Cristián Emhart, gerente general y cofundador de F4F: Food for the Future. Foto: F4F.

Innovación y economía circular en alimento para salmónidos

Columna de opinión para Salmonexpert de Cristián Emhart, gerente general y cofundador de F4F: Food for the Future.

Las oportunidades de innovación sustentable en la acuicultura son tan grandes como la industria en sí, o como los desafíos que tenemos hacia adelante para alimentar a 9.000 millones de personas al 2050. Ya hemos aprendido, y a golpes, que vivimos en un planeta finito con recursos naturales finitos, y que para seguir aumentando la producción acuícola como se proyecta, más de un 40% al 2030, tenemos que innovar como nunca antes. El momento de la acuicultura es ahora… pero los sistemas existentes de producción no son capaces de sustentar este crecimiento. Se requiere innovar hacia una economía circular.

Un sistema de producción acuícola ideal, algún día tendrá la capacidad de no generar impacto ambiental, o incluso de generar un impacto positivo en el medio ambiente. Será posible? El tiempo lo dirá, pero sin duda la industria salmonicultora ya está empezando a avanzar hacia allá. Se trata de tener una visión y avanzar hacia ella de manera decidida. Empezando por identificar donde se encuentran las mayores oportunidades de mejoras e innovación. Una de las etapas en las que se encuentran los mayores costos ambientales y económicos está asociado a la producción de alimentos. Por ejemplo; si tomamos la huella de carbono, algunos estudios que evalúan el ciclo de vida, concluyen que hasta el 90% de las emisiones GEI están “aguas arriba” en la producción de materias primas para el alimento de salmónidos. La expansión de estos sistemas convencionales de producción de alimentos está ejerciendo demasiada presión en los ecosistemas.

Por ejemplo, más del 30% de los suelos a nivel global ya están catalogados con un grado moderado a alto de degradación por otro lado, el 61% de las pesquerías marinas, están agotadas o colapsadas, y otro 29% están siendo sobreexplotadas, es decir capturadas a un nivel que evita la regeneración del stock marino. Por ende, una de las mayores oportunidades para mejorar la huella ambiental en la salmonicultura está en el alimento. Es por esto que en F4F decidimos empezar por ahí, ayudando a la industria chilena salmonicultura a disminuir su impacto al medio ambiente. Tenemos tremendos desafios globales relacionados al desperdicio de alimentos. De los alimentos producidos, estamos desperdiciando más de mil millones de toneladas al año, las cuales al descomponerse generan emisiones de CO2 (si fueran un país, serían el tercer país que más emite), por lo que necesitamos recuperar y reciclar esos nutrientes.

Nosotros, en F4F, encontramos una solución, y la encontramos en la naturaleza, más especìficamente en un organismo extraordinario que quiero que conozcan: la mosca soldado negro (Hermetia illucens). La mosca soldado negro es por lejos el organismo más eficiente para transformar residuos orgánicos en alimento, cerrando el ciclo de los alimentos de manera natural. Economía circular al más puro estilo de la naturaleza. Es tal su eficiencia que si por ejemplo, producimos una tonelada de harina de insectos, tenemos huella de carbono positiva, es decir las emisiones de CO2 que evita que se generen son mayores a las que se generan en su producción. Y no sólo en emisiones de CO2 se genera el beneficio, también se genera en uso de tierra al reemplazar la proteína de soya por proteína de insecto, requiriendo está última el 1% de la tierra que requiere misma cantidad de soya; y por último al reemplazar por harina de pescado se evita la captura de peces silvestres. Además, al tener un 60-70% menos de fósforo que la harina de pescado, y al reemplazar esta fuente de proteína, disminuye el impacto al medio acuático por eutroficación en más de un 90%.

Todo lo anterior, no haría sentido si es que los insectos como fuente de alimentación, no fueran nutricionalmente y funcionalmente idóneos. Pero lo son, cada vez tenemos más estudios en donde se afirma que son perfecto reemplazo de la harina de pescado y de soya, e incluso que entregan beneficios funcionales al sistema inmune de los peces, protegiéndolos mejor de distintas enfermedades.

Las soluciones a los desafíos de la industria ya existen, y se seguirán mejorando. Nuevas fuentes de proteína junto a tecnologías como pisciculturas de recirculación (RAS) o incluso acuaponía, que ya existen desde el punto de vista técnico, pero no necesariamente económico… Aún. Leí en un libro llamado “From Waste to Wealth (Del residuo a la riqueza)” que para traer el equilibrio de vuelta a los ecosistemas, el comercio es la única institución humana suficientemente grande, creativa y rápida para ser el motor de cambio que se necesita. Lo que no implica que sea el único. El comercio funciona gracias al consumo, por ende el rol de nosotros los consumidores, así como también del estado son igual de importantes. La internalización de las externalidades en la producción tiene que ser compartida para avanzar como necesitamos.