El Consejero Regional de Magallanes, Emilio Boccazzi. Foto: La Prensa Austral.

1% de la producción del salmón magallánico para consumo regional

Chile: Si sólo se asegurara que quede en la región un 1% de la producción de salmón, significaría el consumo promedio de 12 kilos al año por persona, ganando un aliado robusto según Core de Magallanes. 

Publicado Actualizado

A través de una columna de opinión, el Consejero Regional de Magallanes, Emilio Boccazzi, dio a conocer en La Prensa Austral sus planteamientos para un mayor consumo de salmón en la zona. 

“La Región de Magallanes y Antártica Chilena ha logrado sistemáticamente desde el año 2010 incrementar significativamente su presupuesto regional (de relativa libre disposición), proveniente principalmente desde el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) que el estado nacional entrega anualmente a cada región. Se agrega a partir de la decisión de la ex Presidenta Bachelet cuando, en su segundo mandato presidencial, crea el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas (PEDZE) el año 2015.

Esto permitió en la “concreta” que virtualmente los recursos regionales de libre disposición (no cuento aquí los fondos que llegan a través de los ministerios) se duplicaran en la realidad. Hoy la región cuenta en su gobierno regional entre los dos grandes instrumentos con alrededor de 80.000 millones de pesos anuales para acometer obras de adelanto, cofinanciar convenios de programación con ministerios y otras tantas obras, programas y acciones de la sociedad civil.

Por otro lado, existen instrumentos y/o leyes denominadas de “excepción”, que otros llaman o llamamos de “compensación”. Decreto Ley 889 o Bonificación a la Mano de Obra, Ley Austral, Ley Tierra del Fuego y/o Navarino, DL 15, más los subsidios y apoyos sin reembolso que hace el Estado de Chile a través de sus ministerios y direcciones de servicio en la región. Estos instrumentos, bonifican a las empresas esencialmente, y muchas veces ha existido el anhelo de que dichos apoyos del Estado, vayan más directamente a las personas.

Lejos de comenzar a desmenuzar cada incentivo , decreto ley o ley -lo que haremos sucesivamente en posteriores columnas- creo importante indicar , que la inversión que el Estado de Chile hace respecto de la región es muy importante (y debe seguir siéndolo), lo que si se aplica, reestudia, o rediseña en una política más “holística” (la holística se refiere a la manera de ver las cosas enteras, en su totalidad, en su conjunto, en su complejidad, pues de esta forma se pueden apreciar interacciones, particularidades y procesos que por lo regular no se perciben si se estudian los aspectos que conforman el todo, por separado) brindará mayores beneficios a su población y territorio (y maritorio).

Esto aplica a analizar y, eventualmente, reestudiar la aplicación, cantidad y prestaciones y contraprestaciones que darían lugar el utilizar estos incentivos, o leyes de compensación por parte de los sectores o industrias (se me viene a la mente la industria salmonicultora o acuícola, la industria ganadera y la pesca artesanal e industrial de la región).

¿Por qué me detengo en estas industrias o sectores? Porque trabajan en base a recursos naturales colectivos (el maritorio austral por ejemplo), son productos que por nuestra ganadería extensiva y nuestra amplitud territorial son de primera calidad, en calidad orgánica y baja huella de carbono. El salmón, producido en miles de toneladas en la región, no ha sido capaz de insertarse fuerte y eficientemente en la dieta alimenticia de los magallánicos. Tampoco el consumo de merluza, congrio, pejerreyes ni erizos ni ostiones ni centolla. Ni carne ovina ni bovina de la región.

¿A dónde voy con esto? No sacamos mucho en tener un cordero con denominación de origen de nuestra Región de Magallanes (que nos hace conocidos en algunos selectos mercados del mundo), o saber que somos el segundo país del mundo productor de salmones y que Magallanes produce casi el 20% de la producción nacional (o sea un 5,4% más o menos de la producción mundial).

En consecuencia, y sólo por lo breve del desarrollo de la presente columna de opinión, ¿cómo podemos acordar con la industria salmonicultora a través de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, qué cantidad de su producción, puede quedar en la Región de Magallanes a valores adecuados para que su consumo sea más intensivo? (a precio de costo obvio y no a casi $10.000 el kilo), de las casi 200.000 toneladas que se están produciendo en la región en el último año.

Si sólo se asegurara que quede en la región un 1% de la producción, es decir entre 1.800 y 2.000 toneladas anuales, significaría el consumo promedio de 12 kilos al año por persona. Somos una región con una población altamente obesa e hipertensa.

Tenemos los mejores alimentos en la región. Sólo es cosa de ordenarse y tener una visión holística. El día que el salmón se incorpore en la dieta alimenticia de los habitantes de la región, la industria habrá ganado a un “aliado robusto” (la población) que cuidará a su industria, para que lo haga bien y para que permanezca sosteniblemente por muchos años o décadas. Con la pesca artesanal como global y con la industria ganadera por cierto se tendrán que tener los mismos o similares diálogos como región”.