Evaluación de peces rezagados y/o desadaptados durante el estudio. Foto: Marín y col., 2020.

Evalúan efecto del uso del faldón en la dinámica de Caligus

Chile: Investigadores chilenos descubrieron que bajo ciertas condiciones productivas, el faldón no protegió a los peces de la infestación, pero sí observaron un efecto positivo del tratamiento con lufenurón.

Los faldones utilizados en la salmonicultura se instalan alrededor de las jaulas para evitar que partículas de ciertos tamaños presentes en la parte superior de la columna de agua entren en la jaula.

En Chile, existen compañías que utilizan faldones como medida de prevención para disminuir las infestaciones con C. rogercresseyi. Sin embargo, no existen estudios publicados en cuanto a su eficacia y el potencial efecto que el uso de los faldones podría tener sobre la dinámica de esta especie.

Para analizar en condiciones productivas la efectividad de los faldones y el efecto conjunto con el antiparasitario lufenurón, investigadores de la Universidad Austral de Chile y Aquabench realizaron un estudio donde determinaron las cargas de Caligus por pez y la abundancia de estadios de vida libre al interior de las jaulas y en el exterior del módulo.

Para ello, seleccionaron tres jaulas de 40x40 metros de un centro salmón Atlántico de 14 jaulas, dos albergaron peces tratados con lufenurón (J1 y J2), y una no (J3). A las J2 y J3 se les incorporó el faldón (jaulas cabecera).

Durante el período de estudio, se efectuaron 10 muestreos de zooplancton, se determinaron las cargas parasitarias de 10 peces desde cada jaula y se midieron variables ambientales.

Lufenurón vs faldón

Dentro de sus resultados, los expertos encontraron que la presión de infestación externa fue mayor para las jaulas cabecera (J2 y J3), y que la presión de infestación interna en las jaulas 1 y 2 fue notablemente menor que en la jaula 3.

Disposición de jaulas y sus características. * Jaula 3 sembrada 01 02 2019, jaula 2 sembrada el 16 01 2019 y jaula 1 el 23 12 2018. Fuente: Marín y col., 2020.

“Si se considera que la jaula 3 y 2 tuvieron una misma presión de infestación externa, entonces las diferencias podrían deberse una mayor generación de estados de libre en la jaula 3 que la 2, donde además se observaron infestaciones más tempranas que los peces de las otras jaulas”, explicaron los científicos.

En cuanto al faldón, los investigadores estipularon que este último no impide el ingreso de estados de vida libre a las jaulas. “La población de C. rogercresseyi en peces que estuvieron protegidos sólo por el faldón muestra una dinámica diferente a la observada en peces de las otras jaulas en estudio. Sin embargo, no es posible concluir si en esta etapa de la progresión de la infestación el faldón contribuyó en reducir las cargas y en consecuencia en reducir el número de tratamientos”, sostuvieron.

Lo anterior, indicaron, podría deberse a que: (i) el tamaño de poro de la lona del faldón no impidió su ingreso, (ii) el levantamiento del faldón producto de la marea permitió el ingreso de estados de vida libre en momento puntuales o que (iii) la profundidad de protección del faldón debió ser mayor para evitar ingreso de estados de vida libre.

Por otro lado, en las jaulas tratadas con lufenuron, observaron que la jaula 2 tuvo una mayor abundancia de juveniles que la J1, algo posiblemente atribuido a que el antiparasitario tuvo un efecto menos prolongado en los peces de la J2, ya que ambas tuvieron una presión de infestación similar.

Diseño experimental

El estudio fue comenzó en noviembre de 2018 y finalizóen agosto de 2019. Los peces que ingresaron al centro habían sido tratados con lufenurón durante la fase de agua dulce y fueron distribuidos en 13 de las 14 jaulas, dejando una de ellas para sembrar peces que no fueron tratados con lufenurón. Los faldones fueron instalados el 9 de enero del 2019 cubriendo hasta una profundidad de 7 m.

A pesar de lo anterior, los autores del estudio plantearon que una vez que el efecto del lufenurón finalizó, la dinámica de las tres jaulas se hace similar en cuanto a que se elevan las cargas de juveniles, adultos móviles y hembras ovígeras, siguiendo un patrón en que las cargas son siempre mayores en la J3, seguida por la J2 y finalmente la 1.

De hecho, los parásitos en peces de la J3 fueron observados más tempranamente que en J1 y J2, por lo que la J3 recibió dos tratamientos adicionales.

Como conclusión, los científicos expusieron que “las características de los centros de cultivo y jaulas donde podría ser más efectivo el uso del faldón debieran ser identificadas en base a un diseño que contemple dirección y velocidad de las corrientes, distribución vertical de los estados de desarrollo de vida libre y profundidad a la cual debiera otorgar protección el faldón, diseño e implementación de mejores mecanismos de anclaje del faldón para mantener la verticalidad de éste”.

Lea el estudio completo en las páginas 52-59 de la edición 79 de revista Salmonexpert