Foto wellboat: Armasur.

Armasur propone incorporar extranjeros en naves chilenas por falta de dotación

Chile: Desde el gremio de armadores, advierten que sólo entre sus asociados, el déficit de trabajadores es superior a 500 personas, con lo que las empresas no pueden cumplir algunos servicios.

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De acuerdo con el presidente de Armasur, Héctor Henríquez, la falta de gente de mar en la industria “es un problema serio. Asociados y no asociados nos han manifestado que no han podido cumplir ciertos servicios por falta de dotación. Es decir, no alcanzan a tener la dotación mínima segura que se exige para operar en forma asegura tanto en lo que respecta la atención y operación de la nave, la carga y los pasajeros como lo establece el DS Nro. 31”.

En entrevista con Salmonexpert, Henríquez admite que “sólo las empresas navieras asociadas a Armasur, que representan alrededor del 60% de las embarcaciones mayores del sur austral de Chile, tienen un déficit de dotación superior a 500 personas”. 

¿Por qué se ha incrementado este problema?
Varias son las razones. Una de ellas es el crecimiento importante de la marina mercante de la zona sur austral que en los últimos 30 años ha crecido 6 veces en cantidad de naves. La formación de gente de mar nueva no ha ido acorde a este crecimiento. El retiro de personal gente de mar por jubilación o para desarrollar trabajos desde tierra es otra de las razones. Lo extenso de la carrera formativa más las prácticas también provocan un desincentivo. 

El modo de comunicarse hoy de los jóvenes a través de medios virtuales también es un factor que atenta en contra para una actividad que muchas veces requiere operación en zonas aisladas sin conexión, entre otras como la pandemia que acrecienta la deserción laboral.

¿Qué conflictos podría generar la falta de gente de mar en la industria naviera?
Bueno, todos los servicios de conectividad para integrar al territorio nacional a personas que viven en los lugares más apartados como los distintos servicios logísticos que se prestan a la industria acuícola, se ven resentidos ante el déficit de personal. Además, a los problemas ya señalados en la primera pregunta, ante el déficit y la necesidad de cumplir con compromisos de servicios con terceros, se recurre a la contratación de personal jubilado. 

Lo más delicado es que este déficit trae consigo prácticas de cuidado como es que el personal que está contratado en una compañía X, en su período de descanso (el sistema de descanso del sur austral es muy superior a todo sistema de descanso que uno observa en navegación marítima), en lugar de descansar, se contrata con otra compañía Y, y así sucesivamente. Ese es un círculo muy riesgoso. Paradojalmente, la cada vez mayor cantidad de días de descanso que se otorga y el acortamiento de los períodos de embarco también contribuye con este déficit. Como referencia a esto último, los tiempos de embarco en navegación marítima internacional son 6 veces mayores a los que existen en la zona sur austral.

Presidente de Armasur, Héctor Henríquez. Foto: Armasur.

¿Cómo se debería solucionar este problema? 
Hay un conjunto de acciones que se están trabajando con la Autoridad Marítima, centros de formación y sindicatos como para certificar competencias y homologar, en cuanto personal de la pesca pueda trabajar en el mundo mercante y viceversa. Estas son soluciones que no resuelven el problema de fondo que tiene componentes estructurales y cuya solución, a nuestro entender, toca al menos los siguientes aspectos:

1.Flexibilizar requisitos en la formación, en especial para profesionales que se desempeñarán en operación próxima a la costa y aguas interiores, muy distinta a la navegación marítima.

2.Incorporar en forma más decidida a gente de mar proveniente desde la pesca artesanal, especialmente en el segmento de naves mayores que van desde las 50 a las 500 AB.

3.En relación a lo anterior, incorporar técnicos y profesionales con formación afín, luego de un proceso de certificación de competencias, a las dotaciones de la marina mercante.

4.Revisar las dotaciones mínimas seguras, en especial las que rigen para navegaciones en proximidades de costa y aguas interiores que en otras países para una misma nave y servicio similar son bastante inferiores a las dotaciones que se exigen en Chile.

5.Por último, flexibilizar la incorporación de personal extranjero en las dotaciones de naves chilenas. Hoy restringidas exclusivamente en un 100% a dotación nacional, lo que no da respuesta a la crisis y el déficit que se vive.