Foto: Evonik.

DSM y Evonik anuncian la creación de la empresa conjunta Veramaris

Países Bajos: La compañía definirá los nuevos estándares en materia de ácidos grasos omega-3 EPA y DHA para alimentación animal. La construcción de la ya está en marcha.

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Mediante un comunicado de prensa, DSM y Evonik anunciaron la creación de la nueva empresa, Veramaris V.O.F., que se dedicará a la producción de ácidos grasos omega-3 a partir de algas marinas naturales para la alimentación animal. Las oficinas centrales de esta empresa conjunta, en la cual ambas tienen una participación del 50 %, se encuentra en el campus biotecnológico de DSM, en Delft (Países Bajos).

La revolucionaria innovación de Veramaris permitirá producir por primera vez los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA destinados a la alimentación animal sin utilizar aceites de pescado procedentes de la pesca en altamar, los cuales son un recurso no renovable. DSM y Evonik anunciaron su intención de empezar con la empresa conjunta en marzo del 2017. Desde entonces, se han obtenido todos los permisos necesarios.

Así, ya ha comenzado a construirse la planta de producción con un valor de US$200 millones en Blair, Nebraska (EE. UU.), donde Evonik ya cuenta con otra planta, y las obras se están desarrollando según lo previsto. El aceite de algas rico en los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA estará listo para su venta en cantidades industriales en el 2019. Por el momento, solamente hay disponibles algunas cantidades piloto cuya finalidad es el desarrollo de este mercado. En un inicio, la capacidad de producción anual cubrirá aproximadamente el 15 % de la actual demanda total de EPA y DHA para el sector acuícola del salmón.

Karim Kurmaly, director ejecutivo de Veramaris. Foto: Veramaris.

Sustentabilidad

La conducción de Veramaris estará a cargo de Karim Kurmaly, director ejecutivo, y de Frank Beissmann, director financiero. Karim Kurmaly es biólogo marino y lleva trabajando para DSM más de 16 años. Su último cargo en la empresa ha sido el de responsable de alimentación y salud animal para la región Asia-Pacífico. En tanto Frank Beissmann, ingeniero de profesión, trabaja para Evonik desde hace más de 20 años. Ha ocupado diferentes posiciones en las áreas de producción, cadena de suministro, mercadeo y control de costos.

“Nuestro aceite de algas, rico en los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA, cubrirá las necesidades del sector industrial de disponer de una fuente de ácidos grasos omega-3 caracterizada por la sustentabilidad y trazabilidad. De este modo, Veramaris permitirá a nuestros socios en toda la cadena de valor, crecer de forma responsable y dar respuesta a la demanda de proteínas saludables de origen animal ricas en EPA y DHA”, explica Karim Kurmaly, director ejecutivo de Veramaris.

Veramaris está dialogando con todas las partes interesadas en los diferentes eslabones de la cadena de valor, incluidas las ONG. En una serie de cooperaciones pioneras, líderes del sector de la acuicultura han podido diseñar dietas para salmones libres de ingredientes procedentes del mar, empleando para ello el aceite de algas de Veramaris como reemplazo total de los aceites de pescado.

Frank Beissmann, director financiero de Veramaris. Foto: Veramaris.

“Nuestro objetivo consiste en definir los estándares dentro de este sector y nos comprometemos a suministrar omega-3 a nuestros clientes, manteniendo siempre la más alta calidad. Gracias a nuestra experiencia en la cadena de suministro y logística, en Veramaris estamos en condiciones de atender a todo tipo de clientes, sin ninguna complicación”, comenta Frank Beissmann, director financiero de Veramaris.

Hasta no hace mucho, los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA, incorporados a la dieta de estas especies, se obtenían casi exclusivamente de fuentes procedentes del mar, tales como aceites y harinas de pescado, ambos recursos no renovables. En la actualidad, se capturan un total de 16 millones de toneladas de especímenes salvajes para la producción de aceites y harinas de pescado. Gracias al uso de algas marinas naturales, Veramaris contribuye a cerrar la brecha entre la oferta y demanda del omega-3, preservando al mismo tiempo, la vida marina y la biodiversidad de los océanos.