Alejandro Buschmann, del Centro i-mar y CeBiB, Universidad de Los Lagos. Foto: ULagos.

“No sabemos si un organismo microscópico pudo haber sido transportado con el alga”

Chile: Ante la introducción en Chile de una macroalga de origen asiático, el investigador Alejandro Buschmann detalla los potenciales efectos que tendría en los centros acuícolas aledaños.

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Luego de confirmarse la presencia de la macroalga parda Saccharina japónica, Sernapesca declaró a principios de mayo emergencia de plaga en un área de dos kilómetros en el sector del canal Caicaén, en la comuna de Calbuco, región de Los Lagos.

De igual forma, interpuso una denuncia ante el Ministerio Público contra la empresa responsable, Algas Tower, debido a que el cultivo de esta especie es ilegal en el país, más aún siendo una especie no nativa e introducida al territorio nacional.

Cabe destacar que los centros que están dentro del polígono, o en un perímetro de dos kilómetros de distancia desde el sitio de cultivo de titularidad de Algas Tower, corresponden a 20: dos de salmónidos, uno de algas y 17 de moluscos.

Al respecto, el investigador del Centro I-Mar y CeBiB, de la Universidad de Los Lagos, Alejandro Buschmann, especialista en el estudio de algas, comentó a Salmonexpert por un lado el actuar de la labor de fiscalización de Sernapesca: “Me parece algo a destiempo, toda vez que se recibió la denuncia ciudadana en noviembre del 2020 y se comprobó la introducción en diciembre del 2020 y no se tomaron acciones hasta fines de abril de acuerdo a la información obtenida. Esto me parece grave, toda vez que algunos individuos se encontraron fértiles en el sitio de cultivo”.

Toma de muestreos en zona afectada. Foto: Sernapesca.

Efectos

Respecto a cuáles serían los potenciales efectos que esta macroalga podría causar en los centros acuícolas aledaños, el especialista señaló que “los efectos de la introducción de una nueva especie están ligados principalmente al riesgo de competencia con otras especies locales y disminución de la biodiversidad local y de la reducción de la abundancia de especies comerciales como son la luga roja y negra. Si se establece un alga que genera una atenuación de la luz que llega al sustrato esto debería limitar el acceso a la luz”.

“Por otra parte, y sin conocer la procedencia y protocolo de cuarentena, no sabemos si algún organismo microscópico pueda haber sido transportada con el alga. Este tipo de introducciones ha causado también muchos problemas en diferentes partes del mundo”, agregó el experto acuícola.

En cuanto a las implicancias para el cultivo de salmones en el área aledaña, el Dr. Buschmann sostuvo que “creo que no deberían ser altas, toda vez que estas algas están en lugares rocosos someros (requieren acceso a la luz radiante del sol) y por ello están distantes unas de otras. Lo más complejo para otras actividades es que, al desconocer la procedencia, seguramente las macroalgas llegaron en algún contenido de cierto volumen, también desconocido, y no sabemos cómo se vertieron esas aguas y qué pudieran haber traído (bacterias, hongos, protistas). Además del agua, las algas poseen bacterias y en Japón, Corea y China se conocen enfermedades de algas por diferente tipos de patógenos, y nuevamente no tenemos idea en qué condiciones venían los organismos introducidos”.

Luego, sobre si es posible revertir la calidad de plaga de esta macroalga, Buschmann explicó que “si se establece una población de esta alga en nuestras costas, habría que hacer un trabajo de erradicación, lo cual implica muchas horas hombre en buceo. Para establecer esta posibilidad se requiere de un programa de monitoreo que se extienda al menos hasta finales del verano-otoño del próximo año”.