De los casi 100 plaguicidas autorizados en Chile y prohibidos en la Unión Europea, 40 son “altamente peligrosos” (según la Pesticide Action Network) y otros cuatro contienen químicos restringidos.

Contraloría cuestiona criterios del SAG para aprobar plaguicidas

Chile: La investigación tomó como ejemplo el sistema de la Unión Europea. Entre los productos, se destacan Lufenurón y Cipermetrina, productos utilizados contra Caligus en la salmonicultura chilena.

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En un reciente informe revelado por la Unidad de Investigación de BioBioChile, la Contraloría descubrió que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) aprobó 99 plaguicidas que fueron descartados en la Unión Europea, al existir incertidumbre científica de eventuales riesgos a la salud de los humanos, animales o efectos nocivos en el medio ambiente. Entre los productos, se destacan Lufenurón y Cipermetrina, productos utilizados contra Caligus rogercresseyi en la salmonicultura nacional. 

“El informe da cuenta de la falta de antecedentes que el SAG tiene a mano a la hora de dar el visto bueno a un plaguicida. Incluso se cuestiona que no soliciten ayuda a organismos competentes, como los ministerios de Salud o de Medio Ambiente, para conocer el impacto de estas sustancias en humanos, animales y en el entorno”, detallan desde el medio de comunicación.

“La investigación del ente fiscalizador tomó como ejemplo el sistema de la Unión Europea. Allí, a diferencia de Chile, se aplica el principio precautorio o de cautela. En otras palabras, si existen dudas científicas sobre los riesgos que podría provocar un plaguicida, es mejor no aprobarlo hasta tener certeza de sus efectos adversos”, añaden.

Por el contrario, según detectó la Contraloría, “en nuestro país el SAG extiende las autorizaciones basados en el estudio que presenta el titular de la solicitud, sin verificar si existen otros antecedentes que sean contradictorios o si existe incertidumbre científica respecto a los efectos que podría provocar”, aseveran desde BioBioChile.

Respuesta del SAG

En vista de estos antecedentes, la Contraloría requirió formalmente al SAG: “A través de un oficio reservado, el servicio manifestó que el modelo de la Unión Europea, uno de los más estrictos del mundo, no se ajusta a la realidad nacional. Sus fundamentos para autorizar estas sustancias son bajo los lineamentos internacionales de otros países, como Estados Unidos, Canadá y otros en Europa”.

“Se agrega que el dinamismo de la normativa de evaluación de plaguicidas está en un proceso de revisión continua y que por eso, en 2014, modificaron la normativa y sometieron a revisión las autorizaciones otorgadas a uno o mas plaguicidas formulados en base a sustancias que presenten mayor riesgo”, informan en el medio nacional.

“La realidad de la UE es un ideal a alcanzar en algún momento del desarrollo del país, cuyo sistema y algunos criterios utilizados son importantes y marcan un camino a seguir para el futuro”, señalan desde el SAG. De acuerdo al informe, l”a falta de un mecanismo de evaluación de riesgos se debería a su alta complejidad, a la gran cantidad de informacion que se requiere para su realización y a los recursos humanos necesarios para ello”.

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