Centro pionero de economía circular tendrá foco en sostenibilidad de sectores como el salmón

Con una inversión histórica y ubicado en Los Lagos, el nuevo centro tecnológico buscará transformar residuos mediante soluciones circulares para industrias como la salmonicultura, el agro y la construcción.
Con el objetivo de fortalecer las capacidades regionales en innovación y sostenibilidad, se lanzó oficialmente la convocatoria nacional para la creación del primer Centro Tecnológico de Economía Circular de Chile, el cual estará ubicado en la Región de Los Lagos. Esta iniciativa, que marca un hito en la descentralización de la política tecnológica del país, busca consolidar un ecosistema de desarrollo productivo sostenible desde el sur austral, a través de la articulación entre empresas, academia y sector público.
El proyecto contempla una inversión pública inédita de $9.700 millones en un horizonte de diez años, financiados mediante el Programa de Desarrollo Productivo Sostenible (DPS) y el Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo (FRPD). Este centro permitirá que emprendedores, universidades y compañías accedan a infraestructura especializada, equipamiento de alto nivel y servicios tecnológicos avanzados, con el propósito de transitar hacia un modelo circular que reduzca residuos, optimice procesos y genere nuevos productos a partir de desechos industriales, con especial atención a sectores estratégicos como la salmonicultura.
Durante el acto de presentación, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente, subrayó la relevancia de esta iniciativa al señalar que “es un instrumento que visibiliza el quehacer en economía circular, tan clave para el desarrollo económico y ambiental de nuestro país, y particularmente de esta región”. Además, recalcó que el centro nace desde una decisión regional consciente, lo que refuerza su legitimidad territorial y pertinencia estratégica. “Esta es una región intensiva en recursos naturales, y la circularidad no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad para generar valor económico desde los residuos".




Asimismo, Benavente explicó que el modelo de gobernanza asegurará la continuidad del proyecto más allá de un ciclo político. “Este es un contrato formal entre una nueva unidad jurídica, Corfo y la Gobernación, que garantiza la disponibilidad de los recursos a lo largo del tiempo. La experiencia nos demuestra que cuando se articulan consorcios entre empresas, universidades y actores públicos con experiencia previa, el impacto es mucho más profundo y sostenible. Este centro tiene el potencial de desarrollar soluciones que trasciendan a la región e incluso al país”.
Por su parte, Karymy Negrete, asesora técnica del Programa de Desarrollo Productivo Sostenible (DPS), aportó una mirada conceptual sobre los fundamentos del modelo circular, destacando que “la economía circular no es sinónimo de reciclaje; es un enfoque integral que busca prevenir la generación de residuos desde el diseño de los procesos productivos”. A su juicio, uno de los principales aportes del nuevo centro será facilitar el paso desde un modelo lineal —basado en tomar, hacer y desechar— hacia un modelo regenerativo que promueve la reparación, el reúso y la innovación sostenible.
Además, Negrete explicó que esta propuesta se construyó a partir de diagnósticos participativos con los distintos sectores productivos regionales. “La economía circular fue un eje transversal identificado en rubros como la salmonicultura, la mitilicultura, el agro, la ganadería y la construcción. Todos enfrentan desafíos técnicos o biológicos que pueden abordarse desde esta nueva lógica productiva”, sostuvo. También advirtió sobre la urgencia de actuar ante la crisis de residuos en la región. “Más de 1,2 millones de toneladas de residuos sólidos no peligrosos se generan cada año, lo que impone un desafío estructural que este centro puede ayudar a resolver”.
Apuesta de transformación
En tanto, el gobernador regional de Los Lagos, Alejandro Santana, destacó la relevancia del trabajo conjunto entre el Gobierno Regional y Corfo, y valoró especialmente el respaldo del Consejo Regional para sacar adelante esta propuesta. “Desde el comienzo entendimos que esto no era solo un proyecto de financiamiento, sino una apuesta por una transformación estructural del modelo productivo regional”, afirmó. En su opinión, la clave estará en asegurar que esta iniciativa se traduzca en impactos reales y medibles a largo plazo.
Santana puso énfasis en el papel estratégico que jugará este centro para preservar y fortalecer la competitividad de los sectores productivos emblemáticos de la región. “No quiero perder el espacio que tiene el salmón en el mundo, ni la calidad de la carne y la leche que producimos”, advirtió, subrayando que la economía circular no solo debe ser vista como una respuesta ambiental, sino como una herramienta para abrir nuevos mercados y avanzar hacia una matriz productiva más sofisticada. En ese sentido, insistió en que el desafío es dejar atrás la inercia y apuntar hacia la diversificación, no solo en la oferta de productos, sino también en el destino y el valor agregado que se logra capturar a través de la innovación y el conocimiento aplicado.
En nombre de SalmonChile, Marcela Bravo, gerente de estudios y proyectos del gremio, resaltó que es una tremenda noticia para la región en general, y en particular, para la salmonicultura es una oportunidad. "Estamos trabajando hace mucho tiempo en temas de economía circular, con el Acuerdo de Producción Limpio (APL), por ejemplo. Por lo tanto, este centro nos viene a ayudar y sobre todo también a los proveedores para generar mayor innovación en estos temas. Es muy bienvenido, por lo que, sin duda, queremos apoyar a todos los que quieran participar de este centro tecnológico".
Desde una perspectiva técnica, Fernando Hentzschel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, entregó detalles sobre los beneficios específicos que el centro ofrecerá a la región. Según explicó, este será un centro que prestará servicios a terceros —emprendedores, empresas, cooperativas— poniendo a su disposición equipamiento especializado, conocimientos técnicos y capital humano calificado. “Por primera vez estamos instalando capacidades tecnológicas donde realmente se necesitan, no donde conviene políticamente, y eso es una señal potente de descentralización”.
El ejecutivo también enfatizó que el centro apunta a resolver barreras críticas para la innovación. “Actualmente, si una startup necesita un equipamiento para testear una solución circular, muchas veces no lo encuentra en la región, o si lo encuentra, el costo es prohibitivo. Lo que haremos es instalar esos equipos aquí y compartir el uso, cobrando solo por el servicio y no por la inversión total. Así democratizamos el acceso a tecnología avanzada”.
Respecto a los aportes específicos para la industria salmonicultora, Hentzschel enfatizó en que la salmonicultura tiene dolores comunes en cuanto a residuos industriales. “Este centro permitirá agrupar esa demanda, y convocar a terceros —como startups o consorcios— que, sin ser parte de la industria, traigan soluciones desde la economía circular. Se puede pasar de un problema compartido a un negocio escalable y exportable, a partir de materiales como redes, plásticos o lodos”.
En esa misma línea, señaló que se espera la creación de productos finales con valor de mercado. “Una de las metas es que surjan productos comercializables, nacidos desde los residuos. Por ejemplo, si un consorcio trabaja con redes acuícolas en desuso y logra transformarlas en insumos con aplicación comercial, el centro facilitará su desarrollo y escalamiento. No queremos sólo generar conocimiento; queremos generar negocios sostenibles desde los territorios”.
Sectores traccionantes
Hentzschel también abordó las buenas prácticas recogidas de otros centros tecnológicos instalados en el país. A su juicio, la clave estará en tener un foco claro en sectores traccionantes, como la acuicultura, pero con la flexibilidad suficiente para articular cadenas de valor entre industrias. “Una oportunidad concreta es conectar residuos del mundo mitilicultor con necesidades del agro o de los fertilizantes. Pero para eso se necesita un tercer actor; empresas de base tecnológica capaces de transformar residuos en productos”.
Respecto al tipo de residuos que se abordarán, aclaró que el centro priorizará aquellos con mayor volumen o potencial de recuperación. “Probablemente partiremos con conchas, lodos, redes, plásticos. Pero al poco andar, los expertos podrán identificar otros elementos de valor escondido en los procesos productivos, incluso aquellos que hoy no se consideran residuos. La clave es que sean escalables y con capacidad de generar impacto real en la cadena productiva”.
Finalmente, el gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo hizo un llamado a las empresas locales que ya están trabajando en economía circular para que participen activamente. “Estas empresas serán probablemente las primeras usuarias del centro. La inversión en equipamiento estará hecha, lo que permitirá compartir recursos de alto costo y escalar más rápido. No queremos cuatro empresas accediendo a estos servicios; queremos cuarenta. Este es un esfuerzo colaborativo, donde la academia, los privados y el Estado se ponen al servicio de la transformación productiva del sur de Chile”, concluyó.