Estudio revela estancamiento de la industria salmonicultora chilena frente a la noruega

Imagen referencial de centro de cultivo de salmónidos.

Chile: De acuerdo con un análisis de la Fundación Pivotes, la participación nacional se reduciría de un 37% en 2022 a un 17% para el año 2050.

Un panorama complejo para la competitividad de la industria del salmón reveló un reciente informe del centro de incidencia Pivotes, titulado “Una mirada a la salmonicultura chilena”, el cual concluye que la industria nacional sufre de un estancamiento, lo que genera el peligro de quedar rezagado frente a naciones salmoneras en crecimiento, como ocurre con el principal competidor de nuestro país, Noruega, que espera triplicar su producción al año 2050.

Según lo publicado por El Llanquihue, el informe analiza la situación actual de la industria desde la perspectiva de su aporte económico al PIB, al empleo, pero también desde su relación con el medioambiente, la legislación vigente en nuestro país y finalmente su perspectiva de desarrollo en el contexto de un escenario internacional en fuerte expansión. Según explicó el autor del estudio, el economista de la Universidad de Chile, Joaquín Sierpe, “nos parece relevante que como país abramos un debate en torno a la acuicultura, en particular la salmonicultura. Pese a que es nuestra segunda mayor exportación nacional, su desarrollo está trabado hace demasiado tiempo por distintas tensiones. Reconocemos que hay posturas diferentes, por tanto, lo que queremos es aportar datos y evidencia desde nuestra perspectiva para que podamos discutir qué debemos hacer, porque lo que no podemos permitimos es quedamos en el actual inmovilismo”.

La principal conclusión del estudio sostiene que la salmonicultura es una industria que se encuentra estancada actualmente en Chile y, además, tiene una negativa reputación ambiental. Para explicar el primer argumento, el estudio incorpora datos de las concesiones de acuicultura en Chile y recalca que de las 1.353 concesiones entregadas desde 1981 hasta 2022, solo 15 han sido otorgadas en los últimos 7 años. En contraste, el crecimiento de las licencias de acuicultura en Noruega ha sido constante, con una leve tendencia al alza en el período analizado. “Este fenómeno muestra el riesgo que nuestro país tiene de quedar rezagado en la industria”, sostiene Sierpe.

Noruega es el principal competidor de Chile en la industria salmonicultora internacional. Este país ha declarado su interés de triplicar su producción de salmón al año 2050. En ese escenario, de mantenerse constante la producción de los demás productores, el estudio proyecta que la participación de Chile en dicho mercado se reduciría del 37% registrado en el alto 2022, a un 17% en 2050.

Aporte al PIB

Según datos del Banco Central, nuestro país es el segundo mayor productor mundial de salmón, con un 38% de participación del mercado. En la última década, es decir entre 2003 y 2023, las exportaciones han tenido un crecimiento promedio anual de 9,7%, llegando a US$6.472 millones (2,15 puntos del PIB). En cuanto a su impacto en regiones, la actividad aporta en un 18,9% al PIB de la Región de Los Lagos, 26,1% al de la Región de Aysén y 7,9%a Magallanes. Mientras que, en términos de su aporte laboral, el informe detalla que la industria representa un 6,62% del empleo formal en la Región de Los Lagos, el 8,99% en la Región de Aysén y 4,99% en la Región de Magallanes.

El estudio recalca que, al analizar las comunidades cercanas a centros de cultivo, entre 1992 y 2002, dichos hogares redujeron su pobreza, en promedio, 6 puntos porcentuales más de lo que lo hubiesen hecho sin la instalación de la industria, lo que explica un 67% de la reducción de la pobreza en zonas rurales durante el período analizado.

Regulación

El estándar internacional más exigente para la regulación en esta industria es el Aquaculture Stewardship Council (ASC), el cual establece parámetros de impacto ambiental, económico y social de la producción acuícola. En un análisis del año 2019, Noruega equipara a Chile en cuanto a la interacción con la vida silvestre de sus centros de producción -principalmente por la protección ante predadores y de las especies amenazadas- y la alimentación que se le entrega a los salmónidos. En paralelo, Chile es superado por Noruega en la regulación respecto a la salud de los peces en los centros y es el país que peor regulación de control de desechos tiene entre las 4 naciones analizadas. Entre los años 2014 y 2023, Chile pasó de tener un solo centro certificado ASC a 245. Por tal motivo, el estudio de Pivotes sostiene que, “a pesar de que la normativa estatal efectivamente aún está lejos del estándar de la ASC, los centros de cultivo han tendido a certificarse por su propia cuenta bajo dicha norma, subiendo los estándares de producción”.

Medio Ambiente

El estudio reconoce que esta industria ha sido muy cuestionada por el impacto que genera en los ecosistemas que habita, sin embargo, concluye a la luz de diversos indicadores comparativos con la industria ganadera que “el impacto ecológico de la salmonicultura es muy bajo en comparación con otras fuentes de proteína. La actividad emite menos Gases de Efecto Invernadero (GEI), utiliza menos suelo y provoca una menor contaminación del agua, junto con un uso de alimento que es altamente eficiente”.

De acuerdo con los indicadores mencionados, la superficie de los centros de cultivo en Chile suma 4.681 hectáreas, equivalente a un 3% de la superficie de Puerto Montt, mientras que 5.757.231 hectáreas son usadas para pastoreo bovino. Por tal razón se sostiene que la salmonicultura emite sólo un 2,91% de los GEI y utiliza un 4,8% de las hectáreas que la industria bovina. “Este factor es de particular relevancia, ya que mientras una pradera de pastoreo puede tomar varias décadas en ser recuperada, el fondo marino acuícola puede regenerarse en cerca de 8 años”, detalla el estudio.

Descargue el estudio completo aquí.