivo de esta beca”, estableció.

Invitación a colaborar

En estos momentos no hay ningún colaborador directamente interesado en el proyecto, pero parece que Carballeira sí conseguirá sedimentos a través de otros investigadores o centros de investigación que realizan estudios con sedimento.

“De todas formas, la mayor dificultad de mi investigación es la realización de los estudios de campo, ya que muchos factores pueden llevar a la desaparición de los dispositivos y/o la pérdida de las muestras. Sin embargo, el coste del material y de los análisis es relativamente bajo por lo que, si existe algún productor interesado podría realizar estudios complementarios, por ejemplo, mediante la optimización de bioensayos en cuanto a la época de desarrollo; profundidad y tiempos de exposición; y uso de distintos materiales; entre otros”, detalló.

Los investigadores aún esperan encontrar productores que deseasen colaborar tanto en la toma de sedimento como en los experimentos de campo.

¿Cuál es su apreciación respecto de los planes para la vigilancia ambiental de la acuicultura que exige el Gobierno a la industria salmonicultora? ¿Hay ámbitos que no estén siendo medidos o exigidos?

Las exigencias medioambientales de los cultivos en jaula son muy similares a nivel mundial, se basan en los mismos parámetros de estudio, centrando el estudio de los efectos ecosistémicos en la macrofauna bentónica del sedimento y la aparición de mantos bacterianos.

Se podría decir que es la aproximación más adecuada, puesto que el sedimento es un integrador de los contaminantes de la columna de agua facilitando su determinación, ya que las concentraciones en el agua se suelen encontrar por debajo de los límites de detección de las técnicas analíticas convencionales.

A esto, se suma el censo de especies, aspecto necesario para la determinación de la abundancia y diversidad de la fauna afectada.

Sin embargo, estas medidas están relacionadas con el impacto inmediato de los cultivos, que estaría delimitado por la Zona de Efectos Permitidos (ZEP), y que parece estar más enfocado hacia el óptimo desarrollo de los cultivos y no desde un punto de vista ecosistémico. Además de no comprobar los efectos negativos sobre otros niveles tróficos, otro problema adicional de este tipo de controles es que al estar basados en el estudio del sedimento, sin éste no hay resultados.

Preparación de experimentos de campo.

Mi tesis doctoral consistía en desarrollar un Plan de Vigilancia Ambiental de centros de cultivo de mar intensivos en tierra que vierten a zonas con elevado hidrodinamismo, donde las partículas son rápidamente dispersadas y, por lo tanto, el fondo afectado es rocoso (sin sedimento). Esto llevó a desarrollar herramientas independientes del sedimento.

De esta forma, si no existe sedimento donde realizar las medidas oportunas se buscará otra matriz de estudio, ya sean organismos nativos o trasplantados, por ejemplo: macroalgas; choritos; superficies de colonización, entre otros.

La idea principal es observar los efectos que los desechos de la acuicultura tienen en los organismos y relacionar estos efectos con medidas físico-químicas de la matriz de estudio. Así se agilizará la vigilancia ambiental -en términos de tiempo y dinero- al estimar los efectos tóxicos o tróficos a partir de sencillas medidas físico-químicas.

Otro desafío encontrado ocurre cuando el Gobierno adapta las actividades de vigilancia ambiental utilizadas en el extranjero para el caso de Chile, con poca información y apoyo científico. Aunque la teoría es la misma, los fiordos chilenos presentan una serie de propiedades -profundidad, corrientes, características físico-químicas, entre otras- que pueden ser muy distintas y es necesario tenerlas en cuenta en los requerimientos medioambientales.